Empresas ficticias, problemas reales
En Europa, simulan actividad para capacitar a los desocupados
NUEVA YORK.- A las 9.30 de la mañana un día de semana soleado los teléfonos de Candelia, un proveedor de muebles de oficina elegantes en Lille, Francia, suenan con pedidos de clientes de todo el país y de Suiza y Alemania. Una fotocopiadora está en marcha, mientras que más de una docena de trabajadores procesan ventas, tratan con proveedores y preparan envíos de escritorios y sillas. Sabine de Buyzer, del departamento contable, revisacifras en su computadora. Candelia está en buena situación. "Tenemos que ser rentables -explica Buyzer-. Todos están a trabajando con empeño para asegurar que tengamos éxito."
Es algo que cualquier empresario quisiera escuchar, pero en este caso el negocio es falso. También lo son los clientes y proveedores de Candelia. Ni siquiera es real el banco donde obtiene créditos.
Hay más de 100 compañías Potemkin, como Candelia, operando en Francia, y hay miles más en toda Europa. En Seine-St.-Denis, fuera de París, un negocio llamado Reino Animal vende productos como alimentos para perros y ranas. ArtLim, una compañía de Limoges, ofrece porcelana fina. Prestige Cosmetique de Orleans está en el negocio de los perfumes. Los productos son imaginarios.
Estas compañías son parte de una red de capacitación que opera como un universo económico paralelo. Durante años el objetivo fue capacitar a estudiantes y trabajadores desocupados que buscaran hacer la transición a diferentes sectores. Ahora se usa para combatir el alza alarmante del desempleo a largo plazo.
A Buyzer no le importa que Candelia sea una operación fantasma. Perdió su puesto de secretaria hace dos años y no encuentra empleo estable. Si bien ahora no recibe un sueldo (sí cobra el seguro de desempleo), Buyzer, de 41 años, está contenta de tener una rutina. Espera que Candelia conduzca a un empleo real y la experiencia le hace ganar confianza.
Pasados cinco años desde que Europa se hundiera en la crisis hay señales de que por fin podría afianzarse la recuperación. La economía de la eurozona de 19 naciones ha crecido lenta pero firmemente desde 2014, encabezada por Alemania y con una recuperación en países como España e Irlanda. Al caer los precios del petróleo, el consumo y la manufactura comenzaron a avanzar.
Pero el desempleo de largo plazo -como el de Buyzer y el de casi 10 millones de personas más en la eurozona- es una realidad dura. El año pasado, el 52,6% de los desocupados de la eurozona había estado sin trabajo por un año o más, el nivel más alto del que se tenga registro, según Eurostat.
Según Paul de Grauwe, profesor de Economía Política Europea de la London School of Economics, cuando una gran cantidad de gente está desocupada por largos períodos "se limita el optimismo, lo que pesa sobre la recuperación económica". El problema macro es que la economía europea no se recupera lo suficientemente rápido como para integrar a muchas personas a la fuerza laboral. "Es preocupante porque es mucha gente que ha estado sin trabajo por un tiempo muy largo", advirtió Stefano Scarpetta, director de Empleo, Trabajo y Asuntos Sociales de la Organización para La Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). "Su capacidades pueden volverse obsoletas. Son estigmatizados. Corren el riesgo de quedar desconectados, con implicancias negativas para ellos, sus familias y la economía".
Traducción de Gabriel Zadunaisky
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