La docencia como profesión: una carrera que también necesita talentos
Se trata de fomentar la excelencia y el entrenamiento de las competencias para el trabajo del futuro
Los alumnos ya no son los únicos con pruebas. Desde octubre de 2017 los docentes también tienen que rendir un examen antes de recibirse. "El operativo Enseñar es la primera evaluación diagnóstica de carácter nacional que se toma a los estudiantes del último año de las carreras de maestros de primaria y profesores de secundaria estatales y privados. Busca brindar elementos de diagnóstico para ir mejorando el sistema de formación docente y lo lleva a cabo el Ministerio de Educación de la Nación," explica Jorge Colina, presidente del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa), organización que se dedica a investigar, entre otros temas, el sistema educativo y de capacitación laboral y la seguridad social. "La evaluación docente es una novedad en Argentina; es una herramienta de avanzada para mejorar la educación de la población y para que los propios docentes sean cada vez mejores en lo suyo," agrega Colina.
Esta evaluación, que la Ley de Educación Nacional de 2006 estableció como política para la calidad educativa y que reglamentó el Consejo Federal de Educación en su momento, no pudo implementarse durante más de una década porque algunos sindicatos docentes la tomaron como un ataque a la escuela pública. "En Argentina no hay una cultura de rendición de cuentas. Esto sucede no sólo con los docentes sino también con todo el sector público," explica Colina. "Se hace excesivo hincapié en los derechos laborales y los salarios, pero se elude la obligación de rendir cuentas de lo que se está dando a la ciudadanía a cambio," añade.
No hace falta que el futuro maestro se prepare de manera especial para la evaluación. La idea es ver qué habilidades ha desarrollado en sus cuatro años de estudios. "Se hace más que nada para medir el nivel de preparación que tiene para empezar a trabajar como maestro y retroalimentar con esos datos el sistema de formación docente de manera de establecer una mecánica de mejora permanente," precisa Colina. Para eso se evalúan las habilidades de comunicación escrita y las capacidades pedagógicas de planificación y estrategia de enseñanza y evaluación de los docentes por medio de ejercicios abiertos, resoluciones de casos y preguntas de opción múltiple.
La evaluación se tomará una vez al año y por ahora no se prevé un sistema de premios y castigos. Cada futuro docente que la rinda recibirá un diploma que acredita su participación. Este examen se toma hace tiempo y con variantes en otros países, como Inglaterra, Canadá, Portugal y Chile. En algunos países, el buen desempeño del docente se premia con ascensos o reconocimientos económicos y el malo, cuando es sostenido, se castiga con el despido. En Argentina, los resultados de octubre estarán listos en mayo y serán procesados por el Ministerio de Educación de la Nación a través de la Secretaría de Evaluación Educativa.
El informe de Idesa del 1 de octubre de 2017 indica que "según datos del Ministerio de Educación, entre 2006 y 2015 en las escuelas primarias del Estado la cantidad de cargos docentes se incrementó en un 19% y el salario docente aumentó en promedio un 41% por encima de la inflación." De allí que el argumento de que el fracaso educativo argentino se debe a los bajos salarios no es válido.
Cuestión de ingresos
Según Colina, los docentes en nuestro país no están mal pagos. Cobran en promedio una remuneración similar a la de un trabajador privado de otros sectores con la ventaja de que sus condiciones de trabajo son superiores (6 horas, entre 45 y 60 días de vacaciones al año, régimen de licencias más benéfico y estabilidad en el empleo). Además, en la última década el salario docente creció a mayor tasa que el del resto de los sectores.
"Lo que ocurre es que el buen docente no está reconocido," reflexiona el presidente de Idesa. "El salario crece por la sola acumulación de antigüedad y los regímenes de licencias son muy permisivos, haciendo que un maestro que no trabaja cobre lo mismo o más que uno que sí lo hace y que se esmera en ser un buen docente," da como ejemplo. Por eso se necesitan reglas laborales que premien a los docentes buenos y dedicados.
"Jerarquizar la docencia a partir de la evaluación de desempeño y un régimen salarial sensible al compromiso del educador con sus alumnos es primordial," señala Idesa. "La función social del educador es demasiado importante como para dejarla librada al interés individual o a los intereses corporativos," sostienen desde Idesa. De allí que también sea una oportunidad usar esta herramienta de gestión, que es la evaluación a futuros docentes para jerarquizar a aquéllos que demuestren capacidad y compromiso.
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