El triunfo de Rajoy no restaura la confianza
Los inversionistas siguen huyendo de la deuda europea
Una venta generalizada de bonos de los países de la zona euro prosiguió el lunes, cuando los inversionistas minimizaron la elección de un gobierno conservador en materia fiscal en España y continuaron implorando medidas más drásticas por parte de las autoridades europeas.
Un día después de que el Partido Popular de España consiguiera una aplastante victoria sobre el gobernante Partido Socialista en las elecciones generales, los costos de financiamiento del país se acercaron a sus mayores niveles desde el inicio de la crisis. A su vez, el retorno de los bonos soberanos de Italia a 10 años siguió subiendo, al igual que los de Portugal, Irlanda y Grecia. Los retornos de los bonos europeos de mayor calificación, como los de Holanda, Austria, Finlandia y Francia también aumentaron.
Ante la ausencia de señales de que el Banco Central Europeo esté dispuesto a sacar la artillería pesada para estabilizar el mercado, los inversionistas siguen huyendo de la deuda de los países más atribulados de la zona euro y optan por la seguridad que brindan los bonos del Tesoro de Estados Unidos y de Alemania.
La receta de Europa para resolver la crisis se ha centrado en obligar a los países vulnerables a recortar el gasto público. Sin embargo, el curso promovido por Alemania en particular, ha hecho muy poco para restaurar la confianza de los inversionistas.
"Hay un creciente reconocimiento de que la austeridad por sí sola no resolverá el problema", indicó Stuart Thomson, economista jefe de mercado de Ignis Asset Management. Pero de la misma forma, sostuvo, "hay un reconocimiento creciente de que el BCE no puede solucionar el problema. Quienes esperan un milagro con (la emisión monetaria) ilimitada del BCE están equivocados. Creer en eso es como creer en Papá Noel".
La presión sin tregua para vender en Europa deja de manifiesto una verdad simple y difícil. Los gobiernos de la zona euro —excluyendo Irlanda, Grecia y Portugal, que ya perdieron el acceso a los mercados— necesitan recaudar alrededor de 800.000 millones de euros (US$1,08 billones) en 2012 para pagar las deudas que venden y financiar sus operaciones, según las estimaciones de Barclays Capital. Pero los inversionistas, quienes en épocas normales estaban más que dispuestos a prestar, son cada vez más renuentes a colocar sus fondos en cualquier país europeo que represente algún riesgo de incumplimiento. "Los fondos de cobertura ya no están allí. Los bancos se están retirando. Hay administradores de fondos que ya no están activos. Los bancos centrales están reduciendo el riesgo", indicó Peter Schaffrik, director de estrategia de tasas europeas para RBC Capital Markets en Londres.
El lunes se difundieron nuevos informes de que algunos de los grandes fondos de inversión japoneses están alejándose de la deuda soberana europea. Kokusai Asset Management Co. informó que vendió todos los bonos gubernamentales de España y Bélgica que poseía su fondo Global Sovereign Open, el mayor fondo fiduciario de inversión en Japón. Otros inversionistas japoneses han seguido el ejemplo. Mizuho Trust & Banking Co. eliminó en septiembre los bonos del gobierno italiano de su fondo soberano internacional que apunta a inversionistas individuales.
En Europa, los grandes bancos franceses BNP Paribas SA, Société Génerale SA y Crédit Agricole SA han reportado en las últimas semanas una reducción de su exposición a los bonos gubernamentales en países de la zona euro en aprietos. Tales re-tiradas han vuelto cada vez más difícil que los compradores y vendedores acuerden los precios de las transacciones y ha generado llamados para que el BCE pise el acelerador en sus compras de deuda soberana. "Hay que estabilizar, a muy corto plazo, los precios y hay sólo un organismo capaz de hacerlo: el banco central", señaló Scott Thiel, director de renta fija europea y no europea de BlackRock, en Londres.
El alza en el rendimiento de los bonos españoles tras el triunfo de Rajoy y la debilidad persistente de los bonos italianos y griegos sugiere que los mercados piensan que la crisis se escapó del control de los gobiernos nacionales y exige reformas difíciles y prolongadas en la propia constitución de la zona euro. El retorno del bono español a 10 años llegó a 6,6% el lunes, antes de cerrar en 6,55%.
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