El nuevo dueño de Telecom va por el negocio petrolero
David Martínez, a través del fondo Fintech, quiere asociarse con Eurnekian en CGC; ya es socio de Brito y de Clarín
David Martínez se convirtió este mes en el hombre del año en el mundo de los negocios locales, tras la compra de la participación de control en Telecom Argentina a sus anteriores dueños italianos, por la que pagará 960 millones de dólares. Ese cheque le permitirá sumar el nombre de la familia Werthein a su lista de socios argentinos insignes: los dueños de La Caja tienen también una participación importante (32%) en la firma que controla la compañía de telecomunicaciones.
En los próximos meses, Martínez completará su póquer de empresarios poderosos argentinos con una nueva incorporación. Fuentes de trato cotidiano con el director de Fintech reconocieron a LA NACION que entraron en la etapa de definiciones para sumarse a CGC (Compañía General de Combustibles), la petrolera fundada por Santiago Soldati, que a principios de este año pasó a manos de Corporación América, el holding que canaliza los negocios de Eduardo Eurnekian, dueño del principal concesionario de terminales aéreas de la Argentina a través de Aeropuertos Argentina 2000.
Desde antes, en esa lista ya estaban el banquero Jorge Brito, dueño del Macro y socio de Martínez en Genneia, una empresa dedicada a la producción de energía renovable en Chubut, y Héctor Magnetto, que a través del Grupo Clarín es el principal timón de Cablevisión, donde el empresario mexicano tiene un 40 por ciento del capital a través del fondo Fintech, su principal vehículo inversor, si bien está en proceso de adecuación a la ley de medios.
Desde hace meses los hombres de Martínez, quien sigue de cerca las alternativas de negocios que Fintech tiene en estudio, especialmente en la región, negocian alternativas para ingresar en la petrolera que fundó la familia Soldati.
Aún no definieron la forma que tendrá el desembarco final, pero algunos detalles comenzaron a tomar forma. Entre ellos, se tratará de una capitalización que hará Fintech a CGC (aún no está claro cuál será el monto).
El grupo mexicano, además, facilitará la llegada de un socio tecnológico de ese país a la empresa.
Eurnekian cerró la compra del 81 por ciento de CGC al fondo Southern Cross, propiedad de Norberto Morita, el 19 de febrero de este año. Aunque no difundió cuánto pagó Morita por esa participación, fuentes familiarizadas con la operación sostuvieron que el desembolso estuvo cerca de los 200 millones de dólares.
La capitalización de la empresa es, de acuerdo con la mirada de los conocedores del negocio, un paso fundamental para que CGC aumente su hasta ahora modesta producción de hidrocarburos en la Argentina.
En agosto, por ejemplo, de acuerdo con las últimas estadísticas publicadas por el Instituto Argentino del Petróleo y el Gas (IAPG), CGC extrajo por su propia cuenta un promedio de 18 metros cúbicos diarios de crudo, apenas 0,03 por ciento de la oferta nacional.
La empresa tiene cinco áreas de explotación y una de exploración (entre sus socios está Cristóbal López, dueño de Oil Combustibles y de C5N y con buena llegada al Gobierno), que cubre una superficie de casi 13.000 kilómetros cuadrados.
Según los especialistas, se trata de activos con alto potencial petrolero que podrían darle al dueño de AA2000 buenas noticias en caso de concretar las inversiones necesarias.
Eurnekian, cuyos negocios petroleros lidera su sobrino Hugo, mostró en los últimos meses una avidez pronunciada por sumar más activos a su portafolio en el sector de los hidrocarburos.
Por caso, negoció una eventual compra de la petrolera norteamericana Apache en conjunto con Pluspetrol; reconoció abiertamente que está interesado en sumar los activos de Petrobras en el sur del país, y prometió que antes de fin de año cerrará una asociación con YPF para hacerse cargo de una parte de la inversión que la petrolera necesita para extraer más hidrocarburos en yacimientos convencionales.
En esos puntos encajan la billetera de Martínez (maneja una cartera de 4000 millones de dólares en activos), su apetito inversor y su gusto por la Argentina.
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