Dolores Avendaño: "Hay que enfocarse en lo que se quiere lograr"
Ilustró todas las portadas de la edición en español de Harry Potter, el libro de J. K. Rowling; a partir de una historia de tenacidad y superación logró hacerse un nombre internacional
Convencida de que querer es poder, esta diseñadora gráfica recibida en la UBA no escuchó los consejos de dos de sus profesores de la Rhode Island School of Design, de Estados Unidos, donde cursaba la carrera de ilustración. "Es muy difícil trabajar en este mercado, es muy competitivo, dedicate a otra cosa." Sin embargo, la mujer de las cavernas –como le decían sus amigos de la Universidad por quedarse encerrada, dibujando día y noche, y declinar salidas y viajes– se recibió y buscó trabajo sin parar. "Yo tenía muy claro, pero muy claro, lo que quería", dice.
Absolutamente, todos sus contactos estaban al tanto de sus ganas de vivir de la ilustración.
Este fue su primer acierto: poner en marcha el boca en boca entre todos los que la conocían para que la ayuden a insertarse en el mercado laboral.
El segundo, ir a todas las entrevistas, intensivamente, sin bajar los brazos después de los no. Era febrero de 1993.
Finalmente llegaron los sí. Una ilustración llamada Tres amigos fue el pasaporte para dibujar, en 1994, un libro sobre Halloween y, más tarde, en la Argentina, llegó la gran oportunidad: poner en marcha la pluma para dar forma a este chico mago, como le dijeron en Emecé cuando le ofrecieron el proyecto. Era para dar forma, para el mercado de habla hispana (España, América latina y Estados Unidos), a Harry Potter, un niño de 11 años que todavía tenía, en 1997, bajo perfil.
Desde el Museo Nacional de Arte Decorativo (MNAD) donde hay tiempo hasta hoy para ver una muestra de sus ilustraciones, Dolores Avendaño cuenta más detalles de su historia, que también incluye otros trabajos como la ilustración de un cuento de Silvina Ocampo, una interpretación de los ambientes del MNAD y charlas motivacionales para empresas. Y también una historia como ultramaratonista con carreras, por ejemplo, en el desierto de Sahara, de más de 243 kilómetros.
—¿Cómo fue la búsqueda de trabajo en Estados Unidos?
—Fue difícil porque estaba sola, no tenía la contención de la familia, de amigos. En momentos complicados es muy importante el apoyo de la gente que te dice vos podés. Pero yo sentía que la oportunidad en mi carrera como ilustradora se iba a dar ahí, en Estados Unidos. No me quería volver sin conseguir trabajo. Y conseguí ahí mi primer libro, de Halloween, todo ilustrado. Cuando vas como estudiante a Estados Unidos tenés un año para trabajar legalmente desde que te recibís. Después de eso, para quedarte a trabajar, una empresa tiene que contratarte por tiempo completo. Yo me tuve que ir después del año porque trabajaba freelance.
–¿Reconocieron materias de diseño gráfico allá?
-Sí, yo llevé la traducción legalizada de las materias que había aprobado y pude hacer la carrera en dos años y medio en vez de cuatro.
–¿Qué fue lo que los profesores que recomendaron un cambio de rumbo no vieron?
- Creo que no vieron –y yo quizá no supe mostrar– la pasión interna que tenía. Yo no medía el enorme esfuerzo que ponía en la carrera, las horas que me pasaba dibujando. Me rompí el alma. Estaba al 100% enfocada en lo que quería lograr. Mi prioridad número uno era mi carrera. Fue algo extremo y dejé de lado cuestiones más personales.
–¿Cómo son los tiempos en esta profesión?
-Variaron mucho. A veces me piden un trabajo de un día para el otro.
–En el caso de Harry Potter, ¿había algún pedido puntual?
-En los tres últimos libros me pidieron escenas puntuales parecidas a las escenas de la edición norteamericana por una cuestión de marketing, pero siempre hice contrapropuestas manteniendo el clima.
–¿Se gana bien en esta profesión?
-La gente que la elige no lo hace por el dinero. Aunque nunca se sabe. En la Argentina hay grandes talentos. Conozco colegas que buscan, y muchas veces encuentran, muy buenas oportunidades en el ámbito internacional, porque acá el mercado es un poco chico.
–¿De qué se tratan las charlas motivacionales a empresas?
-He dado en Prosegur, Tomás Hermanos (una empresa ubicada en Carlos Casares), Easy o YPF. Di charlas en el gobierno de la ciudad y en Posadas para 500 personas, pero también a colegios. La idea es animarse a correr el límite, animarse a jugarse por lo que uno realmente quiere, la importancia de una buena actitud, la fe en uno más allá de lo que digan alrededor, la importancia de la preparación. Además, escuchar la voz interior. Si se sabe qué es lo que se quiere lograr, es un don y hay que respetarlo, y jugarse por eso.
Perfil
- Dolores avendaño
ilustradora internacional
Estudios: diseño gráfico en la UBA; ilustración en Rhode Island School.
- A partir de su experiencia en una profesión muy competitiva, da charlas motivacionales para empresas.
- También tiene una trayectoria como ultramaratonista.
- Tiene libros impresos en Estados Unidos, Italia, España y Perú.
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