El vino exige su espacio
Crece la demanda de cavas para conservar la bebida; los precios van desde 2000 hasta 16.800 pesos
No basta con elegir un buen vino y lograr el maridaje perfecto con la comida. Para los amantes de esta bebida los detalles son clave: la temperatura, la oscuridad, la ausencia de vibraciones, la conservación y la oxigenación antes de que el líquido llegue a la copa y al paladar.
El clima extremo y la humedad pueden arruinar el disfrute del mejor de los blancos o tintos, por eso entre sus más exigentes consumidores las cavas han dejado de ser un accesorio y se han convertido en una necesidad dentro de casa.
"El cliente que adquiere una cava es una persona sofisticada, que cuida sus vinos y disfruta del ritual del consumo, ya sea solo o con amigos. No es simplemente abrir una botella y tomarla; es un momento especial, en donde uno saca una botella de la cava a temperatura ideal, la descorcha, y ahí la disfruta", cuenta Mariano Merbaum, director de Decoratio, operador en la Argentina de las marcas Winefroz y Vondom.
Locales especializados como Winery, Tonel Privado, Anuary Vinos, y de electrodomésticos como Garbarino, Rodó y Falabella sienten desde hace unos dos años un aumento en la demanda de este producto, que entre sus principales compradores tiene a empresarios, amantes de los vinos y dueños de restaurantes.
En el mercado local se ofrecen cavas con capacidad para 6, 12, 18, 27, 38 y hasta 143 y 165 botellas. Su precio varía según las características, si son termoeléctricas, tienen puerta de vidrio espejado, control de temperatura touch o tienen luz LED en su interior. Las más sencillas se encuentran desde 1200 pesos y las más completas llegan a costar unos 16.800 pesos.
Las que conservan de 38 botellas de vino en adelante suelen tener dos o tres niveles independientes de temperatura, lo que permite conservar vinos a diferentes grados, dependiendo de lo que se busque: si tener las botellas listas para servir o conservarlas en el tiempo.
"Las cavas que más demanda tienen son las de 6 y 12 botellas, que se compran para el uso familiar", dice Carlos Verón, asesor de ventas de uno de los 18 locales de Winery.
La demanda mensual es variable, pero sólo en uno de los locales de Rodó se comercializan en promedio 10 cavas por mes, dice un vendedor.
"La tendencia de tener cavas se dio porque la gente entró en la cultura del vino, por eso también se compran otros accesorios, como los decanters", cuenta Alejandro Martín, de Tonel Privado.
Son accesorios que sirven para oxigenar la bebida y servirla. Los hay desde $ 200 a $ 500, dependiendo del cristal del que estén fabricados y de si son importados.
Los vinos son cada vez más sofisticados, por lo cual el consumidor entendió que debía almacenarlos y servirlos correctamente, explica Merbaum. Las cavas resuelven la necesidad de contar con un espacio adecuado para la conservación de las bebidas, sin descuidar la decoración y el estilo en el hogar.
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