El récord del S&P 500 es una muestra de confianza en la Fed
El índice Standard & Poor’s 500, que agrupa a las acciones de las principales compañías estadounidenses, no necesitó más que un leve empujón de los inversionistas para batir un récord que había estado en pie desde 2007.
La paulatina recuperación del indicador bursátil, que es seguido muy de cerca por los inversionistas institucionales, refleja la opinión de que el constante respaldo de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) tanto a los mercados como a la economía del país, se terminará imponiendo al débil crecimiento de la economía y a las persistentes dudas tanto políticas como económicas acerca de Europa.
El récord del jueves, que tuvo lugar en la última jornada del primer trimestre, constituye un modelo a escala pequeña del debate más amplio que se ha apoderado de los mercados financieros.
En el lado negativo, los tropiezos para formar un nuevo gobierno en Italia han reactivado las dudas sobre la capacidad de Europa para resolver su crisis económica, a pesar de que los bancos chipriotas volvieron a abrir sus puertas tras permanecer cerrados durante casi dos semanas. Los datos provenientes de EE.UU. tampoco fueron muy alentadores.
Las solicitudes semanales de beneficios de desempleo sorprendieron a los economistas con una subida, mientras que otro informe mostró una decepcionan-te actividad manufacturera.
En el lado positivo, el Departamento de Comercio revisó al alza sus estimaciones del crecimiento de EE.UU. en el cuarto trimestre. Eso reforzó la opinión del mercado de que las políticas de estímulo de la Fed están surtiendo efecto y que la lenta mejoría de la economía estadounidense hará que la entidad mantenga en pie estas políticas durante los próximos meses.
El S&P 500 apenas avanzó 6,34 puntos, 0,41%, para cerrar en 1.569,19, lo suficiente para batir el récord anterior de 1.565,15 unida-des logrado en octubre de 2007. El Promedio Industrial Dow Jones también llegó a un nuevo máximo, tras subir 52,38 puntos, 0,36%, y ubicarse en 14.578,54.
El Dow Jones ya había empezado a batir marcas el 5 de marzo, tres semanas antes que el S&P 500."Es un día simbólico (… ) significa que nos hemos recuperado de la experiencia de los últimos cinco años", dijo Jim Baird, estratega jefe de inversión de la firma Plan-te Moran Financial Advisors, que gestiona US$7.200 millones en activos. "Pero no creo que nadie deba contemplar el alza de hoy y pensar que no hay moros en la costa (…) que no hay preocupaciones en el mercado de cara al futuro".
William Dudley, presidente del Banco de la Reserva Federal de Nueva York, indicó esta semana que, en algún momento aún no determinado, será partidario de reducir las compras de bonos de la Fed, que ascienden a US$85.000 millones al mes. Dudley y Ben Bernanke, el presidente de la Fed, siguen compro-metidos con apoyar a los merca-dos y la economía por el tiempo que sea necesario, por lo que esta clase de comentarios tienden a ser pasados por alto en Wall Street.
Al final, la complacencia de los inversionistas podría cegarles ante señales de que el auge está llegan-do a su fin, pero los inversionistas bursátiles apuestan a que eso su-cederá más tarde. El Dow Jones acumula un alza de 11% este año y acaba de cerrar su mejor trimestre en los últimos 15 años. Algunos inversionistas, en todo caso, han estado vendiendo acciones o cubriendo sus posiciones ante el temor de que se avecine una corrección.
Los compradores, sin embargo, parecen estar en control de la situación. El jueves, Wells Fargo Advisors estimó que el S&P 500 podría llegar a los 1.625 puntos este año. Los estrategas de Goldman Sachs y Morgan Stanley ya habían revisado al alza sus previsiones.
El principal motor detrás del repunte de las acciones estadounidenses de los últimos seis años ha sido la política de relajación monetaria de la Fed y el resto de los bancos centrales de las economías desarrolladas, dijo el jueves Michael Hartnett, estratega de inversión de Bank of America Merrill Lynch a sus clientes.
"Durante los últimos seis años se han producido 503 recortes globales de tasas, los bancos centra-les han inyectado US$11,6 billones (millones de millones) y las autoridades han dado luz verde a la exuberancia irracional en los mercados de bonos", manifestó. La duración de la racha alcista de las bolsas "dependerá de si las expectativas de crecimiento de China y Europa antes de que presiones inflacionarias en EE.UU. y Japón" obliguen a los bancos centrales a frenar el flujo de liquidez.