Empresas en acción: el desafío de hacer crecer los negocios en un mundo digital
Ejecutivos de compañías y referentes de la actividad económica analizaron, en un encuentro organizado por LA NACION, cuáles son los desafíos y los comportamientos a los cuales las firmas deben adaptarse para avanzar
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En el segundo capítulo del encuentro sobre negocios organizado por LA NACION, que llevó como lema “Empresas en acción: cómo prosperar en un mundo digital”, los invitados a participar expusieron sobre los hábitos necesarios para que las empresas puedan sortear los desafíos de estos tiempos. La pandemia aceleró estrepitosamente los procesos digitales con los cuales se está manejando la sociedad. Y las empresas se vieron obligadas a ajustarse a los cambios de comportamientos de sus clientes, para intentar surfear la nueva ola tecnológica sin ahogarse en ella.
Cynthia Martínez, socia líder de Technology Risk, Consulting Services, D&I de EY Argentina identificó cuáles son las claves para la adaptación de las compañías al mundo digital. Propuso poner el foco en el cliente en forma integral e intentar satisfacerlo en su conducta cambiante; aplicar inteligencia artificial en los procesos; establecer alianzas en el mercado para fortalecer los puntos débiles de las empresas de manera simbiótica; trabajar para cubrir brechas y ser inclusivos; tener líderes empáticos con capacidad de escucha, y utilizar datos bien clasificados como activos. “Las empresas en acción son las que van invirtiendo en tecnología al mismo tiempo que suceden los cambios, las que no son rezagadas. Esta es la llave para diferenciarse y lograr mejores resultados en el futuro”, concluyó.
Por su parte, Mariela Mociulsky, fundadora de Trendsity, presentó los puntos que consideró fundamentales para orientar a las empresas hacia las demandas cambiantes de los clientes. Los factores que mencionó son: tener más anclaje en la certeza de lo local y de lo propio; ofrecer mayor bienestar que provea disfrute y lucidez para mejorarse a uno mismo; mayor responsabilidad –en términos de sustentabilidad, inclusión y diversidad–; mayor digitalización para satisfacer el pedido de una tecnología más rápida y eficiente, y mayor hibridez, para la cual se necesitan creatividad y reconversiones. “Tenemos consumidores más vulnerables, pero más informados y exigentes. Para tenerlos en el centro hay que darles relevancia a la inclusión y a los aspectos humanos”, completó.
1. Agilidad: la llave de la evolución
La aceleración digital impulsada por la pandemia benefició a muchas startups que usan tecnología para expandirse. “Desde Wayra venimos trabajando hace 10 años con innovación abierta, una tendencia que establece que la forma más ágil de innovar no es con recursos internos solamente, sino trabajando con los que ya innovan naturalmente fuera de la compañía, que en este caso son las startups”, dijo Agustín Rotondo, gerente regional de Wayra Hispanoamérica.
Coincidió Daniel Ketchibachian, CEO de Aeropuertos Argentina 2000, quien dijo que la compañía indagó para definir los conceptos transformadores en la industria aerocomercial. Concluyeron que debían conocer mucho al usuario a través de la hiperconectividad disponible, abocarse con mayor énfasis a la logística y analizar qué le falta a la empresa para llegar a sus metas. Sobre este último punto, el directivo compartió que descubrieron que debían adaptar los procesos (incorporando de lleno la agilidad), empaparse de capacidades que no tenían (como el data scientist) y, por último, establecer que los sistemas deben atravesar a toda la compañía.
En un contexto en el cual se pensaba cómo sobrevivir y adaptarse al futuro al mismo tiempo, defendieron, según dijo, la sustentabilidad, los puestos de trabajo y la adaptación de los costos.
“En términos de agilidad, lo principal del modelo operativo que tiene hoy el banco son las células scrum, conformadas por equipos multidisciplinarios”, expresó Julio Colman, Líder de Tribu de Productos Activos y Pasivos para Negocios y Empresas de Banco Supervielle. Para él, los datos son un pilar de este nuevo modelo. “Lo que nos da esa data y analítica avanzada nos permite customizar nuestra oferta y mejorar los puntos de dolor cuando el cliente transacciona con nosotros”, detalló.
2. Cómo construir una empresa unicornio
Un unicornio es una compañía que vale más de US$1000 millones en el mercado. Ser un unicornio implica pertenecer a una exclusiva liga global. La Argentina cuenta con once.
Tiendanube es la empresa nacional que en forma más reciente llegó a esta liga. Se trata de la plataforma de comercio electrónico más grande de América Latina. Su cofundador y CCO, Alejandro Vázquez, relató cómo la empresa resolvió “el contacto directo con sus consumidores a través de una tienda online”. Su simplicidad y rapidez fue lo que los hizo crecer en tiempos de la pandemia de Covid-19.
¿Qué tienen en común los unicornios? “Creo que van a mercados globales o regionales grandes, donde la escalabilidad no es tan difícil, porque se basan en el mundo digital. Son empresas donde ves quiénes son y quiénes pudieron perseverar y adaptarse a los problemas que implica emprender”, definió Patricio Jutard, cofundador y general partner de Newtopia, empresa que apoya a emprendedores desde que nacen hasta su primera serie de financiamiento institucional.
