Negocios. Cuáles serán los ganadores y perdedores del próximo gobierno
En cada modelo económico hay varios cuatro de bastos, tres de copas y anchos de espada. En una Argentina que está por barajar y dar de nuevo una vez más, los jugadores todavía esperan más señales de parte del presidente electo para saber cuál debería ser su próximo movimiento. Pero, aun así, los economistas aventuran cuáles serán las cartas ganadoras y cuáles las perdedoras en el sector privado durante el mandato de Alberto Fernández.
Al menos en una primera etapa, dicen quienes mejor conocen la matriz productiva de la Argentina, los anchos del mazo serán los sectores exportadores. Que el país necesita dólares genuinos para funcionar no es una novedad: el próximo gobierno no estará exento de la necesidad de encantar a los exportadores para lograr la sustentabilidad de la economía.
Así lo explica la economista Marina Dal Poggetto, quien elaboró una matriz de impactos con cuatro cuadrantes: valor agregado local alto y bajo e impacto en el mercado interno o en el externo. Las mejoras en los indicadores del sector local (todas las medidas que incentivan el consumo masivo, la construcción y la obra pública) ayudan a la gobernabilidad. En cambio, que las exportaciones de agro y agroindustria, economías regionales y turismo crezcan incentiva la sustentabilidad económica y, en definitiva, también la política.
En líneas generales, los economistas están de acuerdo en que 2020 no será un año de demasiadas buenas noticias para la economía. Con alta inflación, obligaciones de deuda en dólares y el consumo paralizado, las probabilidades de hacer cambios radicales en 365 días son pocas. Aun así, y con esta perspectiva ineludible, habrá sectores que saldrán más o menos favorecidos de una transformación de la política económica.
Energéticas, bancos y "mercadointernistas", las perdedoras
Como todavía no se conoce en detalle quién integrará el gabinete de Alberto Fernández ni cuál es su plan económico concreto, por ahora las pistas de sus dichos en campaña son las que permiten inferir cuáles serán ganadores y perdedores. Hasta el momento, los bancos y las energéticas parecen ser los cuatro de copas de este mazo, al menos en lo discursivo.
Fernández propuso dejar de pagar los intereses de las Letras de Liquidez (Leliq), lo que afectaría directamente el negocio de las entidades financieras, al menos como está planteado ahora. Por otro lado, también insinuó en repetidas ocasiones la desdolarización de las tarifas energéticas, lo que supondría un perjuicio de los márgenes de las compañías, que pagan varios de sus insumos en moneda dura.
El mercado reaccionó: entre el 9 de agosto y el 1 de noviembre pasados (un período que abarca a las PASO y a las elecciones generales) tres bancos y dos energéticas fueron las que más perdieron dentro de un grupo de 17 firmas argentinas que cotizan en Nueva York. Mientras que el promedio de la caída fue de un 40%, el valor de estas compañías descendió entre un 65% y un 71 por ciento.
Martín Kalos, economista jefe de Elypsis, apunta que probablemente haya una "tensión" dentro del sector energético cuando se defina qué sucederá con las tarifas y quién, en ese caso, será el perdedor de una cadena integrada por generadoras, distribuidoras y transportistas.
"Algunas empresas integradas verticalmente y con inversiones en energías renovables están posicionadas para seguir haciendo buenos negocios en los próximos años. Lo que suceda con el sector depende de los jugadores y de cómo se concreten los acuerdos sociales que prevé implementar Fernández", describe el economista.
Por otro lado, durante el primer año de gestión de Fernández, proyecta Lorena Giorgio, economista senior en la consultora Econviews, no habrá demasiadas buenas noticias "por el lado de políticas de ingreso y el consumo", ya que el margen de crecimiento, después de números en rojo durante varios años, es acotado. "Entre los perdedores seguramente se ubicarán las ramas industriales vinculadas al mercado interno", asegura la economista.
En el mediano y largo plazo, el escenario es otro. El consumo -que está por terminar su cuarto año en caída- fue uno de los grandes temas de la campaña de Fernández. "Reactivar el consumo, volver a poner a la Argentina de pie" fue uno de sus latiguillos tanto en Twitter como en las apariciones presenciales.
También dio señales respecto de cómo lo haría. "Poner en marcha la economía es recomponer las condiciones de consumo. Y recomponerelsalario es el primer paso para encender la economía. Pero tenemos que deshacernos de estas tasas de interés que privan a las empresas de poder producir", escribió en su cuenta de Twitter el pasado 26 de septiembre.
Las primeras inversiones comprometidas con el presidente electo también dan la pauta de lo que espera el sector privado para el mercado interno: las más resonantes fueron las de Teddy Karagozian (textil) y Rubén Cherñajovsky (electrónica y electrodomésticos).
Terreno neutro: el agro y la sustitución de importaciones
"En un nivel intermedio entre ganadores y perdedores podríamos ubicar a algunas ramas vinculadas a la sustitución de importaciones, como por ejemplo parte de la textil o la del plástico, aunque el hecho de que se ubiquen definitivamente en terreno positivo dependerá del grado de protección y de los incentivos que le brinde el nuevo gobierno", señala Giorgio.
Para Kalos, ninguna perspectiva para el agro apunta a que 2020 "sea un año mejor o peor de los que pasó hasta ahora". "Es probable que, en un contexto de necesidades fiscales, seguramente los impuestos se mantengan altos. Además, hay un contexto mundial de desaceleración del comercio y, por ende, de los productos agroalimentarios", dice.
Dentro del conjunto, las economías regionales sufrirán un poco más por la crisis política y económica de la región, ya que la mayoría de esos productos se exportan dentro de Mercosur, añade. El economista proyecta que el acuerdo entre este bloque y la Unión Europea no se terminará de sellar en los próximos meses, por lo que tampoco habrá otra salida alternativa fácil para los bienes.
Las ganadoras: Vaca Muerta, mineras y tecnológicas
Para los economistas, hay un claro ganador en un océano de cifras complicadas: Vaca Muerta, que tiene potencial para ser la joya por la que ingresarán los dólares tan necesitados. "Hay un consenso importante de que lo poco que puede darle a la Argentina un salto en exportaciones en los próximos años, siempre y cuando el marco regulatorio acompañe, es el sector hidrocarburífero convencional y no convencional", resalta Kalos.
Otro sector que está siempre "por pegar el salto", dice el economista, es el minero. "Tiene sus temas socioambientales que atender, pero el Gobierno probablemente esté muy necesitado de exportaciones y tendrá al menos posibilidad de generar un marco regulatorio que le convenga más a este sector, más por una cuestión de necesidad de dólares", resalta.
La afirmación anterior contrasta, sin embargo, con uno de los últimos comentarios de Fernández, que sugirió que el sector debería hacer un "esfuerzo". Es un eufemismo que habitualmente se utiliza para decir que deberá pagar más impuestos.
Un rubro exportador -y altamente superavitario- es el tecnológico. Los famosos "servicios de alto valor agregado", como el software, se convierten en una de las salidas para el modelo que se avizora. Así lo explica Matías Rajnerman, economista jefe de Ecolatina: "Cuando un país importa bienes, muchas veces necesita importar insumos para poder exportar. En cambio, las empresas de servicios no necesitan consumir dólares para generarlos", detalla.
"Hace unos años, las empresas del sector se trasladaron al exterior arrastradas por los elevados costos de mano de obra local, y ahora están volviendo a instalarse en el país incentivados tanto por los menores costos en dólares como por la alta calificación de la mano de obra", cierra Giorgio.