El empleo público crece más rápido que el privado
El fenómeno se manifiesta con fuerza en las provincias; cada 100 puestos privados registrados hay en promedio 54 estatales
La crisis que vive la provincia de Santa Cruz es la punta del ovillo, el síntoma de un problema mayor y generalizado en la Argentina. En el distrito que conduce Alicia Kirchner, según datos oficiales, hay 159 empleados públicos –en su mayoría, provinciales– cada 1000 habitantes, lo que ubica a esa provincia entre los cinco coeficientes más altos del país.
Para suplir la falta de generación de trabajo en sectores más productivos, el empleo público se expandió en los últimos años a tasas mucho más elevadas que las del privado. Por caso, a diciembre de 2016, en Santa Cruz había 85 empleados públicos cada 100 puestos privados, según números oficiales del Ministerio de Trabajo. Doce de esos 85 empleados son nacionales, 62 son provinciales y 11 municipales, si se busca entender las proporciones. Ése es sólo un ejemplo, atado a la coyuntura. Son muchas las provincias que viven hoy en esa misma situación.
Con el objetivo de reducir el déficit fiscal de sus cuentas nacionales e impulsar un crecimiento sustentable, el Gobierno promueve un cambio.
En principio, la gestión de Mauricio Macri no sólo redujo fuertemente el año pasado la tasa de generación de empleo público en la administración central (ministerios, organismos descentralizados y universidades, entre otros), algo que no sucedió en provincias y municipios, sino que impulsa una modificación de la ley de responsabilidad fiscal para morigerar los gastos corrientes provinciales. El debate ya está en marcha con los gobernadores y es la piedra basal para impulsar una reforma tributaria pensada para 2018.
Sin embargo, y pese a que el mercado laboral privado parece más dinámico en el interior, el Gobierno no puede mostrar aún resultados significativos del otro lado del mostrador: el empleo privado se mantiene estancado, con un muy tibio crecimiento por goteo que no ayuda al equilibrio con el trabajo estatal, aún la única forma viable en muchas de las provincias. De acuerdo con los datos del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), la expansión del trabajo asalariado privado registrado en febrero fue de 0%, según la medición mensual desestacionalizada. Hasta la actualidad, el único sector que aparece con dinamismo es la construcción, que depende de la obra pública (el Estado). En el interior, el campo tracciona, pero es un sector poco intensivo en la contratación.
A fines de 2016 había 3.490.056 trabajadores estatales, que se dividían así: nacionales (740.677), provinciales (2.297.491) y municipales (451.888). Los datos de la cartera que conduce Jorge Triaca, sobre la base de los registros de la seguridad social, indican que la plantilla de trabajadores que dependen del Gobierno (nacionales) cayó 0,2% entre 2015 y 2016. No obstante, en las provincias creció un 0,9% y en los municipios se expandió 2,4%. Entre 2014 y 2015, todavía con el kirchnerismo en el poder y en un año electoral, las tasas del empleo público subían exponencialmente, al 5,1% (nacional), provincial (3,8%) y municipal (4,8 por ciento).
La presión del empleo público en las cuentas nacionales -así como de los subsidios económicos- será la clave del cumplimiento de las metas fiscales que se autoimpuso el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne. ¿Por qué? Según la cartera que conduce Triaca, cada 1000 habitantes hay 81 empleados públicos. Unos 16 están en el sector público nacional, 53 aparecen en el nivel provincial y 13 en el municipal. Buenos Aires (57), Córdoba (60) y Santa Fe (67) son las que mejores coeficientes per cápita muestran. Catamarca (168), La Rioja (162), Capital Federal (160), Tierra del Fuego (160) y Santa Cruz (159), las peores. Vale aclarar que en todos los distritos el mayor peso del Estado se lo llevan los empleados públicos provinciales por lejos, menos en la ciudad de Buenos Aires, que aparece en esa posición porque acoge en su distrito a casi todos los empleados nacionales.
Si se analiza el peso del empleo público con relación al privado en las diferentes provincias, aparecen siete en las que el Estado tiene preeminencia frente a las empresas a la hora de crear empleo. Éstas son: Formosa (218 trabajadores públicos cada 100 privados), Catamarca (218), La Rioja (204), Jujuy (164), Santiago del Estero (153), Chaco (136) y Corrientes (105). En cambio, las de mayor creación de trabajo registrado privado son la ciudad de Buenos Aires (30 empleados públicos cada 100 privados), Córdoba (41), Santa Fe (44) y Buenos Aires (46).
La brecha salarial
De acuerdo con los datos del Ministerio de Trabajo, el sector público paga mejor que el privado en 15 provincias y CABA: La Pampa (59,8% más), Misiones (59,1%), Chaco (50,9%), la ciudad de Buenos Aires (37,9%), San Juan (37,5%), Salta (34,7), Córdoba (34,5%), Buenos Aires (21,1%), Entre Ríos (30,9%), Santa Fe (24,7%), Mendoza (23,1%), Neuquén (16,8%), Formosa (14,5%), Tierra del Fuego (9,2%), Corrientes (6,7%) y Chubut (2,6 por ciento).
Por otro lado, a contramano, las provincias en las que el sector privado supera -en la mediana- al sector público son Santa Cruz (-0,8% menor el salario público que el privado), Río Negro (-1,3%), Tucumán (-3,5%), Catamarca (-3,6%), San Luis (-6,2%), Santiago del Estero (-6,9%), Jujuy (-20,2%) y La Rioja (-35,6%).
Del editor: ¿cómo sigue? El cumplimiento de la meta fiscal depende en parte del peso del empleo público. Otro desafío complejo para el Gobierno
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