El triunfo de Trump abre una era de incertidumbre en la Reserva Federal
En los últimos ocho años, la Reserva Federal de Estados Unidos ha estado protegida de sus críticos en el Congreso por el gobierno de Barack Obama que, silenciosamente, apoyó los enérgicos esfuerzos del banco central por estimular el crecimiento económico.
Con Donald Trump, en cambio, la Fed enfrentará un presidente que ha expresado opiniones muy variadas sobre sus políticas, a veces apoyando las bajas tasas de interés y otras veces oponiéndose a ellas, además de criticar a Janet Yellen, la presidenta de la entidad .
Los comentarios de Trump en los últimos días de la campaña sugerían que él no se sentía atado a la tradición de los mandatarios recientes de no pronunciarse sobre la política monetaria. El empresario podría también estar dispuesto a trabajar con el Congreso, controlado por el Partido Republicano, para reformar las leyes que gobiernan la estructura de la Fed y los informes que divulga, posiblemente impulsando propuestas que el banco central considera como amenazas a su independencia.
La Fed ha enfrentado una creciente presión política por parte del Congreso en los últimos años, principalmente de los republicanos, quienes se quejan de que el organismo no es lo suficientemente transparente. Sin embargo, los esfuerzos para que el banco central se someta a un mayor escrutinio del Congreso o para modificar la forma en que opera no han avanzado, gracias a que la Casa Blanca servía como muro de contención.
La elección de Trump allana el camino para que se produzcan cambios. El nuevo mandatario tiene la oportunidad de transformar completamente la junta de gobernadores de la Fed en los próximos 18 meses, durante los cuales hasta cinco escaños de un total de siete podrían quedar vacantes.
“Era perfectamente aceptable [durante la campaña] que un candidato presidencial hablara sobre el impacto de la política monetaria y las medidas de la Fed”, dijo Judy Sheldon, economista y académica sénior de Atlas Network, y además asesora de Trump en política monetaria. “Él nunca se creyó la idea de que la Fed debería ser intocable”, afirmó Sheldon el miércoles en una entrevista con The Wall Street Journal.
Durante la campaña, el candidato republicano se describió como partidario de las bajas tasas de interés, pero luego acusó al banco central y a Yellen de mantenerlas bajas para ayudar a Obama y, por ende, a la candidata demócrata, Hillary Clinton. Además, acusó a Yellen de ser “altamente política” e incluso usó su foto en su última publicidad de campaña en la que atacó “los intereses especiales globales”.
“He oído hablar de dos Donald Trump”, dijo Donald Kohn, ex vice presidente de la Fed y ahora académico del centro de estudios Brookings Institution. “Uno dice que le gustan las tasas bajas y que esperará a ver evidencia definitiva de inflación antes de elevarlas. El otro Donald Trump es el que despotricó contra las burbujas y pensaba que la Reserva Federal estaba jugando un juego político y claramente parecía favorecer un alza de las tasas de interés”.
Trump ha dicho que probablemente no nominará a Yellen para que continúe al mando de la Fed después de que termine su actual mandato a principios de 2018 y, en cambio, preferiría a un republicano en el cargo. Puesto que Trump ya la ha criticado por mantener bajas las tasas, los inversionistas podrían esperar que la persona que elija eleve las tasas de manera más enérgica.
Los mercados también se han preguntado si Trump le pedirá la renuncia a Yellen, teniendo en cuenta que la ha criticado. Sin embargo, es poco probable que ella lo haga o que Trump se lo solicite.
“Él no la está exhortando a que renuncie”, dijo Sheldon, en referencia a los comentarios de que no volvería a nominarla al frente de la Fed. “Está diciendo que le gustaría contar con alguien cuya forma de pensar esté más conforme a la suya”.
Kohn, por su parte, dijo: “Yo realmente no espero que renuncie. Si lo hace no sería un buen precedente”.
La junta de la Fed tiene dos vacantes y se cree que el gobernador Daniel Tarullo dejará el cargo poco después de que se instale el nuevo gobierno. El vicepresidente Stanley Fischer, quien se integró a la Fed en mayo de 2014, probablemente se irá cuando concluya su período a mediados de 2018.
La gestión de Yellen como miembro de la junta de la Fed expira el 31 de enero de 2024 y ella podría quedarse incluso después de que termine su período como presidenta. De todos modos, los líderes de la Fed tradicionalmente han renunciado al banco central tras dejar la presidencia.
—Greg Ip contribuyó a este artículo.