El aspecto que le otorgó la categoría de unicornio a Tiendanube es, según su fundador, “la capacidad que tiene uno de resolver problemas que a veces son financieros, a veces de equipo, a veces de negocio”. Aun así, no descartó el “factor suerte” o “timing”, que le parece difícil ponderar. Además, Jutard ve como un factor clave el armado de equipos. “Si no tenés un emprendedor que pueda atraer talento y convencer a un montón de gente del problema que quiere resolver, no va a ser nunca una empresa exitosa. Cada vez es más sólido el ecosistema de negocios en la Argentina, pero está verde”, opinó.
Para Gastón Taratuta, fundador y CEO del holding Aleph, “la resiliencia y la capacidad de poder equivocarse en forma rápida y seguir adelante es muy importante”, aun cuando consideró que en ningún ámbito está bien visto el fracaso, del cual, a la larga, se aprende.
La empresa que dirige está enfocada en el digital advertising y monetiza las plataformas más grandes del mundo, como Facebook, Snapchat, TikTok, Spotify, Verizon y Twitter, en más de 80 mercados globales. La compañía, que se fundó con apenas US$5000, obtuvo este año US$470 millones de inversiones y elevó su valuación a US$2000 millones, con un proyecto de ventas por US$1000 millones anuales.
3. El liderazgo femenino en los negocios con tecnología
Resolver la brecha de género y lograr la integración diversa en las empresas son tanto desafíos como demandas de la sociedad, en particular de las nuevas generaciones.
Mariana Taillade, socia de Technology Risk, Consuting Services y sponsor de Women in Tech en EY Argentina, lidera una iniciativa que busca que más mujeres se desarrollen en el mundo STEM (sigla en inglés que significa ciencia, tecnología, ingeniería y matemática). “La desigualdad se genera por sesgos o estereotipos que traemos desde que éramos chicos, por los cuales se piensa que ciertas habilidades son más para hombres que para mujeres”, comentó. Y añadió: “A veces somos nosotras mismas las que nos autolimitamos. Se cambia con mucho mentoreo, arrancando en sus primeros trabajos para potenciarlas con herramientas”.
Jorgelina Rossi es gerente general de Prevind, una empresa abocada al control y a la preparación contra incendios. Si bien el 57% de quienes trabajan allí son mujeres, admite que le cuesta encontrar talento femenino para ocupar puestos. “Hay un faltante importante de técnicas de seguridad e higiene, de electromecánicas y de ingenieras”, dijo.
Rossi tuvo la misión de liderar a su empresa en un momento de mucha incertidumbre. La compañía tuvo un rol esencial en la pandemia, debido a que los espacios de trabajo que antes preparaban contra incendios se trasladaron a los hogares.
Por su parte, Verónica Giménez, people executive director de Globant para Latinoamérica, compartió su preocupación similar: “Hay una gran brecha y son pocas las mujeres que se insertan en este tipo de habilidades”, dijo. Desde la firma llevan adelante programas para acompañar y generar liderazgos femeninos. Giménez explicó que es importante el autoconocimiento y la delegación de confianza en los equipos, para que puedan tomar decisiones y ser autónomos.
4. El uso de la inteligencia artificial en lo cotidiano
La inteligencia artificial está entre nosotros para monitorear hasta los procesos naturales más milenarios. En Beeflow, compañía que permite controlar la polinización a través de la tecnología, usaron la recolección de datos como arma para concientizar a los clientes y luchar contra la desconfianza en sus productos. Dado que el 70% de los cultivos del mundo depende de la polinización de los insectos, los resultados pronto saltaron a la vista y la compañía despegó. Su última ronda de inversión recaudó más de US$8 millones y captó la atención de importantes figuras de empresas como Tesla y SpaceX y Amazon.
“La inteligencia artificial va a ser clave porque te permite escalar. Soñamos con ser una empresa global que pueda monitorear qué tan amigable es el ambiente con las abejas, tener datos para tomar decisiones en tiempo real y ser los ojos de los consumidores y de las grandes cadenas de supermercados”, proyectó Milagros Graziani, country manager para la Argentina Beeflow.
Otro ejemplo de compañía que tiene sus bases en la inteligencia artificial es Robin Tests. A través de juegos, un software obtiene más de 30.000 datapoints que los algoritmos procesan para identificar patrones vinculados a la conducta humana. Esa información, que utilizan las empresas para reclutar empleados, sirve para tomar mejores decisiones de contratación y de desarrollo de talentos.
El sistema mide patrones como la capacidad de aprendizaje, la posibilidad de adaptarse ágilmente o de tomar decisiones en contextos inciertos. “El proceso de construcción del algoritmo está auditado de forma ética”, especificó Noelia Aguirre Fernández, CEO y cofundadora de la firma, antes de explicar que también ayudan a las personas para que puedan mejorar su empleabilidad.
Sugar Coach, por su parte, es una aplicación desarrollada por Isabel Berizzo, CEO y CTO de la empresa, que ayuda a los pacientes diabéticos a controlar su enfermedad de una manera “gamificada”. A partir del diagnóstico de sus hijos, que tienen esa afección, supo que el 76% de los diabéticos tipo uno es menor de 18 años. “El grueso de nuestro mercado está formado por niños y adolescentes con padres millennials. Por eso les ofrecemos recompensas digitales, como puntos para un juego, por hacer bien la tarea de cuidarse”, contó. Ante la búsqueda frustrada de aplicaciones que ofrecieran un servicio así de forma dinámica, usó sus habilidades de programación para crear una app, centrada en la recolección de datos que puedan compartirse fácilmente y de forma entretenida, para que el usuario se cuide con el recurso de un juego.
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