El mercado subió por séptima vez su expectativa de inflación: la estima ahora del 59,2 al 60,9% para este año
Las proyecciones de los especialistas recogidas por el BCRA se ajustaron al alza en un nivel de recálculo que no se registraba desde los meses posteriores al inicio de la corrida cambiaria en tiempos de Mauricio Macri
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El mercado elevó por séptimo mes consecutivo sus proyecciones de inflación para 2022. Esta vez lo hizo en más de cuatro puntos por la sorpresa que los analistas recibieron al oficializarse el dato de febrero -entre 0,3 y 0,9% más elevado al esperado- y decepcionados por las “armas” a las que apeló el Gobierno para su “guerra” contra la suba de precios.
Los especialistas la estiman ahora en un rango que va del 59,2% al 60,9%, según se trate de la proyección promedio general de los 41 participantes de esta encuesta (realizada del 29 al 31 de marzo) o de la aportada por los 10 consultores que se mostraron más fiables con sus vaticinios en el pasado, los llamados “Top-10″.
El recálculo realizado por los analistas es el mayor captado por el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) -que mes a mes realiza el Banco Central (BCRA)- desde los meses posteriores a que estallara la crisis cambiaria de 2018, cuando la disparada del dólar sin freno derramó sobre los precios en tiempos de Mauricio Macri.
Representa revisiones al alza de entre 4,3 y 6 puntos mayor que la que pronosticaban hasta hace un mes (del 55% y 54,9% anual, para cada grupo) y entre 17,2 y 18,9 puntos por encima del nivel al que la imaginaban en agosto de 2021, último mes en que las expectativas inflacionarias de mercado se habían mantenido estables.
Además, deja a la vista que el anuncio oficial de una “guerra contra la inflación” no sólo no calmó las aguas, sino que las agitó aún mas, dejando un lastre de expectativas desbocadas que puede ser todo un problema para llevar adelante políticas gradualistas como las que ensaya el Gobierno para atacar esta cuestión.
“Esto no hace más que confirmar que lamentablemente todo lo que anunciaron no está logrando cambiar las expectativas, algo que ya no había anticipado las mediciones de la UTDT en el universo de los consumidores”, observa la economista María Castiglione, de CYT consultores.
“Y muestra que la fijación de precios máximos o controles de precios, como los limites a exportación tiene cada vez menos efecto incluso en el corto plazo, lo cual es grave porque que a largo no funcionan ya se sabe. Son parches que tienen sentido para ayudar a ordenar algo pero no como sustituto pero, queda a la vista, ni siquiera eso están aportando”, advierte.
Para el economista Gabriel Rubinstein, director de GRA Consultora, el dato revela que “el Gobierno no logró anclar las expectativas en pos de una inflación algo más baja ni consiguiendo el acuerdo con el FMI”, algo que “aumenta los riesgos de un mayor desborde”
Factor arrastre
El aumento en las previsiones estuvo, en parte, impactado por las estimaciones previas que se habían quedado por debajo de la inflación finalmente verificada por el Indec. Ese “factor arrastre” los llevó además a elevar del 4/4,1% a un rango de entre 5,4% y 5,5% la de proyección para el IPC de marzo, por conocerse a mitad de la semana que viene.
A su vez, elevó el piso de la curva de tasa inflacionaria, que se mantiene invertida, ya que proyecta inflación de entre 4,3% y 5,5% para el bimestre en curso, luego descendiendo a un promedio que arranca en el 3,8% al 4,1% en mayo, y termina en 3,6% al 3,5% hacia agosto y septiembre.
Las correcciones también impactaron sobre la tasa de inflación esperada para el año próximo y el siguiente, ubicándola ahora en 47,5% para 2023 (+2,5 puntos más que el REM de febrero) y hasta 40,9% (+3,2 puntos respecto a la misma referencia) durante 2024.
La encuesta, la más amplia del mercado local, también capta un aumento en las estimaciones de corto plazo para el dólar y las tasas de interés, a partir de la aceleración que el BCRA le comenzó a dar al ritmo de deslizamiento del tipo de cambio oficial y considerando los compromisos asumidos respecto a ambos indicadores en el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El mercado proyectó que el tipo de cambio nominal mayorista subiría 3,8% durante el mes en curso (lo ven cerrándolo a $113,60), aunque mantienen estable su estimación para el cierre del año en torno a los $154, lo que supondría una devaluación anual del peso del 51,1%.
Quienes participan del REM también prevén que la tasa de interés nominal anual (TNA) correspondiente a depósitos a plazo fijo de 30 a 35 días en bancos privados y de más de un millón de pesos (Badlar) se elevará 2,22 puntos (al 42,76%) respecto al promedio del 40,54% registrado durante marzo. En comparación con la encuesta previa, hubo correcciones al alza en las estimaciones relevadas para todos los períodos. Se destaca la convergencia a una tasa de 44,00% que se sostiene a partir de junio.
Las estimaciones de una inercia inflacionaria más elevada, con ajustes al alza de corto plazo en tasas y dólar, no varía empero la tasa de expansión que proyectan para la economía, la que ahora estiman entre el 3,2% y 3,7%, algo que se explica porque buena parte de ese crecimiento será sólo resultante del “arrastre estadístico” que dejó el fuerte rebote del 10,3% registrado durante el año pasado.
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