El nuevo gobierno de Merkel afianzará la Unión Europea
Las recientes elecciones parlamentarias de Alemania, en las cuales Angela Merkel se jugaba la posibilidad de un cuarto mandato consecutivo, adquieren particular relevancia debido al rol jugado hasta ahora por la actual Primer Ministro -en alianza con el presidente francés Emanuelle Macron- en relación al necesario proceso de afianzar la Unión Europea.
Previo a las elecciones, la gran favorita de las encuestas era la actual Primer Ministro. Sin embargo, los resultados produjeron muchas sorpresas:
• La Democracia Cristiana -de centro derecha- logró triunfar con un 30 % de los votos, pero sin alcanzar la mayoría necesaria para formar gobierno
• Su tradicional rival, la centro izquierda de la Social Democracia -encabezada por el ex presidente del Parlamento Europeo, Martin Shultz- sólo alcanzó un 20,5%
• El partido Alternativa para Alemania -de extrema derecha, xenófobo y antieuropeo- fue el gran ganador, alcanzando por primera vez el tercer puesto con un 10.7%
• Finalmente, el partido Liberal -de derecha y euroescéptico- obtuvo un 10,7%; mientras que los Verdes -de izquierda- lograron un 9.5%
Ante este escenario, Merkel se vio forzada a iniciar negociaciones para formar un gobierno de coalición. Dado que Shultz inicialmente declaró que su partido se ubicaría en la oposición, la Primer Ministro no tuvo más alternativa que intentar formar gobierno junto al Partido Liberal y al Verde; descartando una alianza con la extrema derecha. Luego de tres meses de arduas negociaciones, y debido fundamentalmente a las ideologías y posiciones encontradas de los tres partidos en temas tan importantes como cambio climático, intervención del estado en la economía, fortalecimiento de la Euroárea, inmigración y programas sociales, el resultado no podía ser otro que el fracaso.
A partir de allí, quedaban dos alternativas: gobierno de la Democracia Cristiana en minoría o intentar formar nuevamente la llamada “Gran Coalición” entre los dos principales partidos. Claramente, la primera posibilidad mermaba el sustento político de Merkel la cual en consecuencia volcó todos sus esfuerzos hacia la formación de la alianza.
A este respecto, y a pesar de su negativa inicial, Shultz aceptó iniciar las negociaciones a través de las cuales, finalmente, se llegó a un acuerdo que se plasmó en un documento de casi 30 páginas; el cual fue que aprobado por el Congreso de la Social Democracia el 21 de enero pasado. Resta aún su aprobación definitiva que, próximamente, deberán decidir los casi 450 mil miembros del partido; esperándose un resultado favorable.
¿Qué implicancias, tanto políticas como económicas, tendría el futuro gobierno sobre la evolución de la Unión Europea? Sin duda, el acuerdo logrado permitió un tono más progresista que la plataforma original de la Democracia Cristiana. Sin embargo, lo que resultó de fundamental importancia fue la ratificación por parte de la “Gran Coalición” de su compromiso político para consolidar y reforzar la unidad de la Euroárea en estrecha cooperación con el gobierno del presidente Macron. En efecto, en el documento de entendimiento se afirma que: “La renovación de la Unión Europea sólo tendrá éxito si Francia y Alemania suman fuerzas”.
A estos efectos, las principales metas de la coalición serían: mejorar y dinamizar la gobernanza política, afianzar y consolidar la unión monetaria y bancaria, establecer un Fondo Monetario Europeo y constituir una unión fiscal que permita homogeneidad impositiva y emisión de bonos con garantía solidaria de los países miembros.
En síntesis. Luego de un período post eleccionario de alta incertidumbre, Angela Merkel ha logrado formar nuevamente gobierno; hecho que le ha dado el suficiente soporte político como para impulsar -junto al Presidente francés Emanuelle Macron- un nuevo eje franco alemán que tendrá como uno de sus principales objetivos consolidar económica y políticamente la Unión Europea. En horabuena.