Electrodomésticos: una empresa argentina de más de 110 años entró en convocatoria de acreedores
Ribeiro comunicó que presentó una convocatoria de acreedores
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La crisis económica que atraviesa la Argentina desde hace más de tres años, sumada a los efectos de la pandemia, generó que otra empresa de electrodomésticos se presentara en convocatoria de acreedores. Este es el caso de Ribeiro, que comunicó la medida “después de mucho esfuerzo para intentar salir adelante por otras vías”.
Según informaron en un hecho relevante a la Comisión Nacional de Valores (CNV), la compañía familiar de más de 110 años acusó el comienzo de la grave situación que atraviesa a la fuerte devaluación de la moneda de abril de 2018. “Se transformó en el inicio de una gran crisis que nos termina llevando, y después de mucha lucha y esfuerzo, a la comentada presentación en concurso de acreedores”, dice la nota firmada por el presidente Manuel Ribeiro.
“No tiene mucho sentido explayarnos sobre la gran crisis económica que vive el país desde 2018 en adelante porque ustedes la viven a la par. La caída en el nivel de actividad y por ende en los resultados de la empresa se originaron como dijimos con la devaluación del año 2018 y sus consecuencias inmediatas; es decir, altas tasas de interés e inflación y en contraposición la baja en el poder adquisitivo de nuestro cliente promedio afectaron de manera ostensible la venta y por ende la situación económica y financiera de la compañía”, señala la misiva.
Luego, indica Ribeiro, durante el primer trimestre de 2020 la continuidad del proceso recesivo agravó la situación. “Las ventas siguieron en baja, la compañía siguió operando a pérdida, con bajísimos niveles de caja para hacer frente a sus obligaciones. Ese deterioro económico-financiero se aceleró llegando a una situación extrema a mediados de marzo de 2020, unos días antes de la cuarentena obligatoria declarada por el gobierno, el 19 de marzo, cuando nos vimos obligados a cerrar todas las sucursales (algunas habían sido cerradas unos días antes por las autoridades locales), por la pandemia del Covid 19, esto nos puso en una situación dramática”, indicó.
“En ese momento tuvimos que tomar la decisión final de tener que optar por subsistir, manteniendo una operatividad mínima, sabiendo que estaba en juego la continuidad de nuestra empresa centenaria. La compañía siguió tratando de superar la crisis que exponencialmente agravó el Covid-19, gracias al esfuerzo inclaudicable de sus empleados, gerentes, directores y el compromiso de sus accionistas, quienes reinvirtieron en la sociedad casi US$20 millones entre 2018 y 2019″, agregaron.
La empresa destaca que el cobro de sus créditos de consumo, “las minicuotas Ribeiro”, se normalizó en abril de 2020, cuando el Gobierno le habilitó abrir las sucursales para ese fin, y con eso se logró transferir “su recaudación cedida a los fideicomisos financieros públicos, en tiempo y forma, debiendo destacar el sorprendente nivel de cumplimiento de esos minicuotistas que con sus pagos permitieron normalizar el mercado de fideicomisos”.
Sin embargo, señaló, no alcanzaron a firmar con los proveedores un compromiso vía fideicomiso en garantía para provisión de mercadería. “Sin stock suficiente no pudimos acompañar el crecimiento de venta on-line”, explicó.
“Pero la Pandemia no impidió que tratáramos de buscar cualquier otro camino alternativo para recomponer o mejorar la crítica situación de la empresa, buscamos vía bancos y especialmente con un banco oficial, lograr una línea de crédito para garantizar futuras compras de mercaderías, condición necesaria para volver al círculo virtuoso, la idea era ceder en garantía nuestro principal activo, el moderno Centro de Distribución de Spegazzini. Lamentablemente y después de más de dos meses de esfuerzo por parte nuestra, la línea de crédito no fue aceptada”, admitió la compañía.
El directorio de la empresa intentó buscar un socio inversor para relanzar el negocio. “Inclusive se había tomado la decisión de que si aparecía un interesado serio, que asegurara la continuidad de la empresa y de su gente, estaba dispuesto a ceder el control accionario. Tuvimos dos interesados en donde invertimos varios meses de pre-due diligence, pero las negociaciones terminaron inconclusas, la situación macro del país y del mundo no ayudaron a pesar del atractivo que significa una empresa con gran cantidad de clientes y su perfomance en el mercado”, indicó.
Según indicó el presidente de la empresa, la presentación a concurso de acreedores “no es el fin”. “Por el contrario, es un mecanismo que nos da la ley para reordenar la compañía y continuar la búsqueda de inversores y financiamiento que nos permitan volver a tener una compañía operativamente rentable, y que de esta manera pueda cumplir con todos los acreedores en el tiempo que se requiera y conservar la mayor fuente de trabajo posible”, comentó.
“En síntesis, les pedimos nuevamente un voto de confianza, ya hemos demostrado en los pasados 100 años nuestra vocación de hacer negocios con ética y visión de largo plazo, una de las claves para el buen funcionamiento de Ribeiro. Por eso sabemos que sanar la relación con nuestros acreedores lo antes posible es una de las claves para volver a ser la empresa de la que todos estemos orgullosos”, concluyó.
De esta forma, Ribeiro se suma a Garbarino, que también sufre una situación preocupante. La empresa adeuda parte de los salarios de abril y mayo a sus más de 4000 empleados y tuvo que disponer el cierre de decenas de sucursales. Igualmente, no bajan los brazos y están en la búsqueda de un socio que aporte fondos frescos a cambio de una participación accionaria en la empresa.
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