El proyecto de ley de la oposición será un cepo a la creación de puestos
La mal llamada ley antidespidos es un cepo al trabajo: desalienta la creación de empleo y destruye puestos. Contrario a lo que se ha querido relatar, no existe una ola masiva de despidos. En el primer trimestre del año hubo un incremento de 6000 ocupados en el sector privado formal. Así, el mercado se encuentra estable en valores similares a los de los últimos cuatro años. Este estancamiento no es parejo: mientras que en la construcción hubo una caída de cerca de 20 .000 empleos, en el sector agropecuario hubo un aumento de esa misma cantidad, y en varios servicios crecieron las dotaciones.
Todos los meses se incorporan y se desvinculan alrededor de 300.000 empleados. Por ejemplo, en el primer trimestre de 2015 se incorporaron 925.000 y se desvincularon 847.000. El mercado laboral es un organismo dinámico cuyo gran objetivo es crear oportunidades.
En el mandato kirchnerista hubo tres ocasiones donde las desvinculaciones superaron a las incorporaciones en más de dos trimestres: la recesión 2008-2009, una pequeña recesión en 2012, y una leve desmejora en 2014 por la devaluación de Axel Kicillof. En estos casos, con caída real de empleo, nadie del Frente para la Victoria pidió prohibir los despidos. Por el contrario, el diputado Héctor Recalde, principal impulsor de la iniciativa actual, declaraba en 2014 que una propuesta así "obstaculiza nuevas contrataciones".
Este proyecto de ley es un cepo al trabajo, como la restricción a la compra de moneda extranjera resultó un cepo al capital. Así como, con el cepo cambiario, nadie transformó un dólar en pesos, con el cepo al trabajo ningún pequeño empresario querrá contratar. Y así como el cepo cambiario incentivó el mercado negro, en este caso se incentivará la informalidad. El cepo cambiario le costó al país dos millones de puestos laborales. ¿Cuánto le costará este cepo aplicado al factor humano?
Desde hace cuatro años, la movilidad laboral se viene paralizando. Aprobar el proyecto agravará eso.
Las políticas económicas actuales generan las condiciones para el empleo. La salida del cepo, el arreglo con los holdouts, la transparencia en la obra pública, el ordenamiento del BCRA, la reducción de impuestos y la actualización de tarifas fueron medidas necesarias para darle dinamismo a la economía. Parte de la oposición, con gran cinismo, busca frenar el efecto positivo que esas medidas tendrán sobre el mundo del trabajo. El Gobierno, en cambio, propone un plan de Primer Empleo que fomentará el trabajo formal, con mayor impulso para las pymes.
El autor es subsecretario de Políticas, Estudios y Estadísticas Laborales
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