2018 fue el peor año de la década para la demanda ejecutiva
De mayor a menor. Del entusiasmo por los esquivos brotes verdes a la desazón. De soñar con el campeonato al descenso directo. Probablemente la demanda laboral ejecutiva haya sufrido en 2018 su peor año en toda la última década.
Poco y nada queda hoy de un primer cuatrimestre, entonces, aún activo, y que crecía, lento, pero seguro. El turbulento abril le asestó a la demanda laboral el primer golpe y las empresas adoptaron al wait & see. Luego, junio resultó la mano letal que derrumbó todo. Así pues, el segundo semestre fue el infierno tan temido: hiring freeze mas desvinculaciones. Que, para los perfiles profesionales, empezaron siendo selectivas. Pero que la empantanada economía local acabó por masificar, empujando a todas y todos hacia un oscuro tobogán laboral.
¿Quiénes se salvan de esta tormenta? La heterogeneidad del mercado del trabajo argentino, imperfecto y diverso, rescata a algunos, casi siempre los mismos. Once mil nuevos puestos creados en 2017 y casi diez mil más en 2018: la realidad de la industria de los servicios informáticos y software parece de otra galaxia. Hoy quienes trabajan en el sector de IT (Tecnologías de la Información) pueden recibir -si por caso fuesen un Desarrollador Java Senior- hasta diez ofertas de trabajo por semana. Acá están hoy -y lo estarán por muchos años más- las grandes oportunidades laborales, generando vacantes para tareas y funciones que hoy ni siquiera conocemos, pero serán necesarias en el futuro.
A varios escalones del podio, pelean por sostener la demanda laboral la agroindustria, los servicios financieros y el Oil & Gas. Claramente éste último pica en punta en este segundo lote. Vaca Muerta es la punta de lanza de un sector revitalizado, respaldado localmente por políticas de estado y globalmente por el desafío de energías más limpias y renovables. Neuquén se perfila como la provincia vedette, y hacia donde emigrar para aumentar las chances de encontrar una silla vacante. Incipientes hace unos años, hoy ya una realidad, las Fintech brotan entre el mundo IT y las finanzas, generando nuevos ofertas de empleo. En su mayoría startups, son el ejemplo vivo de la revolución de la digitalización.
¿Las amenazas? Para aquellos que saltaron del sector privado al público, las elecciones presidenciales del segundo semestre con certeza serán decisivas para su futuro. El consumo masivo, el retail, la construcción y las automotrices son hoy el grupo de la muerte; excepto para aquellos perfiles especialistas en el core business del negocio, la estabilidad laboral hoy está en jaque.
¿Las oportunidades? Capacitarse, en épocas de crisis, asoma como una decisión de inversión segura. Engrosar el tool kit de know how, siempre suma, jamás resta. Para aquellos con probada cintura y sostenida tolerancia a la frustración, las pymes en proceso de profesionalización siguen abriendo puertas para ejecutivos que comprenden las (sustanciales) diferencias entre el mundo de las multinacionales y el ecosistema de una empresa mediana o pequeña en Argentina. Para los más jóvenes o desarraigados, la aventura de expatriarse a la región o aún más lejos, recupera protagonismo hasta tanto el panorama local aclare.
Hacia adelante, hoy son aún tibias las señales que auguren un inmediato cambio de tendencia. Habrá que pasar el verano y un par de meses más para que las compañías traduzcan en genuina creación de empleo la anhelada reactivación económica. Mientras tanto, se impone la abundante perseverancia y resiliencia para ganarle a un mercado laboral deprimido, con marcadas diferencias sectoriales, donde existirán las oportunidades laborales, pero muy específicas y sólo para algunos.
General manager de la consultora GhidiniRodil