“El que arrugue, a la casa”: arenga en Economía tras la corrida cambiaria
Para Massa, el movimiento del dólar blue se debió a gente “que busca hacer plata a partir de rumores”; hubo allanamientos e inspecciones en tres sociedades de Bolsa, pero no habrían tenido que ver con la crisis de las últimas dos semanas
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El salón Scalabrini Ortiz del Ministerio de Economía se convirtió ayer por la noche en una especie de vestuario durante un entretiempo difícil. Sergio Massa juntó a sus laderos, entre los que estaban el viceministro Gabriel Rubinstein, y el jefe de asesores, Leonardo Madcur, y a funcionarios del Banco Central y otras áreas de su cartera. Dijo, en clave de arenga: “Si alguien tiene miedo, que se baje ahora o que se compre un perro”.
Según uno de los presentes, el ministro afirmó que “hay que tomar las medidas que hay que tomar” y que no le fueran con el “versito de la mirada market friendly, porque acá hay cuatro vivos que quieren hacerse ricos por la volatilidad política y la que se jode es la gente”.
“Así que o nos ponemos al frente o nos pasan por arriba. Todos al frente y el que arrugue, a la casa”, agregó Massa ante el silencio de los presentes.
Pese a la mayor inflación (7,7% en marzo y 104% interanual), la elevada emisión por el dólar agro y la sequía, para el ministro de Economía la suba del dólar blue (que pasó de $400 a casi $500 en ocho días para luego bajar ayer a $474 y hoy a $467), se debería exclusivamente a “gente que quiso hacer plata endeudándose en dólares”.
Esta versión choca contra lo que dice la mayoría de los economistas, pero coincide en parte con lo que vieron algunos analistas que dicen que, antes de que el Banco Central decidiera usar reservas para intervenir en los tipos de cambio financieros, algunos traders “detectaron un movimiento en las cauciones en dólares y aprovecharon a hacer lo contrario para hacer una diferencia”. “Se calentó el precio del t+2 porque el Central habría salido a pagar cauciones para hacerse de bonos, entonces pagaron cauciones, compraron en contado inmediato y vendieron en t+2″, describió un economista que sigue mercados.
Un experimentado operador también convalida parcialmente al ministro: “Si a mí me abrís una puerta y me puedo beneficiar de algo que vos hacés, no me voy más”.
Lo cierto es que, más allá de los dichos que habían sido anticipados en uno de los tuits del martes (el ministro dijo que iba a recurrir a la Justicia Penal Económica, a la Unidad de Información Financiera y a la Comisión Nacional de Valores como vehículo de investigación y esclarecimiento de algunos comportamientos), en los últimos días hubo allanamientos e inspecciones en al menos tres sociedades de Bolsa.
En los dos primeros casos, fuentes del mercado dijeron que los procedimientos habrían tenido que ver con supuestas operaciones irregulares de empresas que usaron a esas sociedades para hacer contado con liquidación (CCL) mientras también accedían al Mercado Único y Libre de Cambios (MULC).
Actualmente, la regulación prohíbe acceder al MULC por 90 días corridos a quienes hayan operado con CCL. En el caso de utilizar bonos globales (bajo legislación extranjera), desde la semana pasada el plazo se extendió a 180 días.
“El Gobierno está saliendo a buscar los dólares que se perdieron, pero no lo dice porque en el actual contexto sirve más la otra interpretación de que salen a buscar especuladores por la corrida cambiaria”, añadieron las mismas fuentes.
En el caso de la tercera sociedad, que es Portfolio Personal Inversiones, desde la firma explicaron que fue una “inspección rutinaria”.
Consultado por LA NACION, Sebastián Negri, presidente de la Comisión Nacional de Valores (CNV), confirmó que se estaban llevando a cabo procedimientos “en el marco de investigaciones en curso”.
La investigación por la recompra de deuda
Por otra parte, la CNV terminó de procesar la información que recabó del expediente iniciado por los movimientos previos al anuncio de Sergio Massa de recompra de deuda en enero último. Le envió un informe de cinco cuerpos a la Justicia. La causa está a cargo de la jueza María Eugenia Capuchetti.
La historia comenzó los días previos al anuncio que Massa realizó el miércoles 18 de enero, cuando los bonos globales registraron un volumen récord de operaciones (sobre todo el martes). Ante estos movimientos, que fueron catalogados como “llamativos” por fuentes del mercado, la oposición alertó sobre la posibilidad de que allegados al Gobierno aprovecharan el hecho de conocer de antemano la noticia para beneficiarse de la suba de los bonos.
El viernes de esa semana, Massa le envió una carta a la CNV para que investigue “la posible filtración de información sensible” y también “la existencia de maniobras especulativas en la compra-venta de títulos públicos en mercados regulados bajo distintas monedas de liquidación”.
En el detalle de la comunicación, Massa le solicitó al organismo que intente determinar si esas operaciones se hicieron “con el objetivo de manipular la plaza y generar un alza en las cotizaciones de los tipos de cambio paralelos comúnmente conocidos como dólar MEP y dólar contado con liquidación (CCL)”, tal como sospechaba el Palacio de Hacienda.
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