El mercado festeja el débil empleo en EE.UU.
La lenta recuperación del sector laboral aleja un posible aumento de las tasas de interés por parte de la Fed
Para aquellos que esperan que la economía estadounidense esté a la temperatura perfecta, ni muy fría para seguir necesitando el estímulo monetario provisto por la Reserva Federal, ni muy caliente para que el banco central pise bruscamente el freno, las últimas cifras de empleo trajeron algo de alivio.
Cada vez hay más temores de que un robusto informe del mercado laboral lleve al banco central a elevar su tasa de referencia tan pronto como en marzo de 2015, en lugar de en junio o septiembre, como pronostica la mayoría de los analistas. Una sólida generación de empleos es positiva para el público, pero los aumentos de tasas son perjudiciales para las acciones y los bonos.
El Departamento de Trabajo indicó el viernes que en agosto se crearon 142.000 puestos de trabajo no agrícola, frente a los 225.000 que preveían los economistas. El Promedio Industrial Dow Jones reaccionó con un alza de 67,78 puntos, o 0,4%, y llegó a 17.137,36, quedando a un paso de su récord de 17.138,20 unidades. El S&P 500 subió 10,06 unidades, o 0,5%, y alcanzó un máximo de 2.007,71.
"Me sorprendería mucho si la Fed comenzara a elevar las tasas antes de fines del segundo trimestre del próximo año", señala Peter Jankovskis, codirector de inversión de OakBrook Investments, que supervisa unos US$2.000 millones. "Para las acciones, probablemente sea una buena noticia que las tasas vayan a permanecer bajas".
Los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense subieron ligeramente el viernes conforme los inversionistas trasladaron su dinero a las acciones. De todos modos, los rendimientos siguen extremadamente bajos, lo que sugiere que el mercado de deuda no está muy preocupado por un aumento de las tasas. El bono a 10 años ofrecía un interés de 2,46% el viernes, muy por debajo del 3% con el que empezó el año.
Mientras más espere la Fed para subir las tasas, explica Jankovskis, más fuerte estará la economía cuando finalmente ocurra y más fácil será para las empresas y los consumidores afrontar el pequeño incremento en los costos de endeudamiento. Sus modelos cuantitativos muestran que las acciones de compañías industriales deberían beneficiarse. Los portafolios que maneja y que están en línea con esos modelos han invertido más en ese sector, afirma.
Pocos creen que una leve alza en las tasas de interés ponga fin al mercado alcista a largo plazo, pero a muchos les preocupa que las acciones caigan de forma temporal cuando los inversionistas enfrenten la perspectiva de tasas más altas.
Si el crecimiento económico sigue siendo moderado, las ganancias de las empresas pueden aumentar sin que haya una gran inflación. Eso permitiría a la Fed incrementar las tasas lentamente, lo que calmaría a los inversionistas.
El mercado acogió con beneplácito el anuncio de la semana pasada del Banco Central Europeo sobre una nueva reducción de las tasas de interés y una ampliación de su programa de compra de bonos para estimular la economía. El crédito barato en Europa debería beneficiar a las multinacionales estadounidenses y los temores sobre la debilidad económica del Viejo Continente constituirían una nueva razón para que la Fed no se apresure en subir sus tasas.
El problema para las acciones es que se han vuelto caras. El índice S&P 500 se negocia a 19 veces las ganancias de sus componentes de los últimos 12 meses, muy por encima del promedio de largo plazo de 15,5. Los gestores de dinero no se atreven a trasladar muchas inversiones a la renta variable estadounidense y están atentos a acontecimientos negativos como un posible aumento de las tasas de interés o problemas en Ucrania o Medio Oriente.
Morgan Stanley proyectó en un informe el viernes que el S&P 500 avanzará apenas 2,1% en los próximos 12 meses.
Los inversionistas también son renuentes a confiar demasiado en las cifras laborales de agosto, que no estuvieron en línea con la dinámica generación de empleos de los meses previos.
Los datos de agosto suelen verse afectados por las vacaciones y el regreso de trabajadores jóvenes a clases, y con frecuencia son revisados al alza posteriormente, dicen economistas. Muchos consideran que las cifras de septiembre son más importantes.
Barclays aún prevé un alza de las tasas de la Fed en junio. "La tendencia a largo plazo se mantiene, que un crecimiento económico moderado seguirá impulsando el mercado laboral", afirma Michael Gapen, economista sénior para EE.UU. "Si esa tendencia continúa, tal vez la Fed podría empezar antes, en marzo".
La buena noticia para las acciones, señala, es que el indicador de inflación preferido de la Fed, basado en el consumo, sigue en torno a 1,5%, muy por debajo de su meta de 2%. Mientras continúe en ese nivel, el banco central se demoraría en subir las tasas, señala.
Allen Sinai, economista jefe global de Decision Economics Inc., sostiene que la economía estadounidense pisa terreno más firme que lo que sugiere el informe de empleo y que aún es probable que la Fed eleve las tasas en marzo. Agrega que la economía comenzó a despegar a fines del año pasado, lo que significa que puede crecer con menos ayuda del banco central.
No obstante, debido a que la inflación permanece moderada, Sinai también augura un mercado bursátil fuerte por mucho tiempo.
En momentos en que los precios de las acciones se encuentran a niveles altos en relación a las ganancias, la pregunta es cuánto durará el efecto de la mejora de las utilidades y los indicadores económicos antes de que la bolsa empiece a retroceder.
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