El mercado reaccionó con optimismo al anuncio del acompañante de Macri
En los últimos días los indicadores financieros tuvieron una evolución favorable; los datos que marquen las primeras encuestas preelectorales serán fundamentales
El ajedrez político se va armando y la partida se pone desafiante. Podría decirse que Juntos por el Cambio (ex Cambiemos) puso en jaque a la oposición. Y en la próxima jugada se verá si hay jaque mate. De hecho, los inversores así lo sintieron y, por lógica (de mercado), se adelantaron con su reacción.
El juego no es fácil y la partida será larga. Vienen meses en los cuales, seguramente, habrá estrategias políticas de prueba y error y encuestas varias. En cuanto a los datos de la coyuntura económica, la evaluación se hará, principalmente, en función de la estabilidad de las principales variables financieras (del dólar, sobre todo) y de los datos de inflación. Las complicaciones en esos temas tienen un alto costo para el Gobierno.
En la recomendación básica para los inversores, diversificar y tener cautela siguen siendo cuestiones inevitables. La incertidumbre general bajó, pero no desapareció ni lo hará. Se abrirán, seguramente, oportunidades de trading. Pero no habrá que intentar capturarlas con desesperación. Actuar bajo pánico o euforia no resulta algo bueno.
La semana que terminó dejó como saldo la información sobre fórmulas presidenciales definidas (aunque el plazo para las inscripciones formales sigue abierto hasta el sábado 22), sobre alianzas establecidas y, también, sobre la "elección" del mercado para esta votación presidencial.
Vale ver los datos: el riesgo país se ajustó en unos 80 puntos y llegó a niveles de 850 puntos, como en abril. La probabilidad de default -implícita en los CDS a un año- también se corrigió: pasó de un promedio de 21%/22%, a la zona de 15%/16% solo en la última semana.
Está claro que la curva de deuda soberana se mantiene invertida, pero logra comprimir un poco el diferencial para la región. Estamos hablando de tires de entre 15%/16% anual para la parte más corta, 13%/11% anual para el tramo medio, y de 9,5%/11% para la parte más larga. La curva sigue mostrando niveles de estrés importantes.
Un buen punto a observar es la evolución del tipo de cambio. Se ganó estabilidad en las últimas semanas y hubo una reciente apreciación del peso. El movimiento fue acompañado por una caída importante en las tasas de devaluación implícita a lo largo de toda la curva de futuros del Rofex.
Mientras tanto, las acciones saltaron en precio y en volumen. Los papeles líderes avanzaron hasta 28%, en una tendencia al alza que resultó generalizada. Los sectores más beneficiados fueron -de forma esperable- los de finanzas y energía. El índice alcanzó un máximo en pesos. Y, en dólares, logró saltar más allá de los 800 puntos.
No resiste mucho análisis la razón por la que ocurrió esta reacción. Si fue una sorpresa la fórmula Fernández-Fernández a mediados de mayo, no hay dudas de que el Presidente superó la apuesta, al poner en el terreno de juego a un histórico peronista como Miguel Ángel Pichetto. Fueron al menos dos las lecturas que hicieron rápidamente los inversores: 1) mayor competitividad (electoral), y 2) mayor gobernabilidad (en el próximo mandato). Rápidamente se pusieron en la mira las reformas estructurales pendientes y necesarias, como la previsional y la laboral. Y se apunta a la figura de Pichetto como un experimentado armador de consenso en el Congreso.
Ahora se estará a la espera de las primeras encuestas. Se entiende que seguirán apuntando a un ballotage como el escenario de mayor probabilidad, pero también se espera que la nueva fórmula de coalición pueda respirar mejor. Se deberá ver cuál es el impacto del anuncio, sobre todo entre quienes hasta días atrás estaban indecisos.
Más que cualquier número económico, ese será el dato que buscará el mercado para convalidar la reacción observada y que podría extenderse (tampoco es esperable, claro, un riesgo país que vaya hasta niveles de 500 o 600 puntos). Todo dependerá de cómo se verifique un cambio en las probabilidades de los escenarios políticos con los que se venía trabajando.
En el muy cortísimo plazo, con la definición de candidatos el próximo sábado y de cara a una semana corta -hay dos feriados-, se estima más bien que vienen días en los que la cautela será un buen trade (hablando en términos de mercado).
Con respecto a la visión económica-financiera del candidato a vicepresidente, al mercado le bastó con los comentarios de Pichetto en Estados Unidos a fines de abril. Por ahora no le pide, al parecer, mucho más. Mientras tanto, la coyuntura económica y financiera parecer ser funcional en el último mes al juego del Gobierno. No es un dato menor: lo político y la estabilidad financiera están altamente correlacionados. Así, una fórmula que parece ser más competitiva ayuda a sostener en el tiempo la calma y a dar espacio para que los datos de actividad e inflación sigan mostrándose en un buen camino.
Dos claves de las jornadas que vienen
US$1900 millones
Fue el monto implicado en la colocación en LETE, Lelinks, y Botapo que concretó el Tesoro en los últimos días. En la semana entrante, en principio, no habría nuevas licitaciones. La próxima ya será en momentos en que estén definidas las fórmulas presidenciales en su totalidad (para la inscripción hay tiempo hasta el sábado 22)
Reunión de la FED
En el plano internacional, este martes y miércoles habrá una nueva reunión de la FED y los mercados estarán atentos a lo que ocurra; de todas maneras, la posibilidad de que haya una baja en la tasa para esta semana es menor al 30 por ciento. Pero, más allá de eso, hay expectativas sobre lo que se diga o se deje de decir
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