Empresas, ciencia, partidos y marcas: la crisis de las instituciones
"Hay una crisis mundial de credibilidad. Cualquier indicador de confianza en las instituciones cayó en picada en los últimos años. Al mismo tiempo, avanzan tecnologías y redes que hacen que los filtros de confianza empiecen a subir de precio, por el exceso de información", resumió el economista Sebastián Campanario, cuando moderó un panel en el encuentro El desafío de generar confianza, organizado por LA NACION.
Lo acompañaron Andrés Hatum, profesor de Management y Organización de la Escuela de Negocios de la Universidad Torcuato Di Tella; Diego Golombek, doctor en Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional de Quilmes y Conicet; y Darío Straschnoy, CEO de Untold_. Debatieron sobre la confianza y la verdad desde el punto de vista de las marcas, la organización y la ciencia.
Straschnoy describió a la confianza como el "oxígeno". "No podríamos vivir si no tuviéramos confianza. Si no tengo confianza en tomar ese producto del supermercado sabiendo que está bien, no podría vivir la vida. La necesidad de generar confianza encuentra del otro lado la necesidad que tenemos de confiar", resumió.
Pero es un oxígeno que se construye "pasito a pasito", resaltó. La tecnología y las redes sociales no construyen o destruyen confianza per se, explicó el publicista, sino que son amplificadoras de los errores de las compañías. Dio un ejemplo de una marca deportiva que apoyó a las mujeres en sus comunicaciones, pero de la que luego se supo que les pagaba menos a sus trabajadoras.
"Yo no confío en nadie", disparó Hatum. Para el especialista en management, la confianza "se demuestra" con el trabajo. Dentro del mundo de las organizaciones, se refirió al reclutamiento de los trabajadores. Campanario le consultó si tomaría un "fracasado" para su equipo. "No", respondió rotundo, y agregó: "Si es una persona que tuvo un intento de emprender, sí, pero yo no quiero un 'fracasador serial' en mi compañía, no confiaría", dijo.
Sobre la crisis de confianza en la ciencia, Golombek explicó que la sociedad actual se parece menos a los Supersónicos y más a los Picapiedras, en referencia a los dibujos animados de antaño. "En ciencia, como en otros sectores, las mentiras espectaculares tienen muy buena prensa", resaltó. Se refirió a los ejemplos de los grupos antivacunas: "Aunque haya sido un fraude inicial, destruirlo es muy difícil".
Por otro lado, también se refirió a los algoritmos, una palabra muy de moda en la actualidad que pretende demostrar que la máquina es más certera que el hombre por su capacidad de instalar datos. "Hemos depositado la confianza en los algoritmos, pero hay alguien que los codificó: es decir, un humano que depositó sus ideas allí", resumió. Por eso los algoritmos son "prejuiciosos", dijo.
La confianza, en permanente crisis
"La confianza y la verdad son temas que uno podría separar. No necesariamente la confianza necesita de la verdad: la confianza necesita de sí misma. En la sociedad moderna la confianza es un valor cotidiano", sostuvo Luis Costa, presidente de Luis Costa y Asociados, en el panel moderado por Diego Sehinkman, conductor de LN+.
Sumado a este lineamiento, Adriana Amado, investigadora en la Universidad Argentina de la Empresa (UADE), afirmó que las personas confían explícitamente en muy poca gente, y más aún, en seres semejantes a uno mismo. Por eso consideró que las encuestas fieles hoy están en extinción, ya que están estrechamente vinculadas al poco grado de confianza que tenemos en las instituciones.
Hoy se empezó a "sospechar que las redes sociales te dan otra cosa que las encuestas no" y que estas actúan de cierta manera como un "Waze social", agregó.
Acosta definió a la opinión pública como un fenómeno moderno en donde hay una vida pública que se orienta a lo que los demás piensan; y cree que hoy en día presiona para que el proceso político, económico y social no se dé como hace unos años.
"Esas grandes etiquetas de que el campo está compuesto por la 'oligarquía' se fracturaron", sostuvo Amado. Dentro del espectro agropecuario, sostuvo que hoy el desafío principal es unificar las distintas partes que conforman este mundo y empezar a desmitificar ciertas etiquetas que se le han puesto en el pasado.
Añadió que es necesario apostar por una comunicación con respaldo para poder dejar atrás esa crisis y convertirse en un "cercano" para el mundo agropecuario.
Por otro lado, Acosta se refirió a que la mayoría de los ciudadanos utilizan la información solo para verificar lo que ellos ya pensaban y que resulta crucial dejar de creer que el mundo se esta desbalanceando todo el tiempo. "La verdad y la confianza pueden ir en paralelo, pero no podemos estar repensando todo el tiempo", vaticinó.
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