El triunfo de Humala revive el debate sobre el rol del Estado
LIMA, Perú- Los coletazos de la victoria del candidato izquierdista Ollanta Humala en las elecciones presidenciales del domingo en Perú alcanzaron el lunes a las bolsas y las sedes de las empresas en toda América Latina, en momentos en que los inversionistas se preparaban para la posibilidad de cambios radicales en una de las estrellas económicas de la región.
La Bolsa de Valores de Lima suspendió temporalmente sus operaciones el lunes luego de una caída de cerca de 10% en la apertura, ante los temores de un mayor intervencionismo estatal en la economía luego de que Humala derrotara a la conservadora Keiko Fujimori el domingo. El nerviosismo también golpeó las acciones de empresas latinoamericanas con inversiones significativas en Perú, como el productor de cobre Grupo México y la operadora chilena LAN Aerolíneas. Luego de un vibrante discurso ante sus segui¬dores el domingo, en el que prometió llevar adelante su agenda nacionalista y contra la pobreza, Humala no realizó declaraciones el lunes. Pero uno de sus asesores económicos, Kurt Burneo, intentó tranquilizar a los mercados al decir que Humala no estropearía una fórmula económica que ha producido 12 años consecutivos de crecimiento.
"Descarto totalmente que pueda producirse una farra fiscal", le dijo Burneo a la radio peruana. Agregó que Humala se ha comprometido a mantener el crecimiento y la inversión para financiar sus planes de mayor gasto social. "Un punto de crecimiento del PBI genera un incremento del 1,2% de la recaudación, por lo tanto es clave continuar con el crecimiento", indicó.
Burneo, quien se desempeñó como ministro de Economía en el gobierno centrista del ex presidente Alejandro Toledo, goza de aceptación entre los inversionistas, pero también pone de manifiesto las grandes interrogantes que rodean el gobierno de Humala. Burneo se sumó a la campaña de Humala por la segunda vuelta luego de que su candidato original, Toledo, fuera eliminado en la primera ronda y no está del todo cla¬ro que representa la actual filosofía del Humala.
Los analistas afirman que suele haber opiniones encontradas entre los asesores más moderados que se unieron a Humala tras la primera vuelta y los más izquierdistas que lo acompañan desde el comienzo.
En una entrevista televisada el domingo, Félix Jiménez, un economista de izquierda que es parte del equipo original de Humala, aún defendía la propuesta de gobierno intervencionista de 197 páginas de Humala que asustó a los inversionistas durante la primera vuelta electoral. El programa fue reemplazado con un plan más convencional de cinco páginas para la segunda vuelta.
Las elecciones en Perú están reviviendo un debate ideológico entre las economías orientadas al mercado, como Brasil, Chile, Uruguay y el propio Perú, y las de corte populista, como Venezuela, Ecuador, Nicaragua y Bolivia, que parecía haber quedado atrás en América Latina. Este último campo pareció estar en declive en los últimos años, acosado por dolores de cabeza económicos y políticos. Las economías de mercado, en cambio, crecían a un ritmo vigoroso y con¬sistente.
Entre 2005 y 2010, el ingreso bruto per cápita de Perú creció 82%, para ubicarse en cerca de US$5.200. Perú, asimismo, ha reducido durante la última década prácticamente a la mitad el índice de pobreza, que ahora está apenas por encima del 30%.
La victoria de Humala, sin embargo, está motivando una reflexión sobre las fallas en el modelo económico de Perú, las instituciones gobernantes y la élite política. Analistas afirman que Humala capitalizó la persistencia de la pobreza en las áreas rurales, la amplia desconfianza de los peruanos hacia los políticos y las instituciones tradicionales, y las divisiones dentro del establishment político de centro que le impidieron unirse en torno a un candidato para enfrentar a Humala.
A ello habría que agregar el legado de corrupción de Alberto Fujimori, el padre de Keiko Fujimori, que actualmente está en la cárcel. Keiko representaba una opción débil de continuidad económica y la campaña de Humala la expuso con eficacia en la segunda vuelta.
Un trabajo académico escrito hace algunos años por el politólogo de la Universidad de Delaware, Julio Carrión, parece resumir la paradoja peruana, donde un alto crecimiento económico ha ido de la mano con un alto nivel de insatisfacción política. El título: No es la economía, estúpido. El crecimiento económico no reduce el descontento político en Perú.
Carrión resalta la falta de fe de los peruanos en el gobierno y los funcionarios públicos.
Humala, un ex militar, se presentó como el anti político. Apareció en la escena política en 2000, cuando encabezó un levantamiento contra Alberto Fujimori en una aislada localidad minera. Se trató de un acto más bien simbólico que lo catapultó a un lugar prominente en la opinión pública.
Durante su campaña atacó insistentemente al establishment con el eslogan: "La honestidad hace la diferencia".
Hugo Santa María, de la consultora de opinión y economía Apoyo, dijo en una conferencia telefónica que el crecimiento del segundo semestre podría caer a entre 4% y 4,5% desde una proyección actual de 7% debido a la cautela de los inversionistas frente a Humala.