El mercado laboral de EE.UU. se ve más saludable en 2014
¿Será 2014 el año en que el mercado laboral de Estados Unidos despega y alcanza una buena altura?
La reciente fortaleza en el Producto Interno Bruto, la producción industrial y la construcción apuntalan la noción de que el empleo se está recuperando de cara al año entrante. Estos indicadores también sugieren que, si no se produce un shock económico, el número total de empleos podría superar su máximo de antes de la recesión para mediados de 2014.
El panorama laboral se ha esclarecido desde el punto más álgido de la crisis de 2007-2009, pero el progreso ha sido intermitente. En 2013, las empresas crearon un promedio de 189.000 puestos de trabajo al mes, aumentando el ritmo en octubre y noviembre, cuando sumaron 200.000 y 203.000 empleos, respectivamente. En los últimos dos años, la tasa de desempleo ha bajado de 8,3% a 7,0%, pero gran parte de ese declive se debe a que personas sin trabajo dejaron de buscarlo.
El mercado laboral recibió un voto de confianza de la Reserva Federal cuando decidió este mes empezar a reducir su programa de compra de US$85.000 millones en bonos mensuales, al considerar que la economía era lo bastante sólida para salir adelante sin tanta asistencia. En enero, el banco central pasará a comprar US$75.000 millones al mes y tratará de reducir estas compras en cuotas de US$10.000 millones en sus próximas reuniones.
Ben Bernanke, presidente de la Fed, después de una conferencia de prensa tras la decisión, dijo: "Recientes indicadores económicos han incrementado nuestra confianza en que los avances en el mercado laboral continuarán".
Economistas que participaron en la encuesta más reciente de The Wall Street Journal expresaron un optimismo similar, previendo en promedio que en 2014 EE.UU. creará casi 198.000 empleos al mes, la estimación más alta desde 2005, cuando la encuesta planteó por primera vez esta pregunta. Semejante ritmo encaminaría al país antes de julio a niveles de empleo que no se veían desde la recesión de 2008.
Una mejora en el mercado laboral se traduce en crecimiento económico, a través de un ciclo de producción y consumo. Según aumenta la demanda, los empleadores producen más para satisfacerla, a menudo mediante contrataciones. A su vez, los trabajadores encuentran empleo y reciben salarios que pueden gastar o ahorrar.
Parece que este ciclo está cobrando ritmo en EE.UU., donde un sólido gasto por parte de los consumidores y las empresas impulsó el crecimiento del tercer trimestre a una tasa anualizada de 4,1%. La confianza del consumidor, perjudicada por el cierre parcial del gobierno durante 16 días en octubre, ha repuntado y la producción industrial ha superado su récord previo a la recesión.
El salto en la demanda provocará el año que viene la creación de empleo en los sectores de manufactura y energía, proyecta Ward McCarthy, economista financiero jefe de Jefferies & Co. Según él, los consumidores y las empresas comprarán bienes desde lavadoras a autos y aviones, después de haber aplazado las compras grandes durante la recesión y la lenta recuperación que la siguió. La firma de investigación de mercado J.D. Power y la firma de pronósticos LMC Automotive predicen que los consumidores estadounidenses gastarán una cantidad récord —de más de US$34.000 millones— en autos nuevos en diciembre.
Los beneficios del avance de las industrias automotriz y aeronáutica tienen un efecto que se multiplica, explica McCarthy, porque ambos sectores "tienen muchas industrias que las suministran, así que tienen un profundo alcance en la economía".
Con todo, incluso los expertos más optimistas reconocen que si bien el mercado laboral marcha por el buen camino, aún le queda bastante margen para mejorar. De momento, todavía sigue habiendo casi tres personas desempleadas por cada puesto vacante.
Por otra parte, se prevé que el mercado inmobiliario del país no podrá mantenerse al ritmo de los avances recientes, ya que el encarecimiento de las viviendas y las tasas de interés mantienen a algunos compradores al margen del mercado. Además, el desmantelamiento del estímulo económico de la Fed podría salir mal y en Washington sigue habiendo incertidumbre de cara al presupuesto fiscal.
También abundan los riesgos internacionales, como una posible debilidad en la zona euro y Japón o un incremento en los precios del petróleo si las conversaciones con Irán para desmontar su programa nuclear se desmoronan.
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