Management a la manera de Nerón, o al estilo Confucio... mucho mejor
Lecciones de la historia mucho antes de que Peter Drücker fuera proclamado el padre del management moderno; amor y temor no van de la mano
Dicen por ahí que Peter F. Drücker (1909-2005) fue el “inventor” del management, entendiéndose éste como el arte de administrar una empresa, poniendo el acento en la participación de las personas. Fue uno de los primeros en señalar que la sociedad del conocimiento sería el motor de la riqueza en el futuro inmediato. Tal vez a más de uno le suene verosímil, lo que implicaría, naturalmente, que el mejor negocio es la inversión en capacitación e investigación. Hay quienes lo aceptaron, también quienes no le creyeron y aquí estamos, en el futuro pronosticado. Pero mirar para adelante siempre contiene algo de zozobra, un laberinto incomprensible y a veces hay que buscar certidumbres en el pasado.
Séneca (4 a.C.- 65 d.C.) fue un filósofo, político y escritor de la Antigua Roma que dejó muchos escritos. Entre éstos encontramos una de las cartas a Lucillo, “Hay que tratar a los esclavos con humanidad”, cuyo prefacio sintetiza lo que trata todo su texto: “¡Son esclavos! Pero también hombres. ¡Son esclavos! Pero viven bajo el mismo techo. ¡Son esclavos! Pero también humildes amigos. Vive de tal manera con el inferior como quisieras que el superior viviera contigo”.
La antigüedad del escrito nos obliga a admitir que las cuestiones del poder y el liderazgo vienen de hace tiempo y estamos sin haberlas resuelto. Séneca fue el gurú de la época, contemporáneo de Tiberio, Calígula, Claudio y Nerón, quien fue también su pupilo. Por las afirmaciones antes transcriptas y lo que conocemos de Nerón, se entiende que haya sido desplazado mediante el destierro y decretado a una condena a muerte. No había puntos de vista coincidentes.
Lo más interesante es la línea que recorre la historia del liderazgo, que empieza mucho antes del nacimiento de Séneca con aquel principio enunciado por Confucio (China, 551 a.C. - 479 a.C), “Trata a los demás como quieres que te traten”. En este caso, desde el siglo I dentro de la tradición occidental, fue atravesando los distintos modelos de relaciones del trabajo conocidos en el siglo pasado y los actuales. Es tanto una crítica al fordismo, como un aporte a los círculos de calidad, calidad total, trabajo en equipo y los reclamos silenciosos pero evidentes de los millenials contemporáneos.
Cabe preguntarse, a partir de estos datos de la historia, sobre el porqué del extraño mecanismo que omite un concepto tan simple y elemental, y que contiene prácticamente todo lo que hay que saber (y hacer) como líder de un grupo de trabajo. No es necesario escribir un libro sobre la aplicación de la técnica, sino realizar el esfuerzo por hacerse unas preguntas que deben ser contestadas con honestidad total.
A saber y al azar: ¿podría yo vivir decentemente con ese sueldo?, ¿necesitaría estar informado sobre los objetivos de mi tarea?, ¿qué seguridad tengo que lo estoy haciendo bien?, ¿podría mejorar?, ¿quiero ser considerado solo como trabajador o también como persona? Etcétera. Pueden haber algunas preguntas más, pero no requieren un esfuerzo extraordinario. Es nada más que sentido común aplicado, si es que queremos darle un barniz técnico. La sensibilidad sería un valor agregado.
Volvemos a Séneca, con un párrafo del texto citado: “Quien es respetado, también es amado; amor y temor no pueden amalgamarse”. Es una herramienta que parece inevitable en los estilos de conducción elegidos, aunque ya se ha comprobado millones de veces que puede tener buenos resultados a corto plazo, pero desastrosos en el correr del tiempo y la vida de las personas.
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