El resto de América Latina no sale ilesa de la desaceleración de Brasil
La economía de Brasil se expandió marginalmente en el primer trimestre, afectada por una menor demanda china de commo-dities, una señal de cambio para una región que ha estado creciendo enérgicamente y que atrajo a grandes inversiones en los últimos años cuando las economías desarrolladas se estancaban.
El Producto Interno Bruto de la mayor economía latinoamericana se expandió 1,9% en el primer trimestre, comparado con el mismo período un año antes, muy por debajo de las estimaciones de crecimiento de 2,4%, indicó el miércoles la agencia nacional de estadísticas. Frente a los tres meses previos, el PIB de Brasil creció un modesto 0,6%. El ministro de Hacienda, Guido Mantega, dijo que reduciría su previsión actual a un crecimiento de 3,5% para el año.
Otros países en la región están siguiendo el mismo camino, y el crecimiento se está desacelerando en América Latina a medida que el auge de las materias primas que duró una década parece estar desinflándose. La región es un indicador de la salud económica de las economías desarrolladas.
China, un importante consumidor de las exportaciones de la región, se ha desacelerado más de lo previsto, y los economistas afirman que los años de crecimiento de 10% y más que protagnizó el país quedaron atrás. El miércoles, el Fondo Monetario International redujo su estimación de expansión de China para este año, de 8% a 7,75%.
Brasil, la segunda mayor economía emergente después de China, también ha sido un motor crucial de crecimiento para empresas que dependen de América Latina para impulsar sus ganancias, cuando Europa pasa apuros y el crecimiento en Estados Unidos sigue lento.
El Banco Santander SA de España, el mayor grupo financiero de la zona euro, obtiene cerca de la mitad de sus ganancias de América Latina. El gigante cervecero SABMiller PLC, con sede en Londres y Johannesburgo, señaló este mes que una desaceleración económica en mercados importantes de América Latina como Colombia estaba poniendo presión sobre sus ventas. Latinoamérica repre¬senta más de 40% del crecimiento de las ganancias de SABMiller desde 2007.
"Ahora es difícil pensar en hacer nuevas inversiones", indicó Germán Rodríguez, director y dueño parcial de AyG SA, un proveedor colombiano de autopartes para fábricas de General Motors en Colombia, donde las ventas de autos han caído 23% este año.
La caída causó un descenso de los pedidos que recibe AyG, lo que obligó a la empresa a suspender planes de una expansión de US$1 millón de su fábrica en Bogotá. Además, Rodríguez despidió a unos 30 empleados en los últimos tres meses, lo que lo deja con unos 150 trabajadores. Proyecta que las ventas este año caerán 12% frente a 2011 a unos US$4,3 millones.
China representa alrededor de 40% de la demanda global de metales, y eso podría causar problemas para Chile y Perú, donde la minería representa 20% del PIB. Ambos países ya reportaron un crecimiento del PIB decepcionante para el primer trimestre debido a los menores precios de los metales.
"Si los precios de los commodities caen a niveles de 2003, todo ese aporte al crecimiento latinoamericano podría desaparecer", indicó David Rees, economista de Capital Economics. La semana pasada, recortó su estimación de crecimiento para América Latina a 2,8% desde su estimación previa de más de 3%.
La menor demanda global también está perjudicando a Brasil, donde una caída de 3,2% en la actividad minera del primer trimestre vino acompañada de un descenso de 2,1% en las manufacturas.
"Solíamos exportar mucho más. Llegamos a un punto donde 20% de nuestros ingresos provenían de las exportaciones, y hoy es menos de 5%", sostuvo Carlos Rodolfo Schneider, vicepresidente de la brasileña Ciser Parafusos e Porcas, el mayor producto latinoamericano de tornillos y tuercas. El ejecutivo prevé un crecimiento pequeño de las ventas este año.
"Las ganancias son muy pocas. Los productos llegan a precios bajos y debemos adaptar nuestros precios aquí a niveles internacionales", agregó Schneider.
Hay muchos más problemas por delante. Los temores de que el banco central de EE.UU. pronto podría comenzar a revertir las medidas de estímulo que auspiciaron financiación barata y extendida para la inversión en la región han debilitado a varias monedas latinoamericanas, lo que aumenta el costo de las importaciones.
Eso sucede en un momento especialmente malo para el gobierno de Brasil, que está intentando controlar una inflación persistente, que actualmente se ubica en 6,5%.
Una potencial recuperación en EE.UU. podría ayudar a países como México, más vinculados a la mayor economía mundial. El PIB de país creció 0,8% interanual en el primer trimestre, su ritmo más lento en más de tres años, en medio de una débil demanda de sus exportaciones manufactureras.
La mayoría de las exportaciones de Sudamérica aún están ligadas a las materias primas y los países no pueden pasar a producir manufacturas, dijo José Francisco de Lima Gonçalves, economista jefe de la corredora Fator en São Paulo.
—Paul Kiernan en Rio de Janeiro contribuyó a este artículo.