En Brasil, Anglo American busca y capacita a sus futuros mineros
CONCEIÇÃO DO MATO DENTRO, Brasil—Una manera de controlar el alza en los salarios que agobia a las mineras es encontrar una fuerza laboral que esté dispuesta a ser capacitada, como es el caso de la que trabaja en este remoto municipio donde las vacas duplican en número a los residentes.
Augusto Alonso Silva, de 19 años, está ansioso por ganar US$600 al mes como mecánico industrial en el yacimiento de mine-ral de hierro que Anglo American PLC opera aquí. El sueldo es casi la mitad de lo que pagan las mineras en otras partes de Brasil. Aun así, Silva dice que es el doble de lo que soñaba ganar como soldado. "Ahora tengo un sueño distinto", afirma el joven durante un descanso en su clase de ingeniería básica.
Mientras las mineras globales sufren por el constante encarecimiento de los costos de mano de obra —un operador de una perforadora en Australia puede ganar US$200.000 al año y un camionero en Chile US$70.000—, los residentes de Conceição do Mato Dentro han estado dispuestos a aceptar empleos de menor nivel, manejando cintas transportadoras o llevando a cabo el mantenimiento de maquinaria, por menos de US$10.000 al año.
En lugar del dinero, aquí el gran problema ha sido la falta de capacitación. La tasa de analfabetismo en este municipio de 17.000 habitantes es de casi 18% entre personas de 15 años o más. Cuando Anglo American llegó en 2007, "había mucha gente en esta zona que era simplemente incontratable", recuerda Pedro Borrego, director de recursos humanos de la empresa británica en Brasil.
A medida que las mineras explotan nuevos yacimientos, utilizando maquinaria automatizada, se han visto en la necesidad de capacitar a plantillas enteras de operarios y crear academias específicas para el rubro, explica Ryan Montpellier, director del Consejo de Recursos Humanos de la Industria Minera, una firma de consultoría financiada por el sector y que asesora a mineras canadienses.
Aunque abrir las academias demanda una inversión inicial, formar una fuerza laboral local puede traer beneficios para las compañías en términos de retención y lealtad. "Una compañía siempre prefiere contratar localmente", dice Montpellier. "Se trata de dejar un legado". En Canadá, añade, las empresas se suelen asociar con institutos terciarios para financiar programas de capacitación.
Anglo American no tuvo esa opción en Conceição do Mato Dentro. En su lugar, renovó una dilapidada escuela primaria y lle-nó las aulas con una maqueta de la mina y paneles de control que simulan los de sus máquinas. La empresa también distribuyó panfletos en todo el pueblo y publicó anuncios publicitarios para reclutar a jóvenes.
"No es como en Australia y Canadá, donde la minería es el ADN", señala Denise Retamal, directora de RHIO’S, una compañía de recursos humanos para la minería de Rio de Janeiro. "Aquí la gente cree que para trabajar en la minería hace falta ser geólogo o ingeniero".
Anglo American se instaló en Minas Gerais en 2007, atraída por sus ricas reservas de mineral de hierro —el ingrediente clave para fabricar acero—, que planea extraer y vender, principalmente a China, a partir de fines de 2014.
Los bajos salarios que Anglo American puede pagar a sus técnicos es una de las pocas áreas en las que la compañía ha sido capaz de controlar los costos. En general, el gasto estimado en el proyecto se ha inflado de US$2.600 millones a US$8.800 millones, principalmente debido a la inflación, retrasos relacionados con disputas legales y dificultades logísticas para construir un ducto de casi 530 kilómetros hasta la costa.
El primer grupo de trabajadores capacitados en la zona, la primera promoción de Anglo American para Minas Gerais, se graduó en enero: 151 estudiantes, la mayoría de veintitantos años. Su plan consiste en preparar a otros 500 jóvenes del área en los próximos tres años con una inversión inicial de US$1,5 millones.
Los estudiantes deben contar al menos con un diploma de secundaria para poder participar en el curso de nueve meses, don-de aprenden desde cómo soldar partes y cambiar bombillas hasta reparar motores diésel y operar cintas transportadoras de mineral de hierro. Los instructores son mecánicos e ingenieros.
Según Anglo American, los trabajadores mayores que no han sido capacitados por la compañía tienden a ser menos leales.
Deniso Tomé de Sousa, un empleado de Anglo American de 40 años sin título de secundaria, fue contratado por cinco meses para llevar a cabo tareas manuales en la mina, pero dejó el trabajo.
"Los gerentes eran muy buenos pero podía ganar más dinero en la construcción", explica. "No tengo planeado volver a trabajar para Anglo".
—Paul Kiernan contribuyó a este artículo