¿Trabajar en casa o en la oficina? Qué prefieren los empleados para la era pospandemia
Cerca de la mitad de quienes en estos días están haciendo teletrabajo dicen que les gustaría seguir haciendo las tareas laborales en su casa y "en las mismas condiciones que ahora" una vez superada la situación planteada por la pandemia del Covid-19. Un 25%, en tanto, no tiene una preferencia marcada, al menos por ahora, y un porcentaje similar se muestra en desacuerdo con la idea de no volver a la oficina.
Aun cuando la modalidad se instaló por fuerza mayor, ocho de cada diez empleados señalan que les gusta vivir esta experiencia. Una experiencia que, sin embargo, parece presentar para un grupo de personas la necesidad de ajustar las tuercas en cuanto a la manera de administrar el tiempo. El desgaste por una superposición de tareas laborales y hogareñas, por ejemplo, es algo que dice sufrir casi un tercio de las mujeres que teletrabajan (entre los varones, el índice es mucho más bajo), en tanto que más de tres de cada diez trabajadores admiten no haber podido establecer fronteras entre la dedicación al trabajo y a la familia.
Las conclusiones surgen de un estudio elaborado recientemente por el Centro Conciliación Familia y Empresa del IAE Business School de Argentina (la escuela de negocios de la Universidad Austral), con entrevistas a 507 personas que trabajan para empresas de más de 50 empleados. De ese universo de consultados, más de la mitad está en compañías donde antes de la pandemia no se ofrecía la posibilidad de teletrabajar, en tanto que cuatro de cada diez ya se quedaba en casa una o dos veces por semana.
"El teletrabajo no es para cualquier tipo de personas, no es para cualquier tipo de trabajo y no es para cualquier tipo de familia", describe Patricia Debeljuh, directora del centro que encaró la investigación. En cuanto al primer tramo de la triple afirmación, eso es así, señala, porque hay quienes, para poder organizarse, necesitan tener la dinámica de salir de la casa, por una cuestión de personalidad. En cuanto a la familia, la imposibilidad o las dificultades pueden tener su raíz en la forma en que está integrado el hogar y también en la falta de herramientas y de espacios adecuados en la vivienda. "Hay casas donde la mesa de la mesa de la comida, del estudio o del trabajo, es la misma", dice Debeljuh, con respecto a los temas que implican trabas o generan desafíos.
El tipo de trabajo por su parte, marca una limitación evidente de las posibilidades de hacer tareas en casa. Un informe reciente elaborado por Ramiro Albrieu, investigador del Cippec, sostiene que sí pueden realizarse a distancia las tareas que están a cargo de unos 3,2 millones de los 11,6 millones de ocupados que hay en los 31 centros urbanos relevados por la Encuesta Permanente de Hogares del Indec. El índice, entonces, ronda el 27% y marca la potencialidad (y no la realidad) del teletrabajo sobre el universo total de las ocupaciones.
Entendiendo las diferencias de personalidades, de entornos y de tipos de organización en las empresas, "nos propusimos ver qué apoyo recibe quien teletrabaja tanto en lo instrumental como en lo emocional, y no solo desde la empresa, sino también desde la familia", señala Debeljuh con respecto al trabajo hecho por el Centro Conciliación Familia y Empresa.
Una de las conclusiones a las que se llegó es que el 82% dice que el trabajo a distancia y la actual situación lo llevaron a valorar más a su familia. Y un porcentaje familiar señaló que llegó a involucrarse más en las tareas del hogar.
En principio, por otra parte, más personas dijeron sentirse capacitadas para el teletrabajo (91,1% del total) que las que consideraron estar "emocionalmente preparadas" para las tareas a distancia (respuesta dada por el 81,7% de los consultados).
