Una pyme paga hasta 47 impuestos sumando todas las jurisdicciones
En los tres niveles de gobierno existentes en la Argentina -nacional, provincial y municipal- rigen al menos 163 impuestos y regímenes de seguridad social. Pero para dimensionar adecuadamente el costo de administración tributaria que afrontan los contribuyentes es pertinente analizar cuántos alcanzan efectivamente a uno en particular, por caso, una pyme.
Según un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), una empresa mediana con personal en relación de dependencia en la provincia de Córdoba que se dedica a la venta mayorista y minorista de productos electrónicos se ve alcanzada directa o indirectamente por 47 impuestos, regímenes o normas procedimentales. Y esto tratándose de una actividad de tipo general y, por consiguiente, no afectada por disposiciones específicas.
De ese total de 47 tributos, en 30 se ve afectada en forma directa o activa en su carácter de contribuyente o agente de recaudación anticipada, con la consiguiente carga en materia de exteriorización y pago de la obligación. En los 17 restantes está afectada de manera indirecta como sujeto pasivo de las retenciones, recaudaciones o pagos a cuenta, señala el informe.
El listado completo incluye 20 impuestos y sistemas previsionales (11 nacionales, 5 provinciales y 4 municipales), 24 regímenes de recaudación anticipada relacionados con los anteriores (16 nacionales, 5 provinciales y tres municipales) y tres normas procedimentales en materia tributaria, una por cada nivel de gobierno.
"Estas cantidades muestran a las claras la complejidad del sistema tributario argentino desde el punto de vista de los sujetos pasivos del mismo en lo referido al cúmulo de legislación tributaria que deben conocer, a la permanente actualización de las mismas que deben contemplar, a la cantidad de declaraciones juradas que deben presentar periódicamente y al número de liquidaciones de pago mensuales o anuales que deben realizar. Todo lo cual implica un notable costo de administración tributaria no solo directo, para cumplimentar con sus obligaciones, sino indirecto, derivado de las posibles consecuencias pecuniarias de los errores involuntarios cometidos", sostiene el trabajo del Iaraf, y agrega que la carga es aun mayor para los contribuyentes incluidos en el régimen de convenio multilateral (que afecta a los que deben tributar en distintas jurisdicciones) y para aquellos alcanzados por regímenes específicos vigentes para diversas actividades particulares.
Consultado por LA NACION, el director del Iaraf, Nadin Argañaraz, dijo que las empresas tienen que estar al tanto de 47 normativas, además de los permanentes cambios, con lo que al costo de pagar impuestos se suma el costo de cumplir.
"Esto es claramente una complejidad adicional que no se mide cuando se calcula la carga tributaria. Es un costo adicional y también es un costo para la AFIP. Si tuvieses 10 tributos a nivel provincial, nacional y municipal, obviamente que tendría que ser más simple recaudarlos y la fiscalización. El desafío es simplificar este esquema, además de que bajen los impuestos y se eliminen los gravámenes distorsivos", concluyó el economista.
La perspectiva a corto plazo
De acuerdo con el informe coyuntural de la fundación Observatorio Pyme, tanto las pequeñas y medianas empresas manufactureras como sus pares de software y servicios informáticos tienen un nivel de confianza muy bajo sobre el futuro, con un importante sesgo pesimista. Estos guarismos se asemejan a los del período de crisis de 2009 y, aunque un poco menos, también a la recesión de 2014.
"La perspectiva no es buena porque el país está prácticamente detenido frente a las elecciones. Y además, hay un tema financiero que es que, con una tasa real positiva como la que existe, ningún proyecto de inversión cierra. Dentro del poco espacio que tiene para actuar, el Gobierno parece preocupado y por eso saca iniciativas como el Ahora 12, pero que no terminan de sacarnos de la recesión", opinó Vicente Donato, director de la fundación.
En este sentido, dijo que está parada la contratación de gente incluso para proyectos puntuales. De acuerdo con sus cálculos, entre las pymes manufactureras se perdieron cerca de 40.000 puestos de trabajo en el primer trimestre de 2019 en relación con el mismo período del año anterior, mientras que sus pares de software y servicios informáticos solo crearon 3500, con lo cual el resultado neto del segmento es negativo.
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