El viento de cola ya no sopla para la Argentina
Es clave la mirada global y no provinciana en esta transición política de cara al próximo gobierno. Hay que superar el enfoque populista y de corto plazo de esta administración en este fin de ciclo, relevando qué pasa en el mundo.
En particular la Argentina, como es sabido, es el país que menos creció en exportaciones desde 2003 en relación con el resto de los de la región. La economía internacional presenta una escalera de tasas de crecimiento en 2015, con un comercio global más restringido sin que haya crecido el proteccionismo mundial, a pesar de la crisis de 2008.
Europa crecerá aproximadamente a una tasa del 1%; Estados Unidos, al 2%; América latina, al 3,5 %; África, al 6%, y China, al 7% en 2015. La convergencia se acentúa en estos tiempos por el estancamiento relativo de los países centrales y por el empuje de los emergentes. Es una oportunidad valiosa a mediano plazo para nuestro país, pero hay nubes?
Summers, ex funcionario de Clinton, tiró primero el guante sobre el estancamiento secular, en una reunión convocada por el FMI a fines de 2013. En Jackson Holeen, estos días se ha debatido también y mucho sobre el tema. El fantasma por evitar podría ser Japón. No es teoría: 25 años de estancamiento de la isla demuestran que el capitalismo puede perder gas. A pesar de dos ondas largas de expansión en la posguerra (1950-1973 y 1998-2008), está tomando fuerza la idea de estancamiento.
¿Es simple moda intelectual o la resaca natural después de una crisis financiera con una inercia importante hacia una menor actividad en los países centrales?
El estancamiento secular puede advertirse en tasas reales negativas, que son necesarias para igualar el ahorro con la inversión. La trampa de la liquidez es una curva clave en la que se puede visualizar el estancamiento secular.
La principal preocupación que el estancamiento secular supone es que quizá sea más difícil lograr el pleno empleo con inflación reducida e intereses nominales cercanos a cero. Summers plantea, en concreto, que se torna imposible para una economía moderna lograr simultáneamente pleno empleo, crecimiento moderado y estabilidad financiera solamente utilizando la política monetaria convencional.
El estancamiento secular parece forzar a los actores económicos a elegir entre el difícil dilema de crecimiento casi nulo o la creación, siempre traumática, de burbujas financieras con subas y caídas consecutivas en el nivel de actividad.
Hay factores estructurales que pueden obstaculizar el crecimiento y apoyan la idea de estancamiento:
- Demografía: aumento de la esperanza de vida y crecimiento virtualmente nulo de la población de países desarrollados.
- Educación: no hay incremento en el nivel promedio del capital humano.
- Inequidad: el incremento sustancial de los ingresos del 10% de los que tienen mayor riqueza. Es el argumento típico de Piketty.
- Deuda pública: su aumento genera naturalmente inestabilidad y lleva a que descienda la inversión.
Vayamos a la coyuntura internacional que impacta naturalmente en la economía de nuestro país.
Las políticas de impulso monetario de Draghi en Europa y las de Bernanke y Yelen han sido coherentes para retomar el crecimiento.
La economía es la casa que construyó Keynes, según la expresión de Drucker, y el quantitative easing estaba implícito en el tratado monetario del autor inglés. En Estados Unidos, en poco tiempo cambiará esta política y tendremos seguramente suba de tasas de la FED. Termina el ciclo de "plata dulce" para emergentes que no se podrán financiar tan fácil.
En Europa, en particular, continúan tasas de inflación bajas y peligrosas con riesgo de deflación, y eventualmente se espera el default en algún país de la Unión, dado el alto nivel de endeudamiento público. En Europa, no hay esquemas de unión fiscal ni bancaria y faltan liderazgos políticos fuertes para coordinar la recuperación.
China podría reducir en el futuro su tasa de crecimiento. Para China, crecer a un ritmo del 5% sería entrar virtualmente en recesión por distanciarse del nivel de producto potencial que está en un ritmo anual del 9 por ciento. China, con 230 millones de operarios en manufactura, emerge como la gran potencia industrial del planeta. "Los salarios se fijan en Pekín?"
Brasil sigue estancado desde el comienzo de la democracia, con un crecimiento al 1% per cápita, mientras que con los gobiernos cívico-militares en la posguerra el país crecía al 3 por ciento. Mal dato, ya que un tercio de la exportación argentina va a Brasil. Este país lidera la región, con números de actividad y empleo pobres, si bien ha hecho avances institucionales y sociales notables en el presente siglo.
En definitiva, hay fantasmas de estancamiento en el Norte y en el Sur. Las nuevas teorías de crecimiento endógeno permitieron dialogar con la visión convencional de desarrollo. Esta interacción permite ser optimistas con el bienestar futuro y estar más cerca, personalmente, del crecimiento con base institucional inclusiva que plantea Acemoglu, que con el pesimismo de Summers.
El autor es economista y director del Área de Economía del IAE
lanacionar