La empresa y el entorno laboral
La gran mayoría de quienes respondieron al relevamiento dijo estar en buena sintonía con superiores y compañeros de trabajo. Ocho de cada diez consideraron que sus jefes fomentan la confianza y otorgan libertad para organizar el modo de trabajo y para adaptarse a la modalidad. Y una cantidad similar de empleados consideró que hay una actitud de apoyo por parte de sus pares.
Una frase que no logró tan alto grado de adhesión (en estos temas, la encuesta ofreció diferentes afirmaciones y quienes respondieron debieron indicar qué grado de acuerdo o de desacuerdo tenían con ellas) fue la que señala que los objetivos planteados llegan a ser cumplidos dentro de la jornada laboral. Cuatro de cada diez marcaron la opción "neutral" o las que indican niveles de desacuerdo.
Por otra parte, la gran mayoría manifestó tener el equipamiento necesario para teletrabajar, aunque el sentimiento de contar con apoyo emocional para esta coyuntura se hizo presente en bastante menor medida. Vinculado con eso, el 46% de los encuestados dijo que accede a cursos de capacitación para el uso de herramientas tecnológicas, en tanto que un porcentaje mucho menor, 17,9%, afirmó que tiene la posibilidad de hacer cursos en temas de conciliación entre trabajo y familia.
La propia personalidad y el entorno familiar
Dos tercios de los consultados se autocalificó con un nivel alto o muy alto en cuanto a su capacidad de trabajar sin controles externos y sin necesidad de estímulos, mientras que más de 70% considera que puede definir bien sus objetivos y planificar tareas.
Entre una serie de diferentes capacidades personales que están involucradas en el trabajo fuera del ambiente de una oficina, la de distribuir el tiempo entre el trabajo, la familia, el ocio y otras actividades es la que tuvo menor grado de adhesión. De todas formas, no resultó tan bajo: más del 53% dijo que tiene alta o muy alta capacidad para gestionar el tiempo.
Entre las dificultades consideradas por la encuesta, la referida a separar el tiempo del trabajo del dedicado a la familia es la que más aparece: al 32,6% los teletrabajadores le cuesta ese desafío. Le siguen los problemas para cumplir con el trabajo en el tiempo establecido (18,7% de los casos), las dificultades para organizarse en el trabajo (15%) y el dilema de sobrellevar la incertidumbre y la angustia (13,6%).
Diferencias entre ellas y ellos
Si bien las mujeres, tal como señala Debeljuh, suelen estar más habituadas a lidiar con la administración del tiempo entre diferentes tareas, los resultados de la encuesta muestran que se sienten bastante más identificadas que los varones con la frase: "Me desgastó la superposición de tareas laborales y domésticas". Ellas dijeron tener un alto o un muy alto nivel de acuerdo con esa expresión en el 31,4% de los casos, mientras que entre ellos el 15,2% dijo sentirse identificado o muy identificado.
Entre los varones, además, hubo una mayor proporción de quienes pudieron establecer, a su criterio, fronteras entre el mundo laboral y el mundo familiar, que entre las mujeres. Ellas, además, dicen verse más interrumpidas que ellos en los momentos en que están trabajando (15,6% y 5,3%, respectivamente, dijo verse expuesto a un nivel alto o muy alto de interrupciones).
Con la mirada puesta en los tiempos pospandemia, el 45,3% del total de los consultados afirma que le gustaría seguir trabajando en casa y en las mismas condiciones que las actuales. El porcentaje sube al 53,3% cuando a la afirmación se le agrega el "siempre y cuando la empresa me dé las facilidades, el acompañamiento y la capacitación requeridos". Y es de 48,5% cuando la condición para preferir que continúe el teletrabajo es contar con "el apoyo y la colaboración de mi familia".
Un dato no menor ni para el trabajador ni para la empresa es que el 54,5% evalúa que el teletrabajo contribuyó a mejorar su eficiencia y su productividad laboral.Tiempo de pandemia, tiempo de cambios. Que, muy probablemente, terminen por definir prácticas que se instalen para el después.
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