La OMS considera que el estrés laboral es una grave epidemia
Los accidentes y las patologías profesionales elevan el índice de mortalidad
Cinco mil trabajadores mueren por día por enfermedades relacionadas con el trabajo. El sorprendente dato fue mencionado por Antonio de Sousa Uva, médico de trabajo y profesor de la Escuela Nacional de Salud Pública de la Nueva Universidad de Lisboa, durante el VII Congreso Iberoamericano de Medicina del Trabajo, que se realizó días atrás en Buenos Aires. La cifra engloba situaciones de accidentes de trabajo, enfermedades profesionales y aquéllas empeoradas por el trabajo.
Los profesionales de la medicina de la salud se enfrentan ante nuevos retos. A esa conclusión se llegó durante el encuentro organizado por la Sociedad de Medicina del Trabajo de Buenos Aires, del que participaron profesionales de España, Brasil, Uruguay, Colombia, Portugal, México y Chile, entre otros.
"El trabajo infantil es uno de los principales desafíos. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), cada año mueren 22.000 niños que trabajan y 17 millones sufren accidentes. Otro tema son las mujeres que hacen doble jornada, porque además de trabajar atienden la casa y la familia. Ellas tienen dos veces más posibilidades de sufrir riesgo coronario que los hombres. Hay que considerar también que los puestos, las herramientas y las máquinas están construidos según el tamaño del hombre promedio", dijo Ruddy Facci, especialista en Medicina del Trabajo y vicepresidente de la Comisión Internacional de Salud Ocupacional (ICOH, según sus siglas en inglés).
"El estrés laboral -continuó- es considerado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) una epidemia global. Es el único riesgo ocupacional que puede afectar al ciento por ciento de los trabajadores. Genera alteración del estado de salud, ausentismo, disminución de la productividad y del rendimiento individual, y aumento de enfermedades, rotación y accidentes. Por otro lado, el trabajo itinerante causa alteraciones del sueño, digestivas, psicológicas, sociales y familiares, y riesgos de accidentes."
Trabajo en negro, acoso sexual, acoso moral, desempleo, problemas de visión, terrorismo -por nuevas armas químicas- y capacitación son otros de los desafíos. El experto comentó que existen dos graves situaciones que no son nuevas y que aún deben ser solucionadas: la falta de conocimiento y conciencia sobre temas relacionados con la salud laboral y la ausencia de la mentalidad de prevención.
Dos formas de violencia
Los flagelos sociales tienen incidencia en la tarea de los médicos de trabajo. Durante la mesa redonda Riesgos ocupacionales en la mujer, Graciela Anastasi, psicóloga, docente y miembro de la Asociación Argentina de Psicodiagnóstico, explicó: "El temor a la pérdida del empleo, despersonalización y violencia urbana repercuten en el desinterés por la tarea, descenso de rendimiento, trastornos de ansiedad y el quiebre de identidad e ideales".
Entre las reacciones que pueden tener las personas que sufren de violencia urbana y siguen en tratamiento psicopatológico enumeró: verborragia, hiperactividad, llanto sin motivo, aumento de sensibilidad, tendencia a querer demostrar permanentemente su capacidad, más cansancio y desapego emocional con los compañeros.
En la misma exposición, Leticia Maggiolo, abogada, psicóloga social y presidenta del Tribunal del Trabajo Nº 4 de La Matanza, se refirió a la violencia desde el punto de vista de la relación interpersonal. Dijo que los grupos de mayor riesgo son las mujeres separadas con hijos a cargo y aquellas que se acercan a la edad de jubilación.
Para prevenir la violencia laboral, la jueza sugirió elaborar estándares de reconocimiento que tengan en cuenta la extensión de la jornada, condiciones de medio ambiente laboral, forma de organización de la tarea, distribución de responsabilidades, relaciones de jerarquía, abordaje de conflictos, relación entre compañeros, ausentismo recurrente y antecedentes de violencia laboral. En ese sentido, Maggiolo sugirió: "Se debe hablar sobre el tema y no ser pasivo. Hay que generar debates y formas de resolver conflictos. Por ejemplo, en la empresa se pueden exhibir carteles para señalar actos de violencia y sus posibles consecuencias".
La clave es el médico
"El mejor médico del trabajo es el que desarrolla una estructura de organización, crea procesos diferentes y administra bien los problemas y las complicaciones de los cambios en las personas. Para hacer esto es necesario cohesión, trabajo en grupo, armonía y buena relación en las asociaciones", explicó Ruddy Facci durante su exposición El médico de trabajo en el mundo posmoderno. Según el experto, el médico debe:
- Ser profesional en un sentido amplio. Tiene que ser un ser humano con criterios éticos, que piense de manera global, local y que tenga visión holística. "Con naturalidad, y con voluntad de crecer y hacer que los otros crezcan, debe saber cuándo es preciso decir sí y cuando es necesario decir no."
- Debe tener capacidad técnica, entrenamiento adecuado, abordaje de prevención, saber trabajar en grupo, tener condiciones de líder y pertenecer a asociaciones de salud ocupacional de todo nivel (estatales, nacionales e internacionales).
- Ser maduro profesionalmente y no atarse a rutinas.
Facci señaló que la respuesta a los problemas crónicos de la salud ocupacional se busca en el perfeccionamiento progresivo de los procedimientos de trabajo, la solución del desgaste de las empresas y el avance tecnológico.
"Pero estas soluciones se materializan según la transformación interna que ocurre en las personas, desarrollando las cualidades y virtudes requeridas en el trabajo de la empresa o asociación", advirtió.