El riesgo país supera los 2790 puntos y está en su valor más alto en 15 años
El riesgo país superaba los 2790 puntos esta tarde y se ubicaba en niveles récord desde 2005, cuando se reestructuró la mayor parte de la deuda pública que estaba en default. A las 18.03, se ubicaba en los 2791 puntos básicos, más de 300 unidades por arriba del cierre del viernes pasado, y avanzaba 15,6%.
Se trata del valor más alto desde junio de 2005, cuando el indicador estaban en los 6769 puntos básicos, en la presidencia de Néstor Kirchner. Luego de que el país completara la reestructuración de deuda, bajó hasta niveles cercanos a los 900 puntos.
El riesgo país es un termómetro del contexto político y económico, y es tenido en cuenta tanto por los inversores como por las empresas y los estados que buscan financiamiento.
En concreto, es un índice creado por el banco JP Morgan que compara los rendimientos de los bonos de largo plazo de cada país con respecto al de Estados Unidos, que está considerado el activo menos riesgoso del mundo.
Además de estar al nivel más alto en 15 años, es un récord en la presidencia de Alberto Fernández. Los picos en las anteriores presidencias fueron de 2523 para Mauricio Macri; 1965 para Cristina Kirchner; 6769 para Néstor Kirchner; 7222 para Eduardo Duhalde y 4449 para Fernando de la Rúa.
Consecuencias sobre la deuda
Que el riesgo país suba 100 o 200 puntos no es el problema de mayor magnitud, dice Matías Rajnerman, economista jefe de Ecolatina. "Desde los 1500 puntos ya estamos en zona de default", explica. Es decir, con estos valores, la Argentina ya está fuera del mercado.
El problema principal, apunta, es que varios bonos ya empiezan a estar en "precio buitre", con paridades del 35% o del 40%. "Los fondos buitre compran activos que se encuentran muy por debajo de su precio original para luego obtener ganancias judiciales y no financieras a través de demandas. Los bonos argentinos todavía estaban lejos de esa zona, pero hoy están amenazando con llegar a ese valor", detalla.
Este nivel alto del indicador "introduce mucho ruido en la renegociación de la deuda", apunta Martín Vauthier, director de Eco Go. "Si se hubiera cerrado ese capítulo, el impacto del desplome global en el canal financiero hubiese sido más limitado, pero ahora se amplió la ventana de tiempo para sufrir shocks negativos", detalla.
Para el especialista en mercados internacionales Luis Palma Cané, los estragos por el avance del coronavirus y la baja del precio del petróleo van a empeorar la predisposición de los acreedores de la Argentina. "Ante esta aversión al riesgo, si querés lograr una refinanciación amigable, vas de cabeza al default", advierte el economista.
Desplome global en los mercados
Los bonos soberanos en dólares retrocedieron hasta un 14%. El Bonar 2022 cayó 13,68%; el Bonar 2037, 9,90%; el bono Discount con vencimiento en 2033, 9,87% y el bono a 100 años con vencimiento en 2117, 9,84%.
Los papeles argentinos que cotizan en Wall Street cayaeron hasta un 28%. Las acciones que más bajaron fueron las de YPF (27,95%), Banco Macro (19,02%) y Grupo Supervielle (18,75%).
El Merval se desplomó un 13,8% y los papeles que más perdieron fueron los de YPF (23%), Banco Macro (16,8%) y Grupo Financiero Galicia (16,3%).
Fue un derrumbe bursátil global. Esta mañana la Bolsa de San Pablo suspendió sus operaciones durante 30 minutos tras caer más de un 10% en la apertura. La Bolsa de Nueva York también le puso un freno al intercambio durante 15 minutos, algo que no sucedía desde la crisis financiera de 2008 y 2009.
"Es un momento histórico", apunta Leonardo Chialva, socio de Delphos Investment. Se conjugaron varios factores al mismo tiempo, explica. Al temor por el avance del coronavirus se le suma la caída del precio del petróleo, que se desplomó hasta un 33% luego de que Arabia Saudita lanzara una guerra de precios con Rusia.
La decisión de Arabia Saudita de elevar significativamente su producción de petróleo y bajar los precios de venta tras el colapso de un pacto de suministros de la OPEP con Rusia desató una ola de ventas en los mercados financieros. "Los inversores y bancos le prestaron a este sector, que ahora podría ver quiebras masivas", añade Chialva.
El pánico por el coronavirus y el desplome del precio del petróleo tiene un impacto directo en países productores y exportadores de commodities como la Argentina. "Al escenario ya complicado por el virus le agregás un fenómeno de incertidumbre con impacto directo en el sector energético, pero además con efecto muy fuerte en términos de expectativas de los agentes de mercado. El resultado es un derrumbe como no hemos visto nunca en la historia de la humanidad", resume María Laura Tramezzani, socia de AAG Finanzas.
Los analistas no saben si todavía se tocó un piso. "En este marco los fundamentos pasan a no importar y todo se mueve por necesidad. La cuestión técnica pasa a dominar la escena", apunta el socio de Delphos Investment. "No se pueden predecir cortos plazos cuando hay caídas de semejante magnitud", añade Tramezzani.
Mientras tanto, el dólar mayorista avanzó cinco centavos y cerró a $62,53. El minorista se mantuvo estable en $64,71, el mismo valor que el viernes anterior, según el promedio diario que elabora el Banco Central. La entidad monetaria tuvo que vender hoy US$100 millones para contener la suba del tipo de cambio, arrastrado por la caída de las monedas emergentes.
El blue subió $1 desde $78,50 a $79,50. A las 16.38, el dólar MEP y el contado "con liqui", los tipos de cambio a los que se accede a través de la compraventa de activos financieros, avanzaron un 4,3% y un 3,9% respectivamente. El primero cerró a $85,12 y el segundo, a $86,49.
Las monedas de la región perdieron frente al dólar. El real retrocedió 2,06% (pese a la intervención del Banco Central brasileño con US$3000 millones de dólares en el mercado de cambios); el peso chileno, 1,87% y el mexicano, 0,28%.
¿Por qué no hay un efecto directo en el precio del dólar oficial en la Argentina? Por las restricciones en el mercado oficial, con un cepo híperrestrictivo de US$200 mensuales. Matías Rajnerman, economista jefe de Ecolatina, advierte que, de todos modos, no se puede "dormir" en cuestiones de tipo de cambio, porque todas las demás monedas de la región se están devaluando, lo que en el corto plazo tendrá implicancias directas sobre la competitividad del país.
En última instancia, será decisión del Banco Central, dice, y no del mercado. En este contexto de debilidad de la economía, una devaluación de este tipo hubiese pegado "muchísimo", agrega.
Con la colaboración de Delfina Torres Cabreros
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