Equilibrio entre la vida profesional y personal
El tiempo libre se está transformando en un buen incentivo para los empleados
MADRID (ABC).- Que el dinero no compra la felicidad ni la calidad de vida es algo que parecen confirmar las últimas exigencias de los profesionales en las empresas norteamericanas y europeas. Ante la mirada atónita de quienes no hace mucho se dedicaban a idear todo tipo de fórmulas retributivas, la tendencia actual hace que los responsables de las empresas tengan que pensar en términos de tiempo para retener a sus talentos más valiosos.
Conciliar intereses laborales con intereses privados es, además, una opción rentable mediante la que se hace desaparecer la sensación de estar secuestrado por el trabajo, al tiempo que aumenta la motivación y productividad de los empleados.
Según el estudio anual que la revista Fortune realiza con la colaboración de Hewitt Associates para la selección de las 100 mejores empresas para trabajar en América , el factor emergente, cada vez más valorado por los empleados, es la calidad de vida.
Las iniciativas que estas empresas están poniendo en marcha para facilitar el equilibrio entre vida profesional y personal tienen como objetivo que el empleado pueda organizar su forma y estilo de trabajo: horarios flexibles, jornada laboral reducida o intensiva, posibilidad de trabajar a tiempo parcial, compartir responsabilidades o actividades específicas, teletrabajar, períodos sabáticos, compra y venta de vacaciones.
Recados y teletrabajo
Los servicios de recados dentro de las empresas para agilizar trámites a los empleados también están a la orden del día: "Posibilidad de encargar desde la misma oficina gestiones rutinarias de diferente índole, desde el revelado de películas, ropa de lavandería, retiro de paquetes y películas de video, trámites bancarios, revisión del coche, reserva de mesas en restaurantes u oferta de servicios adicionales como gimnasios, guarderías, peluquería, masaje y pertenencia a clubes deportivos, gastronómicos o culturales", explican desde Hewitt.
"Los directivos necesitan ser reeducados en este aspecto -explica Antonio Linares, director general de Hewitt para España y Portugal-. Es inadmisible que un mando superior pueda disponer del tiempo de sus empleados y, desde luego, es demencial que nadie se vaya hasta que el jefe no lo haga. A veces, esa dedicación de los superiores al trabajo es un síntoma de que no saben qué hacer con su tiempo libre." En cuanto a la instrumentación del teletrabajo, los especialistas sostienen: "La idea no es forzar al empleado a trabajar desde su casa, sino la de romper la barrera física de la oficina en el desarrollo de tareas profesionales. Los trabajadores que disponen de las herramientas adecuadas pueden realizar sus trabajos desde el lugar que ellos escojan. De esta forma se rompen los límites temporales. Un empleado puede optar cuándo interrumpir su jornada y terminar su labor más tarde desde su casa".
"Las empresas han descuidado durante largo tiempo los problemas que conciernen a la vida familiar y desarrollo personal de los empleados -explica Robert Rossen, profesor de la George Washington University y autor de Cómo lograr una empresa sana (Granica)-. Muchas compañías se han aferrado obstinadamente a una serie de mitos y viejos prejuicios que las han llevado a desestimar la importancia de las vidas privadas de su personal. Hasta que las empresas no comprendan las falacias de esos mitos, los empleados seguirán sintiendo el incómodo y conflictivo esfuerzo de ser leales al trabajo y a la familia, y las compañías seguirán padeciendo sus efectos".
Investigación
"Se buscan familias de clase media que tengan como mínimo un hijo. La pareja deberá trabajar, preferentemente, en las nuevas tecnologías." En septiembre de 1998, tres antropólogos de la Universidad de San José (California) iniciaban en Sillicon Valley una investigación sobre el impacto del trabajo en la vida privada de las personas. Los investigadores iban a convertirse durante un año en la sombra de cada familia que formara parte del proyecto.
La zona elegida concentraba a un buen número de personas capaces de trabajar veinticuatro horas al día, los siete días a la semana. Según Chuck Darrah, uno de los profesores responsables del estudio, las conclusiones de la investigación se darán a conocer en agosto próximo.