Escenario laboral: se trata de evolucionar o extinguirse
El mundo del trabajo conlleva en la actualidad un gran interrogante: cuáles serán las ocupaciones y habilidades que se requerirán en un futuro próximo para no quedarse fuera del sistema. Para las organizaciones la única certeza es la volatilidad y ambigüedad en la que tienen que proyectar sus negocios.
El proceso de transición hacia un escenario donde la tecnología sea el vector principal para la generación de productos y servicios implica pensar en enormes desafíos. Claramente hay aspectos que podrán considerarse positivos, otros que podrán ser vistos cómo negativos e incluso muchos, como ya estamos viendo, son resistidos. Se habla demasiado de la "uberización laboral", aunque tanto para las empresas, como para nuestra vida profesional, aplica más que nunca el axioma de Charles Darwin "evolucionar o extinguirse".
La Argentina, además de estar atravesada por esta revolución tecnológica y el impacto que provoca en el rediseño de su arquitectura social, tiene una actualidad aún más compleja por su adversa coyuntura económica. El año pasado fue un año duro. Al mismo tiempo se coincide en asegurar que la preocupación en 2019 se mantendrá. Esto provoca en el mercado laboral una retracción, pero a la vez una aceleración en cambios, que en muchos casos estamos obligados a considerar como oportunidades sin enojarnos.
Para explicar la situación, podría decirse que 7 de cada 10 compañías no pudieron cumplir con sus previsiones de ventas y ganancias en el último año. Los balances estuvieron muy por detrás de las proyecciones iniciales. Esto obligó a paralizar decisiones, realizar recortes en estructuras de personal, abrir grandes procesos voluntarios de retiro en la plantilla laboral y en simultáneo siendo más flexibles y ágiles que nunca. Pero además siendo 2019 un año con agenda electoral, las decisiones de todas las organizaciones están "on hold".
A pesar de este complejo entramado, las compañías - sin distinguir su tamaño - se vieron apremiadas a comenzar con procesos de rearmado en sus estructuras: fusionar puestos, renovar management, rotar personal, comenzar fuertes debates de introspección que incluyen debatir valores, misiones, objetivos, todo enfocado a entender estas nuevas demandas externas y adaptarse.
Frente para lo que muchos es un nuevo paradigma, asociado a una "nueva economía", las empresas que evolucionen tendrán que adaptarse a las nuevas formas de trabajar aceptando con inmediatez una nueva programación estratégica. La velocidad que imprime el cambio, implica promover y gestionar el talento interno como un elemento clave de transformación e innovación. Para ello, las grandes corporaciones fusionan la gestión del talento y los nuevos modelos de liderazgo en la cultura corporativa, y desarrollando planes concretos que permiten identificarlo, analizar dónde y cómo utilizarlo y ofrecer oportunidades de éxito. Es decir que más allá de los conocimientos técnicos, en un punto ya un valor asumido, hay que manejar la diversidad de recursos frente a entornos complejos y con capacidad de 360 grados de transformación.
Desde la visión del profesional o candidato, quizás lo más preocupante es la profundización de la "grieta" entre quienes entiendan la necesidad de capacitarse para los trabajos que se requerirán y aquellos que quedarán prácticamente fuera del sistema si es que pronto no logran reconvertirse y obtener las habilidades exigidas. Para concluir, es necesario que todos los actores que hacen al campo del trabajo, logren crear equipos diversos para poder comprender y servir mejor a los desafíos planteados.
Managing Director de PageGroup Argentina
Miguel Carugati
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