El nombre del alfajor con inspiración cubana
El primer alfajor Havanna se vendió el 6 de enero de 1948. Ya desde entonces los había blancos a 15 centavos y de chocolate, a 20. En esa primera jornada se vendieron $ 220 y las colas llegaban a doblar dos esquinas.
Detrás de este emprendimiento había tres hombres: Demetrio Elíades, Luis Sbaraglini y Benjamín Sisterna. El primero llegó a la Argentina, proveniente de Grecia, a comienzos del siglo pasado. Tras un viaje a La Habana, Cuba, quedó impactado con sus bares con cena y espectáculos musicales, y decidió impulsar uno en la Argentina: "Confitería Show Havanna". De todos modos, como él también se encontraba en el rubro de las golosinas -era dueño de quioscos- no le era desconocida la aceptación popular que tenían los alfajores, en especial el famoso Casino, y se convenció de que había que lanzar uno que lo superara.
Paralelamente, en Buenos Aires, Sbaraglini y Sisterna fabricaban alfajores Santa Mónica con poco éxito. Ambos conocían a Elíades y decidieron lanzar alfajores juntos, venderlos en un local de Mar del Plata y elaborarlos a la vista de la gente. Aunando esfuerzos y capitales en septiembre de 1947 fundaron la sociedad que meses después dio origen al mítico alfajor Havanna.
Su nombre deriva de la capital cubana: su principal inspiración. Y si bien se desconoce con exactitud, se cree que, por temas de registros marcarios, el término Havana (Habana en inglés) derivó en Havanna.
A 65 años de haber vendido su primer alfajor, la marca conserva su clásica envoltura metálica sin sellados. Pero la tradición de Havanna trasciende a los productos y vive en su propio personal, entre quienes se encuentran tres generaciones de una misma familia. Lo que es más, no menos de 10 empleados se jubilan anualmente luego de haber trabajado más de 30 años en la empresa.
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