El nuevo gobernador del Banco de Japón también necesitará ser un gran psicólogo
TOKIO—La primera tarea de Haruhiko Kuroda como gobernador del banco central de Japón será convencer a la gente que está un poco desquiciado.
La razón es que el ex funcionario del Ministerio de Finanzas, que se espera sea nominado esta semana como el nuevo líder del Banco de Japón, tendrá la misión de revertir 15 años de declives de precios que han postrado a la economía del país. Para hacerlo, dicen los economistas, tendrá que persuadir a los inversionistas, los empresarios y los consumidores de que el banco central de la tercera economía más grande del mundo está dispuesto a hacer lo que sea necesario, incluyendo la compra de una cantidad ilimitada de deuda del gobierno, acciones y bonos de otros países, hasta derrotar a la deflación.
"A menos que pongan a cargo a alguien así de loco, el mercado no va a creer", dijo Naohiko Baba, economista jefe de Goldman Sachs en Tokio.
Hasta el momento, los mercados le creen. Después de que trascendiera la noticia de que Kuroda sería nominado como el nuevo gobernador del Banco de Japón, el Promedio Nikkei cerró con un alza de 2,4% para alcanzar su mayor nivel desde septiembre de 2008.
A su vez, el rendimiento del bono soberano de Japón a cinco años llegó a apenas 0,120%, su nivel más bajo de la historia, ante las expectativas de que el banco central emprenderá una política de estímulo más enérgica. El dólar ascendió a su nivel más alto frente al yen desde mayo de 2010 durante las negociaciones en Asia.
Kuroda tendrá que ser tanto psicólogo como economista. Su éxito dependerá en partes iguales de sus poderes de persuasión masiva y de sus modelos econométricos. Kuroda encabezará el primer experimento del mundo de si un banco central puede vencer a la deflación al modificar las expectativas de las personas.
Tradicionalmente, los bancos centrales señalan que el relajamiento monetario estimula el crecimiento al darle a los bancos más dinero que luego pueden inyectar en la economía mediante préstamos. Japón, sin embargo, no tiene suficientes empresas dispuestas a endeudarse. En ese caso, sostienen Kuroda y otros economistas, hay que convencer a las compañías y a los consumidores de que todo va a subir, desde los salarios y las ganancias hasta las acciones. De ese modo, dejarán de acaparar dinero y lo empezarán a gastar. Las empresas aumentarían su inversión y las personas irían de compras o adquirirían acciones, generando un círculo virtuoso de crecimiento, al menos en teoría.
Para superar la deflación y producir inflación, "el banco central debe comprometerse a hacer cualquier cosa, todas las cosas, para lograr su meta, de una forma ilimitada", dijo Kuroda en una entrevista con The Wall Street Journal realizada el 7 de enero. La entidad debería considerar "todo, en cualquier monto y cualquier activo financiero", aseveró.
El intento de Kuroda por sacudir el Banco de Japón contará con el respaldo de uno de los más reconocidos defensores de un relajamiento radical del país, el economista Kikuo Iwata, quien podría ser nominado como su lugarteniente.
"Es una obligación", respondió Iwata cuando se le consultó el lunes sobre si el banco central podría inducir una inflación en torno al 2%, tal y como prometió el mes pasado. "Intentaremos varias cosas y si no es suficiente, pensaremos en otras opciones", manifestó.
La retórica de Kuroda e Iwata contrasta con la del gobernador saliente del banco central, Masaaki Shirakawa, quien ha sido acusado de socavar las medidas del emisor al sugerir que no surtirían mucho efecto de no mediar otros cambios en la economía del país.
Eleanor Warnock y Phred Dvorak
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