Cuando en 1972 se sancionó la Ley 19640, que estableció un régimen especial aduanero y fiscal para la promoción industrial de Tierra del Fuego , no solo cambió para siempre la fisonomía productiva de la isla sino que también gracias a esa norma Argentina logró desarrollar una industria electrónica sofisticada y moderna. Según datos de AFARTE (Asociación de Fábricas Argentinas Terminales de Electrónica), el 93 por ciento de los aires acondicionados, teléfonos celulares y televisores que se comercializan en la Argentina se fabrican en Río Grande y Ushuaia .
Empresas como BGH , Grupo Mirgor, Grupo Newsan, Brightstar, Midea Carrier, Radio Victoria, Electrofueguina, Digital Fueguina, FAPESA y SOLNIK, solo por nombrar a algunas, producen desde Tierra del Fuego para grandes compañías internacionales, pero también elaboran con marcas propias. En la Planta Malvinas de Mirgor en Río Grande, por ejemplo, se fabrica el 70 por ciento de los teléfonos celulares de Samsung que se venden en el país, incluidos el S9 y el S9 Plus, los aparatos más distinguidos de la prestigiosa marca coreana. En ese mismo rubro también depositan su confianza en la industria fueguina otros gigantes como LG o Motorola.
Pero si algo distingue a la industria fueguina es su versatilidad. Prácticamente no hay electrodoméstico o bien de consumo electrónico que no se produzca o se haya fabricado en sus plantas. Además de televisores, aires acondicionados y celulares, por sus líneas de producción también corren microondas y sistemas de audio y de climatización para autos. Años atrás la isla también supo fabricar notebooks, filmadoras, cámaras de fotos, home theaters y muchos equipos más.
Alta integración
Una recorrida por cualquiera de las plantas que producen bienes electrónicos en Tierra del Fuego alcanza para dimensionar el nivel de complejidad de los procesos productivos que allí se implementan y de la sofisticación de los productos que se elaboran. Algunas de las compañías, incluso, ofrecen visitas para turistas. Es el caso del Grupo Newsan, que abre sus puertas en Ushuaia para que cualquiera pueda ver con sus propios ojos cómo se produce la compleja inserción automática de placas.
"El nivel de integración que hay en la industria de Tierra del Fuego es muy alto. En un televisor, por ejemplo, está por arriba del 85 por ciento", cuenta Pierre Iribarren, gerente de la Planta 5 del Grupo Newsan, donde hoy se fabrican marcas como Noblex, Sanyo y Philco, entre otras. Allí se fabrican incluso aparatos de más de 60 pulgadas.
Más allá de algunas diferencias lógicas que existen en las líneas de producción de las distintas industrias electrónicas, la estructura y los procesos de cada planta guardan muchas similitudes. Toda planta cuenta con grandes galpones para recibir la materia prima, que es meticulosamente clasificada, y para alojar los productos terminados, que luego viajarán en camiones hacia todo el país. Pero quizá una de las tareas más sofisticadas que encara cada empresa es el ensamblaje de las placas electrónicas. Sus cientos de componentes son insertados mayormente de manera automática por maquinaria de ultima tecnología que, tras el ensamble, "hornean" la placa para que soldar todos sus elementos. Durante todo el proceso, las placas son sometidas a distintas pruebas y testeos para identificar las que pudieran tener alguna falla. Solo los componentes más grandes, que son los mínimos, se suelen incorporar de manera manual.
Impresiones láser y 3D, brazos robóticos que detectan fugas de gas refrigerante en los aires acondicionados, máquinas "expendedoras" de materia prima y hasta un carrito autónomo que lleva productos ya empaquetados hasta el almacén siguiendo una línea negra en el piso son algunas de las innovaciones tecnológicas que les imprimen a las plantas fueguinas un perfil netamente futurista. También contribuyen a esa imagen la pulcritud y la prolijidad. Para ingresar a una planta donde se fabrican celulares, por caso, todos deben pasar por un pasillo hermético donde bocas de aire incrustadas en las paredes se encargan de "limpiar" de partículas a los empleados.
Capital humano
Si bien a primera vista lo que más resalta en estas fábricas es la costosa tecnología adquirida para aumentar la productividad, las décadas de experiencia que llevan muchas de estas empresas aportan un plus más intangible pero no menos real: el desarrollo del talento local. El contacto con la más alta tecnología ha permitido que los ingenieros nacionales busquen permanentemente cómo hacer más eficientes los procesos. Y a pura creatividad, diseñan y desarrollan herramientas propias con ese objetivo. Prueba de ello son, por ejemplo, los sistemas de cámaras que controlan de manera automática la calidad de la imagen de los televisores.
Gracias a su larga trayectoria, las plantas fueguinas ya están inmersas en lo que se conoce como industria 4.0, esto es la capacidad de conectar la producción con la informática con el objetivo de garantizar la mejor calidad de los productos. "Desde 1990 que en Mirgor estamos trabajando con todo tipo de sensores que permiten 'fabricar' la calidad. Nosotros definimos la calidad como un elemento que se fabrica y no como un elemento que se controla. Tenemos sistemas informáticos interconectados para hacer rastreabilidad de los productos y garantizar que lo que se está fabricando esté acorde con las líneas de montaje internacionales", explica Fabio Rozenblum, director de Planeamiento y Asuntos Corporativos de Grupo Mirgor.
Mucho más medible es el volumen de la producción que, si bien es menor que la del año pasado debido al contexto económico actual, entre enero y junio de este año, las fábricas argentinas terminales de electrónica elaboraron 4,7 millones de celulares (en 2017 la producción fue de 10,6 millones), 2,4 millones de televisores (la única línea que creció gracias al empujón que la industria tuvo a nivel mundial) y 410 mil aires acondicionados (durante el año pasado se produjo 1,07 millones unidades).
Pero entre los efectos de la Ley 19640 hay otro factor que no puede soslayarse. "La ley tiene un objetivo geopolítico: lo que busca es poblar una zona de la Argentina que estaba despoblada y donde había conflictos limítrofes con Chile. Fue muy exitosa, porque se establecieron muchas empresas y la isla se pobló. Hoy podemos decir que pasó de tener 14 mil habitantes a tener una población de alrededor de 200 mil", dice Pierre Iribarren. Y agrega Rozenblum: "Aproximadamente el 33 por ciento del Producto Bruto de la economía de Tierra del Fuego proviene de esta industria, que es generadora de alto empleo, con salarios altos y personas altamente calificadas en ingeniería, en software y en manufactura de calidad".
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