El repunte del dólar sorprende y les agua la fiesta a los inversionistas
Hace sólo unos meses, la mayoría de los inversionistas predecía la decadencia del dólar estadounidense, una apuesta que ahora parece prematura.
El dólar ha registrado un robusto repunte frente al euro y se prevé que mantenga su fortaleza en los próximos meses. Eso ha frustrado las operaciones que dependían de la debilidad del dólar, como las apuestas a un aumento en los precios de las materias primas.
El ánimo de los inversionistas pasó del pesimismo frente el dólar al pesimismo sobre el euro. Los problemas de Grecia dejaron de manifiesto la fragilidad de la recuperación de la zona euro y cualquier nerviosismo sobre la economía y el enorme déficit fiscal estadounidense quedó relegada a un segundo plano. El dólar ha vuelto a servir de refugio seguro para inversionistas preocupados por el contagio de la crisis de la deuda. La opinión respecto al dólar "cambió de forma radical", reconoce Claire Dissaux, directora de economía global y estrategia de la firma londinense Millennium Gobal Investments.
La semana pasada, el dólar anotó su quinta alza semanal consecutiva contra el euro. El lunes el euro descendió a US$1,36. El dólar acumula un aumento de más de 5% contra el euro este año y se cotiza cerca de su máximo de los últimos nueve meses.
La recuperación del dólar y las fuerzas que lo impulsan complican el panorama para otras clases de activos. La debilidad de la moneda estadounidense había sido positiva para los commodities y le dio bríos a las ganancias de las multinacionales estadounidenses provenientes del exterior.
La relación a mediano y largo plazo entre el dólar y esas inversiones probablemente dependa del motivo detrás de la fortaleza del dólar. Si sube gracias a una mejoría real en la economía de EE.UU. es diferente a si lo hace impulsado por el temor de los inversionistas.
Un nuevo cuadro
Lo que está claro es que la dinámica del dólar hoy es muy diferente a la que imperaba en el período de septiembre a noviembre del año pasado.
La crisis financiera interrumpió la tendencia descendente del dólar, que llevaba años, y los inversionistas globales se refugiaron en efectivo y bonos del Tesoro de EE.UU. Cuando la tormenta amainó, en 2009, el dólar reanudó su declive. A fines de noviembre, tocó su nivel más bajo frente al yen desde julio de 1995, a 86,44 yenes por dólar, mientras el euro se acercó a su máximo histórico contra el dólar, al superar US$1,51.
Los corredores apostaron a la baja del dólar e hicieron subir los precios de las materias primas, que se fijan en dólares, y las acciones de productores de commodities.
Muchos inversionistas compraron oro con el argumento de que mantendría su valor mientras caía el dólar. "El consenso era no anticipar un dólar fuerte durante el primer semestre de 2010", señala Steve Pearson, director de intercambio de divisas G-10 para Bank of America Merrill Lynch en Londres.
A partir de diciembre, no obstante, el dólar subió hasta alrededor de 90 yenes y el euro cayó a US$1,36.
Luego de superar los US$1.200 la onza a principios de diciembre, el oro retrocedió a alrededor de US$1.050 la onza a comienzos de febrero. El repliegue se produjo a pesar de la crisis de la deuda europea, el tipo de evento que normalmente conduciría a comprar oro como refugio seguro. La cotización del oro, en cambio, se había movido en sintonía con las de las acciones y otros activos más riesgosos. Esa relación mostró algunas señales de desgaste en la última semana, cuando el dólar y el oro subieron.
De todos modos, algunos consideran que la fortaleza del dólar también tiene límites. Dissaux, de Millenium, afirma que aunque demoren meses, los funcionarios europeos encontrarán una solución a la crisis de la deuda. "Eso ayudará al apetito por el riesgo" y beneficiará al euro, sostiene.
Para los inversionistas que buscan en el dólar pistas sobre otras clases de activos, la hoja de ruta no es nada clara. El impacto sobre los precios de las materias primas, por ejemplo, "puede inclinarse hacia cualquier lado", afirma Scott MacDonald, director de investigación de la firma estadounidense de valores Aladdin Capital. "Un dólar débil suele significar que los commodities tienen un mejor desempeño, pero el crecimiento en las principales economías [desarrolladas] y China es un factor decisivo sobre la fortaleza del dólar", indica.