Empresas familiares: las personas en primer lugar
Las empresas familiares son una de las formas de organización más antiguas y el motor de las economías. Más de 70% de las empresas a escala mundial son familiares, y contribuyen con entre el 60% y el 70% del producto bruto global. Algunas han conseguido escalar y convertirse en gigantes, como Walmart y Samsung; otras lograron perdurar siglos, como Zildjian, fabricante de platillos para baterías y percusión, fundada en 1623 en Turquía y controlada por la familia Zildjian durante más de 14 generaciones.
Cualquiera sea su tamaño, todas comparten un rasgo en común: en ellas convergen amor y dinero. Eso las convierte en un caldero de emociones, en fuente de entusiasmo y de conflictos.
Las particularidades que podemos encontrar son casi infinitas, así como los conflictos típicos: fundadores que no quieren delegar el control del negocio a sus hijos, generando tensiones sobre quién debe tomar decisiones claves y cuándo debe retirarse; hermanos que no acuerdan sobre la estrategia de expansión o que discuten porque alguno de ellos recibe mayor compensación y reconocimiento, lo cual provoca resentimiento y afecta la colaboración en la dirección de la empresa; miembros de la tercera generación que no participan en la conducción de la compañía, pero tienen acciones y buscan influir en las decisiones estratégicas.
Los puntos de fricción han cambiado con el tiempo. Hace 20 años, los conflictos más generalizados se relacionaban con la ambición de los hijos por asumir tempranamente roles ejecutivos, desplazando a padres que todavía no querían dejar sus funciones.
“A diferencia de lo que ocurría hace 20 años, hoy es frecuente que los jóvenes no quieran trabajar en la empresa familiar”
Hoy, en cambio, es más frecuente encontrar que los jóvenes no quieren trabajar en la empresa familiar que, a menudo, se dedica a negocios más tradicionales, como la fabricación de muebles, indumentaria, negocios agropecuarios. En vez de eso, las nuevas generaciones buscan actividades innovadoras, prefieren estudiar inteligencia artificial o, incluso, crear su propia startup de IA.
El enfoque “people first” busca articular el proyecto personal de cada integrante con los proyectos empresarial y grupal. Para eso tiene en cuenta tres ejes: la profesionalización del grupo; el desarrollo y el proyecto individual de cada integrante de la familia, y el protocolo familiar, es decir, un esquema que permita planificar a largo plazo y resolver posibles conflictos. Cada uno de estos ejes influye y redefine el rol y las tareas de los accionistas, los miembros de la familia que trabajan en la compañía y los que no.
El especialista que colabora con una empresa familiar logra los mejores resultados cuando consigue que cada integrante hable con los demás de manera profunda y respetuosa, en un lenguaje que todos entienden, y lleguen a decisiones en las que todos se sientan incluidos, escuchados y respetados.
La clave está en el manejo diplomático de las situaciones y las relaciones, porque las empresas familiares son muy sensibles al conflicto. Si bien los desacuerdos, las disputas y las discusiones son parte de la vida cotidiana entre padres, hijos o hermanos, las familias suelen evitar los temas difíciles por temor a sus consecuencias.
En vez de tener un diálogo abierto que contemple las diferencias y permita limar asperezas, tienden a eludir o postergar las conversaciones incómodas. Y esto complica el funcionamiento de la empresa. No es lo mismo decirle a un empleado que su desempeño es inadecuado, que decírselo al hermano o al hijo a quien vemos en el almuerzo del domingo o en un cumpleaños.
Las empresas familiares influyen en la identidad de los miembros del grupo, contribuyen a estrechar sus lazos con la comunidad y a cimentar relaciones perdurables. Pero el negocio común también puede romper irreversiblemente la unidad familiar.
Buscar el bien de cada individuo, alentar el diálogo franco y manejar los desacuerdos con delicadeza y decisión. En definitiva, poner a las personas en primer lugar, es la base que separa a las empresas familiares que logran trascender de las que se hunden en el intento.