En 2008 Bernanke aplicó lo que había explicado en 1983
El gran aporte del reciente ganador del Nobel de Economía, junto con Douglas Diamond y Philip Dybvig, fue incluir las crisis bancarias en el corazón de los modelos macroeconómicos de corto plazo
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En 1983, Ben Shalom Bernanke por un lado, y Douglas Warren Diamond y Philip H. Dybvig por el otro, explicaron que las crisis bancarias no sólo generan grandes dificultades en el sector, sino que también afectan de manera negativa la producción y el empleo agregados. Tenían entonces 30 años. Casi cuatro décadas después, por los referidos trabajos, acaban de compartir el premio Nobel en economía.
Los bancos prestan enormes servicios transformando los ahorros de corto plazo en la financiación de inversiones a largo plazo y monitoreando los riesgos crediticios mejor que los ahorristas. Pero, al menos como los conocemos, son instituciones frágiles porque no resisten las corridas de depósitos. Para solucionar esto se inventaron los bancos centrales, los seguros de depósitos, etc.
Esto lo sabe cualquier estudiante de economía. El aporte de los galardonados consistió en incluir las crisis bancarias en el corazón de los modelos macroeconómicos de corto plazo. Parece poco, pero no lo es. Por las implicancias de política económica. Las autoridades tienen que prestarle particular atención al sector financiero, porque una crisis crediticia –espejo del retiro masivo de depósitos– impacta sobre los agregados económicos. En una palabra: en las economías modernas, monetizadas y financieramente sofisticadas, las cuestiones financieras son factores de primera magnitud, en términos de producción, empleo, etc.
Alfred Nobel pensó el premio para galardonar avances en la teoría que mejoraran el bienestar humano. De manera que, en el otorgamiento del premio, resultó irrelevante que entre 2006 y 2014 Bernanke hubiera ocupado la titularidad del Sistema de la Reserva Federal.
Pero el caso es notable porque la crisis subprime desatada en Estados Unidos en 2008 le permitió al funcionario Bernanke poner a prueba lo que el profesor Bernanke había estudiado sobre la Gran Crisis de la década de 1930. Y, salvo para algún que otro economista, lo hizo de manera más que satisfactoria, atacando el tema en su raíz, no sólo pensando en el sector financiero. A propósito: él no provino de las finanzas. En sus palabras: “Yo vengo de main Street, no de Wall Street”.
Última: los economistas académicos se toman su tiempo. ¿En qué medida los aportes de Bernanke, Diamond y Dybvig están incorporados en los modelos macroeconómicos de corto plazo que enseñamos en las escuelas de economía?
