Sin saber hablar en español, Selena se convirtió en uno de los más grandes fenómenos musicales cantando en ese idioma, vendió millones de discos y arrastró multitudes gracias a su voz, su encanto y su carisma, hasta que, cuando estaba en la cima de su carrera fue atravesada por la desgracia: su manager, Yolanda Saldívar, la asesinó de un balazo.
Selena Pérez Quintanilla nació el 16 de abril de 1971, en Lake Jackson, Texas, Estados Unidos. Fue la hija menor de un matrimonio de mexicanos que habían emigrado en los años cincuenta al "gran país del norte" para perseguir su propio "sueño americano".
Se sabe muy poco de su infancia; apenas lo que ha contado su familia. "Eran como cualquier familia mexicana: su papá trabajaba, su mamá se dedicaba al hogar y los cinco hermanos, a estudiar. Pero cuando su padre abrió un restaurante, llamado «Papa Gayo's», sus vidas empezarían a cambiar", cuenta Sughey Baños, periodista especializada en Espectáculos, que escribe en El Universal, de México.
El padre, Abraham Quintanilla, había sido músico, tenía pasta de empresario y enseguida vio el potencial que Selena guardaba en su voz. Según cuenta Sughey fue él quien prácticamente obligó a todos sus hijos a seguir una carrera musical y colocó a cada uno en su rol justo. "Así empezaron a cantar en el restaurante musical bajo el nombre de «Selena y los Dinos»", relata Baños.
Pero un día, el restaurante se fundió y debió cerrar, entonces Abraham Quintanilla tomó los pocos dólares que le quedaban, reparó su viejo colectivo, al que llamó Big Bertha, y se echó a rodar con sus hijos por los caminos de Texas, para cantar en casamientos, bautismos y cumpleaños de 15 a cambio de comida.
El grupo tuvo una gran aceptación desde el primer momento, sobre todo, por el gran carisma de Selena. Así que en 1984 les llegó la oportunidad de grabar su disco debut, que se llamó precisamente "Selena y los Dinos" y que fue producido por Freddie Records.
Pese a querer cantar solo en inglés, que era su lengua nativa, Selena fue impulsada por su padre a hacerlo en español. Fue así como, habiendo aprendido ese idioma solo por fonética, se convirtió entre finales de los ochenta y principios de los noventa en la estrella del Tex Mex, un estilo musical bailable originario de México y adoptado por los texanos. "Ella hablaba cero español, solo se aprendía las letras de las canciones de memoria y nada más", acota Baños.
En 1989, el mismísimo fundador y presidente del sello latino EMI, José Behar, la vio en una de sus actuaciones y la contrató en el acto: el hombre estaba convencido de que había encontrado a la próxima Gloria Stefan. Vestida con tops que recordaban el estilo atrevido de Madonna, pronto fue pronto apodada la "Madonna mexicana", y, de la mano de canciones típicamente texanas pero adaptadas al público de cada zona se transformó en un fenómeno popular que arrastraba multitudes.
En 1993 consiguió un Grammy al mejor álbum de música mexicano-americana. Sus siguientes álbumes fueron un éxito detrás del otro y fue nombrada "la artista latina más influyente del momento". Se transformó, además, en modelo, empresaria, actriz y diseñadora de moda. Solo con su marca de ropa Selena Etc facturó 5 millones de dólares en un año.
Si bien quería internacionalizarse con su música, Baños cuenta que su objetivo más importante era ingresar al mundo de la moda. "El diseño de modas era lo que quería hacer, por eso se preparó como administradora de empresas, luego de su bachillerato. Ella se veía como diseñadora más que como cantante", cuenta la especialista.
Pero, ¿cómo era Selena en persona? Blanca Martínez Chicuela trabajó un tiempo con ella y la recuerda así: "Era sencilla, muy bromista, alegre, con una carcajada muy contagiosa y un corazón enorme. Marcó un antes y después en el género regional mexicano, porque dejó un camino sin obstáculos para las mujeres en un ritmo que es muy machista".
Además, Martínez Chicuela cuenta otra anécdota, de las miles que tuvo con Selena. "Hubo un evento en Monterrey que la marcó mucho, porque al principio le tiraban con botellas de cervezas, pero ella siguió como si nada con su show y el público terminó ovacionándola y cantando con ella. Así era ella, se ganaba el cariño de quien la escuchara", relata.
Gonzalo Escudero, periodista especializado en música, que cubrió gran parte de la carrera de Selena, aporta su visión: "Era muy detallista, amable, con muy buena memoria y siempre se acordaba el nombre y las caras de las personas con las que se cruzaba. No temía a la competencia, porque era muy segura en lo que hacía y sentía que podía abrirse paso en cualquier lugar; por eso no se peleaba absolutamente con nadie".
Su ingreso al mercado mexicano lo hace, según cuenta Escudero, por Monterrey, pero cuando empieza a arrasar con todo es al llegar a Ciudad de México. "Claro que ya venía con un gran éxito en los Estados Unidos. Yo creo que su gran secreto fue que le gustaba a las señoras, a las niñas, a los jóvenes, a los señores, a todos, algo que es muy difícil que pase con los artistas", explica el especialista.
Selena tenía un gran potencial artístico, en su voz, en su manera de interpretar y de bailar, y en su carisma. "Además, mucho ayudaba su hermano Eddy Quintanilla, que era quien le componía y hacía los arreglos musicales. Esa dupla fue genial, porque el hermano era muy talentoso en cuanto a las letras y sabía lo que le quedaba bien a Selena", subraya Escudero.
Con todo ese potencial, llega a 1994 cosechando un éxito detrás de otro. Ese mismo año, su álbum Amor prohibido se convirtió en uno de los álbumes latinos más vendidos en los Estados Unidos. Y en 1995 se consagró definitivamente al protagonizar un multitudinario concierto en la ciudad de Houston.
Aquella niña pobre que había sido bendecida con una voz excepcional, era ahora la reina de la música latina, se había convertido en un exitoso fenómeno popular y embolsaba millones de dólares. Estaba en su mejor momento. Tocando el Cielo con las manos. Pero... siempre hay un "pincelazo" que lo arruina todo.
El 31 de marzo de 1995, Yolanda Saldívar, la presidenta de su club de fans que se había convertido además en su representante, la citó en el cuarto de un hotel de Corpus Christie, en Texas. En medio de una tremenda discusión por temas financieros, Saldívar sacó un revólver 38 y le apuntó con él; Selena intentó escapar, pero un disparo le impactó en su espalda, rompió una de sus arterias y provocó una enorme pérdida de sangre.
La estrella fue socorrida por empleados del hotel y llevada al hospital, donde, después de 50 minutos de cirugía, murió. Se terminó así, a los 23 años, la vida de la cantante que se convirtió en símbolo de ascenso social para toda la comunidad latina, y nació en ese momento la leyenda de Selena.
Escudero remarca que la murió justo en el momento en que iba a dar el salto hacia el mercado anglosajón, cantando pop en inglés. "Se decía mucho que era la nueva Gloria Stefan, una latina que cantaba en español y en inglés. Seguramente, lo iba a lograr. Iba a lograr cosas grandes, porque tenía talento y todo el apoyo de su compañía discográfica", concluye.
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