En los últimos ocho años, la Reserva Federal de Estados Unidos ha estado protegida de sus críticos en el Congreso por el gobierno de Barack Obama que, silenciosamente, apoyó los enérgicos esfuerzos del banco central por estimular el crecimiento económico.
Con Donald Trump, en cambio, la Fed enfrentará un presidente que ha expresado opiniones muy variadas sobre sus políticas, a veces apoyando las bajas tasas de interés y otras veces oponiéndose a ellas, además de criticar a Janet Yellen, la presidenta de la entidad .
Los comentarios de Trump en los últimos días de la campaña sugerían que él no se sentía atado a la tradición de los mandatarios recientes de no pronunciarse sobre la política monetaria. El empresario podría también estar dispuesto a trabajar con el Congreso, controlado por el Partido Republicano, para reformar las leyes que gobiernan la estructura de la Fed y los informes que divulga, posiblemente impulsando propuestas que el banco central considera como amenazas a su independencia.
La Fed ha enfrentado una creciente presión política por parte del Congreso en los últimos años, principalmente de los republicanos, quienes se quejan de que el organismo no es lo suficientemente transparente. Sin embargo, los esfuerzos para que el banco central se someta a un mayor escrutinio del Congreso o para modificar la forma en que opera no han avanzado, gracias a que la Casa Blanca servía como muro de contención.
La elección de Trump allana el camino para que se produzcan cambios. El nuevo mandatario tiene la oportunidad de transformar completamente la junta de gobernadores de la Fed en los próximos 18 meses, durante los cuales hasta cinco escaños de un total de siete podrían quedar vacantes.
“Era perfectamente aceptable [durante la campaña] que un candidato presidencial hablara sobre el impacto de la política monetaria y las medidas de la Fed”, dijo Judy Sheldon, economista y académica sénior de Atlas Network, y además asesora de Trump en política monetaria. “Él nunca se creyó la idea de que la Fed debería ser intocable”, afirmó Sheldon el miércoles en una entrevista con The Wall Street Journal.
Durante la campaña, el candidato republicano se describió como partidario de las bajas tasas de interés, pero luego acusó al banco central y a Yellen de mantenerlas bajas para ayudar a Obama y, por ende, a la candidata demócrata, Hillary Clinton. Además, acusó a Yellen de ser “altamente política” e incluso usó su foto en su última publicidad de campaña en la que atacó “los intereses especiales globales”.
“He oído hablar de dos Donald Trump”, dijo Donald Kohn, ex vice presidente de la Fed y ahora académico del centro de estudios Brookings Institution. “Uno dice que le gustan las tasas bajas y que esperará a ver evidencia definitiva de inflación antes de elevarlas. El otro Donald Trump es el que despotricó contra las burbujas y pensaba que la Reserva Federal estaba jugando un juego político y claramente parecía favorecer un alza de las tasas de interés”.
Trump ha dicho que probablemente no nominará a Yellen para que continúe al mando de la Fed después de que termine su actual mandato a principios de 2018 y, en cambio, preferiría a un republicano en el cargo. Puesto que Trump ya la ha criticado por mantener bajas las tasas, los inversionistas podrían esperar que la persona que elija eleve las tasas de manera más enérgica.
Los mercados también se han preguntado si Trump le pedirá la renuncia a Yellen, teniendo en cuenta que la ha criticado. Sin embargo, es poco probable que ella lo haga o que Trump se lo solicite.
“Él no la está exhortando a que renuncie”, dijo Sheldon, en referencia a los comentarios de que no volvería a nominarla al frente de la Fed. “Está diciendo que le gustaría contar con alguien cuya forma de pensar esté más conforme a la suya”.
Kohn, por su parte, dijo: “Yo realmente no espero que renuncie. Si lo hace no sería un buen precedente”.
La junta de la Fed tiene dos vacantes y se cree que el gobernador Daniel Tarullo dejará el cargo poco después de que se instale el nuevo gobierno. El vicepresidente Stanley Fischer, quien se integró a la Fed en mayo de 2014, probablemente se irá cuando concluya su período a mediados de 2018.
La gestión de Yellen como miembro de la junta de la Fed expira el 31 de enero de 2024 y ella podría quedarse incluso después de que termine su período como presidenta. De todos modos, los líderes de la Fed tradicionalmente han renunciado al banco central tras dejar la presidencia.
Greg Ip contribuyó a este artículo.
Jon Hilsenrath y Kate Davidson
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