Repatriación: cae el interés por las dudas sobre las alternativas de inversión
Los teléfonos de los estudios de tributaristas y gerenciadores de patrimonio no paran de sonar, pero no con certezas ni afirmaciones, sino con dudas y preguntas. A menos de 30 días de que venza el plazo que dio el Gobierno para repatriar el 5% de los activos en el exterior -y así evitar una alícuota de hasta 2,25% de Bienes Personales- los especialistas no tienen todas las respuestas.
De las cuatro opciones de inversión habilitadas para el dinero ingresado, hay solo dos que están claras. Una es la pesificación en el mercado único y libre de cambios (MULC), la alternativa menos atractiva por el dinero que se pierde al cambiar divisas a $63. La otra es la posibilidad de dejar el 5% "quieto" en una cuenta especial hasta el 31 de diciembre.
En el segundo caso, además, a pesar de que el Banco Central las habilitó el 7 de febrero pasado, aún hay bancos privados que no tienen disponible esa herramienta, aunque esperan tenerla lista en los próximos días.
El proceso de repatriación puede llevar hasta una semana, explica Luz Arroqui, gerente de Impuestos en el estudio La Vista Casal. Para iniciar la repatriación, primero hay que cuantificar el total del patrimonio en el exterior: los activos no son siempre líquidos, sino que también pueden ser propiedades o acciones. En caso de que haya que vender alguna posición afuera, eso añade demora.
Por otro lado, los trámites incluyen la certificación contable del origen de los fondos que se van a repatriar y la orden de la transferencia a la entidad del exterior para que realice el giro (que muchas veces incluye prácticas estrictas de compliance), además del tiempo propio que se toma la entidad financiera local para abrir la cuenta de repatriación.
"Hay desconfianza respecto de repatriarlo y dejarlo en una caja especial hasta fin de año, porque estamos hablando de jurisdicción argentina", explica Mariano Sardáns, CEO de la gerenciadora de patrimonios FDI. Señala también que, de unos 400 clientes que la compañía tiene en la Argentina, solo uno está avanzando con el proceso. "Todavía no hay instrumentos que tengan sentido y que den más tranquilidad", agrega.
Falta de definiciones
Hay dos herramientas más -que, para los especialistas, son las más atractivas en el menú de opciones- en las que todavía no hay mayores precisiones. Ellas son la adquisición de certificados de participación y/o títulos de deuda de fideicomisos de inversión productiva que constituya el Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE) y la suscripción o adquisición de cuotapartes de fondos comunes de inversión (FCI).
En el primer caso, fuentes del BICE confirmaron que el instrumento aún no está listo, pero que "pronto" se pondrá en marcha. El objetivo es que se financien pymes exportadoras y que sea una inversión segura "por su alta cobrabilidad".
En el segundo caso, cuando el Gobierno dio a conocer el menú de alternativas el 30 de enero pasado, voceros del Ministerio de Economía explicaron que la Comisión Nacional de Valores (CNV), el organismo estatal que regula la actividad bursátil, debía establecer requisitos específicos de los fondos comunes de inversión (FCI) respecto de los activos financieros que pueden ser objeto de esta herramienta.
Es decir, en la cartera de ese FCI no podría haber "cualquier cosa", por caso, un título de deuda uruguayo, o en otras palabras, un activo que no contribuya a los objetivos de la repatriación. Aún no hay mayores precisiones por parte del organismo que dirige Adrián Cosentino. Voceros de la CNV aseguraron que se está trabajando en el tema, pero que "no se pueden dar detalles concretos".
"Falta saber qué tipo de instrumentos son, qué tipo de renta pagan y lo más importante es la libertad de salida, es decir, si al 31 de diciembre se va a poder salir y en qué moneda", detalla César Litvin, de Lisicki Litvin & Asociados.
Ese 31 de diciembre es la fecha de corte que se utiliza a la hora de hacer las presentaciones del impuesto, y cabe aclarar que, para que los activos en el exterior no sean alcanzados por la alícuota diferencial del 2,25%, hace falta "actualizar" el 5% del patrimonio cada año.
"Las consultas están a la orden del día, todo el mundo está preguntando qué le aconsejamos, y en función de esto es que esperamos las normas de la CNV y el tipo de fideicomiso del BICE para ver si resultan atractivos y si hay libertad de salida", añade Litvin.
Desde el punto de vista tributario, la repatriación es atractiva porque la tasa se reduce en un punto, añade Arroqui, lo que implica un ahorro significativo. "Pero esto no tiene que ver con el impuesto sino con la confianza, con qué va a pasar con el dinero que traigas, y no se está garantizando el destino de esos fondos", apunta.
Además, critica que, a la hora de repatriar los fondos a través de la cuenta especial, podría romperse el secreto fiscal, ya que un tercero -ejecutivos de cuentas del banco, que no es un contador, que está obligado a mantener el secreto profesional- podrá inferir cuánto es el patrimonio total de una persona a partir del 5% que repatria.
Con el menú sin completar, los tributaristas y los gerenciadores de patrimonio estiman que el plazo del 31 de marzo se va a terminar prorrogando. "Los clientes están consultando, pero cuando uno empieza a explicar esto, el interés baja inmediatamente -concluye Arroqui-. No hay una posición tomada, todos están indecisos".
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