El tipo de cambio inquieta a América Latina
Piden medidas para frenar el alza de las monedas locales
El reciente repunte de las monedas latinoamericanas llevó a los exportadores de la región a renovar los llamados para que los bancos centrales y los gobiernos adopten medidas para contener una apreciación que, según temen, les resta competitividad en momentos en que se enfría la demanda por sus productos.
Ahora que se han calmado los nervios acerca de la salud de la economía mundial, los dólares han vuelto a entrar a raudales a países como Chile, Colombia y Perú, algunos de los destinos elegidos por los inversionistas estadounidenses que buscan los mayores retornos que ofrecen los mercados emergentes.
La fortaleza de la moneda local y los altos costos laborales y energéticos están creando "una tormenta perfecta" para los exportadores, afirmó Wilfred Leigh, gerente general de la empresa chilena de vinos Bethwines. "Si subes los precios en Europa, no compran los vinos. Si Europa estuviera bien, sería distinto", observó Leigh.
Los exportadores brasileños atribuyeron a la fortaleza del real la caída del superávit comercial del país el año pasado, cuando las exportaciones descendieron 5% y las importaciones sólo 1%. "Enfrentamos una competencia de precios no sólo en los mercados de exportación, sino también en el mercado interno", sostuvo Flavio Castelo Branco, economista jefe de la Confederación Nacional de Industria del país.
Los llamados de los exportadores chilenos para una intervención se han intensificado en las últimas semanas, cuando la moneda local alcanzó un máximo de tres meses frente al dólar y cerró dos veces en alrededor de 470 pesos, una barrera psicológica que, según los inversionistas, podría gatillar la intervención del banco central. El tipo de cambio estaba en torno a ese nivel cuando la entidad lanzó un programa de intervención de un año en enero de 2011.
Otros consideran que una nueva intervención es improbable puesto que la causa de la apreciación actual es la debilidad del dólar, que está parcialmente relacionada a la política expansiva que la Reserva Federal lleva adelante para apuntalar la economía de Estados Unidos. "A 470, la gente compra dólares y el peso se deprecia", afirmó Sergio Tricio, jefe de estudios de la firma de intermediación financiera Forex Chile.
Rodrigo Vergara, presidente del Banco Central de Chile, no dio indicios en una reciente entrevista de si el organismo intervendrá para frenar la apreciación del peso. "Hay sectores que se han beneficiado mucho de los aumentos en precios externos", observó. "Otros, están más complicados. Naturalmente, los sectores manufactureros y agrícolas están siendo más afectados que otros y se manifiestan al respecto".
La intervención en los mercados de divisas de América Latina ha variado de país en país. Brasil ha sido es el más activo y México ha sido uno de los más pasivos.
Benito Berber, estratega de Nomura para América Latina, sostuvo que la apreciación del tipo de cambio será probablemente un problema en la región en 2013 y resaltó recientes declaraciones de funcionarios colombianos sobre un debilitamiento del peso colombiano.
El peso mexicano es una de las monedas más transadas de los mercados emergentes y, por ende, una de las más vulnerables a los cambios de ánimo de los inversionistas frente al riesgo. La semana pasada, el peso mexicano alcanzó su mayor nivel desde septiembre de 2011, al quedar por debajo de 12,60 unidades por dólar.
El secretario de Hacienda de México, Luis Videgaray, indicó el martes que el gobierno y el banco central mantendrán la política de acumular reservas extranjeras como una "medida prudencial" para protegerse contra los brotes de volatilidad en los mercados internacionales.
A su vez, el ministro de Hacienda colombiano, Mauricio Cárdenas, desestimó los pedidos de mayores medidas para limitar el fortalecimiento del peso colombiano, al decir que la apreciación es "transitoria". Augusto Solano, director de una asociación de exportadores colombianos de flores, insiste en que el problema va más allá de comprar dólares y exige medidas más enérgicas y audaces, como posibles controles de capital.
Costa Rica planea hacer justamente eso. Esta semana el gobierno presentó medidas temporales que incluyen altos impuestos para desalentar las inversiones a corto plazo que la presidenta Laura Chinchilla describió como verdaderas "armas de destrucción masiva".
Tom Murphy, en São Paulo, Darcy Crowe, en Bogotá, y Carolina Pica, en Santiago, contribuyeron a este artículo.
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