El salto del dólar no impactaría en precios, pero pondría un piso a la baja de la inflación
El salto en las cotizaciones libres no impulsaría fuertes remarcaciones por el efecto de la recesión; analistas creen que podría frenar la ralentización que tuvo el IPC desde enero
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Aunque no se trasladará en su totalidad a los precios, el aumento de 35% del dólar libre en el último mes y medio –2,9% solo en la última semana– y el alza similar de los llamados “financieros” cortaría la desaceleración que venía mostrando la inflación durante el gobierno de Milei. En consecuencia, economistas ya empiezan a proyectar que quizás el 4,2% del IPC en mayo haya quedado como un piso y que, en los próximos meses, el índice se establecerá alrededor de un 5%.
No ocurre siempre así, claro está. En anteriores subas sostenidas de la divisa estadounidense el impacto en los precios resultó más directo y considerable, pero esta vez será la recesión en la que está inmersa la economía la que hará las veces de dique de contención contra una posible escalada de precios atada a la nueva realidad cambiaria.
La historia argentina conoce de saltos del dólar paralelo que luego fueron acompañados en igual nivel por la inflación, ya que, si bien el incremento de esta cotización y la de los financieros no impacta tanto en los importados –como sí lo hace un aumento del tipo de cambio oficial– siempre termina por influir en las remarcaciones.
No hay que temer, según los analistas, que ocurra ahora lo que sucedió luego de la devaluación de agosto del dólar oficial del año pasado. En esa ocasión, se generó una inmediata corrección de precios, al punto tal de que, el mismo día en que aumentó el dólar blue, muchos comercios comenzaron a fijar los precios en caja.
El economista Federico González Rouco, de la consultora Empiria, comentó que posiblemente se vea una “reaceleración” de la inflación, pero aclaró que no se tratará de niveles muy elevados. “Se va cortar la baja que veníamos viendo. Es probable que ya junio haya subido respecto de mayo y que en julio quizá baje, pero a niveles similares a ese piso de 4,2%”, proyectó.
Para González Rouco, una de las razones que explican lo que está sucediendo con el dólar es que durante muchos meses la divisa no se movió. “Entonces, en las últimas semanas lo que ocurrió fue que el dólar paralelo estuvo incorporando la inflación acumulada. Por el nivel de recesión que se atraviesa hoy, el traslado a precios será menor que el que hemos visto en otros momentos. De todos modos, es un indicio de que la inflación no va a seguir en el proceso descendente que tuvo entre enero y mayo”, explicó el economista.
El economista Claudio Caprarulo, director de la consultora Analytica, señaló que esta vez las condiciones son diferentes a las de 2023, cuando el traslado de la suba del dólar a precios fue más directo. “Hoy la fuerte caída en el nivel de actividad y la mayor facilidad para el pago de importaciones al tipo de cambio oficial reducen la necesidad y capacidad de traslado. De todas formas, si la brecha no encuentra un límite las expectativas de devaluación del dólar oficial van a empezar a trasladarse a los precios de los productos importados, una de las anclas que tuvo la inflación en los meses previos”, comentó el especialista.
Justamente, la brecha cambiaria está lejos de los niveles superiores al 100% que se vivieron el año pasado, pero en las últimas semanas se expandió hasta alcanzar el 54%, una magnitud que no se observaba desde que Javier Milei asumió la presidencia en diciembre último.
En tanto, el economista Diego Martínez Burzaco, jefe de Research de Inviu, dijo que cree que la suba de los de los dólares financieros, como el MEP y el contado con liquidación (CCL), no se va a ver reflejado en precios por dos razones: “Por un lado, está la recesión que hace que haya una debilidad muy clara de la demanda, y por el otro, el hecho de que hay menos pesos en el sistema”.
Cuestión de expectativas
No obstante, Martínez Burzaco advirtió que esta situación de alza del dólar paralelo y de los financieros puede contribuir a la generación de expectativas de una devaluación del tipo de cambio. “Y ahí sí, los de los productos más relacionados con la importación pueden tener un adelanto de inflación, sobre todo porque no se sabe a que costo se puede reponer esa mercadería. Por eso hay tanto ímpetu del Gobierno en anclar las expectativas en el 2% mensual de crawling peg”, analizó el economista.
En principio, el consenso de los economistas es que el gran caballito de batalla del Gobierno, que hasta ahora ha sido la reducción de la inflación, no correrá un serio riesgo.
La economista Natalia Motyl opinó que esta vez el impacto del salto del tipo de cambio sobre los precios será más moderado que en el pasado. “Creo que será así porque existe una política del Gobierno bastante contractiva, que impacta negativamente tanto sobre la actividad económica como en los salarios reales”, argumentó.
En consecuencia, agregó Motyl, hay una menor demanda de bienes y servicios y eso hace que las empresas no puedan trasladar ese mayor costo aguas abajo, es decir, hacia el consumidor final. “En palabras más sencillas, nos encontramos en un contexto recesivo, con incremento del desempleo y corrosión de los salarios reales, lo que genera una menor demanda y que desde la oferta no puedan ajustar los precios como sucedería en otras épocas de mayor liquidez”, concluyó la economista.
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