Elon Musk fija metas ambiciosas en Tesla, pero a menudo se queda corto
Elon Musk hizo en mayo otra de las audaces proyecciones que se han convertido en algo común para él, al afirmar que Tesla Motors Inc., el fabricante de automóviles eléctricos que fundo y dirige, esperaba entregar alrededor de 17.000 vehículos a los compradores en el segundo trimestre, su mayor cifra de producción hasta el momento.
En julio, Tesla hizo otra cosa que también se ha vuelto común: no cumplió la meta de su presidente ejecutivo. La compañía entregó 14.370 vehículos y atribuyó el 15% faltante en parte a los autos que todavía estaban en camiones y buques de carga.
“Nunca he fijado una meta que sé que es poco realista, a menos que haya dicho específicamente que sé que es poco realista”, dijo Musk, de 45 años, en una entrevista. Este mes se comprometió a aumentar la producción semanal de Tesla en más de 50% hacia fin de año en comparación con el primer semestre de 2016.
Pocos presidentes ejecutivos apuntan tan alto o presionan tanto como Musk, quien es también presidente de la junta y el mayor accionista de Tesla. La empresa está creciendo más rápido que General Motors Co. y Ford Motor Co. y tiene un valor de mercado de US$34.000 millones, alrededor de un tercio del valor de estas dos automotrices tradicionales combinadas.
En los últimos cinco años, sin embargo, Tesla incumplió más de 20 proyecciones hechas por Musk, desde la cantidad de los autos a producir hasta los objetivos financieros, según un análisis de The Wall Street Journal. En 10 de sus objetivos declarados, la compañía se demoró en promedio casi un año más de lo previsto.
Su sedán Model S salió de fábrica en la fecha prevista en 2012, pero el todoterreno Model X se retrasó casi dos años antes de debutar en septiembre pasado. El sedán Model 3, cuyo lanzamiento estaba previsto inicialmente para finales de 2014, fue presentado en marzo y no llegará al público sino hasta el año que viene.
Hasta ahora, el juego de las expectativas de Wall Street no se ha aplicado a Musk, una demostración de que algunos de los empresarios de más alto perfil de Silicon Valley juegan con reglas diferentes. Las compañías que hacen promesas que no cumplen son por lo general castigadas por los inversionistas.
Las acciones de Tesla han subido más de 760% en los últimos cinco años, frente a aproximadamente 65% del Promedio Industrial Dow Jones.
“Este tipo quiere salvar el mundo”, dice Ron Baron, fundador de la firma de gestión de activos Baron Capital Group Inc., que tiene una participación de más de US$300 millones en Tesla. A Baron no le preocupan los incumplimientos de la empresa. “Las probabilidades de que hagamos un montón de dinero con esta inversión son muy favorables”, asegura.
Algunos analistas, sin embargo, han comenzado a preocuparse de que los ambiciosos pronósticos de Musk puedan pesar sobre Tesla a la hora de cumplir su objetivo de producir un millón de autos al año hacia finales de 2020. Desde 2008, la compañía ha vendido cerca de 140.000 vehículos.
El mes pasado, Musk anunció un nuevo “plan maestro” que incluye el lanzamiento en los próximos años de versiones eléctricas de una camioneta pickup, un todoterreno pequeño, un camión de carga y un vehículo tipo autobús. Y Tesla duplicará su plantilla tras la compra de SolarCity Corp., una compañía de energía solar de la cual Musk también es su mayor accionista, en una operación valorada en US$2.600 millones.
“Las metas que fijan para la producción son ridículamente ambiciosas”, sostiene Colin Langan de UBS Investment Research.
El futuro de Tesla depende en gran medida de que Musk logre ampliar a las masas el atractivo de los autos de la empresa de Palo Alto, California. Los primeros modelos de Tesla costaban más de US$100.000. La compañía trata ahora de completar el Model 3, un sedán con un precio base de US$35.000, que competirá con los autos a gasolina.
En mayo, Musk dijo a analistas e inversionistas que esperaba que la producción del Model 3 se inicie el 1 de julio de 2017.
En una entrevista con The Wall Street Journal el mes pasado, Musk restó importancia a su propia meta. “¿Creo que la producción del Model 3 comenzará el 1 de julio del próximo año?”, se preguntó. “No”, contestó.
La legislación bursátil vigente da a los ejecutivos un amplio margen para pronosticar y fijar objetivos, pero una empresa podría ser responsabilizada si sus directivos sabían que sus estimaciones tenían poca o ninguna probabilidad de hacerse realidad.
“Cuando se hace una proyección, se necesita una base razonable para creer en la validez de la proyección”, explica Harvey Pitt, ex presidente de la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos, quien ahora dirige una empresa de consultoría.
Musk dijo: No “establezco objetivos que yo sepa que no se pueden cumplir”. Las metas difíciles mantienen a Tesla avanzando. “Para tener un buen resultado, tenemos que esforzarnos por un resultado genial”, señaló.
Tesla tiene cerca de 14.000 empleados, frente a los 6.000 que tenía a finales de 2013. En 2014 y 2015, Musk fijó metas de producción más altas, pero se quedó corto al cierre de ambos años. El ejecutivo mismo establece los objetivos, y los números luego bajan por la estructura de la compañía, según han dicho tanto Musk como sus empleados.
Una carta a los accionistas de mayo de 2014 estableció una meta de más de 35.000 entregas de autos Model S para todo el año. Tesla quedó 3.345 vehículos por debajo de ese objetivo, según documentos financieros de la compañía.
En agosto de 2014, Musk predijo que para fin de 2015 la compañía habría despachado 100.000 unidades, o más de 8.000 autos fabricados y vendidos por mes. La cifra real fue de unos 5.800 mensuales. En febrero del año pasado, Tesla dijo que entregaría unos 55.000 vehículos para finales de 2015, pero el número real estuvo 8% por debajo.
Musk admite que cumplir sus proyecciones llevó más tiempo de lo esperado. Pero eso no tiene mucha importancia, dijo, porque a la larga Tesla cumplirá todos sus objetivos.
Después de que dio a conocer su Model 3 en marzo, la compañía recibió 373.000 reservas de compra. Musk ha proyectado que Tesla venderá 500.000 vehículos para 2018, dos años antes que la meta anterior.
Se prevé que la producción del Model 3 comience en menos de un año, pero los diseños finales de ingeniería se terminaron hace sólo unos meses. Otros fabricantes de autos a menudo completan la fase de ingeniería dos años antes del lanzamiento de nuevos modelos.
Cuando se le preguntó sobre el cronograma de los autos, Musk dijo estar de acuerdo con que es “realmente corto. Será como un récord mundial”. Cualquier persona que no crea que Tesla cumplirá sus objetivos “obviamente (...) no debería comprar las acciones” de la compañía, agregó.
The Wall Street Journal