El mercado cree que el Gobierno puede domar al IPC pero no a la inflación núcleo
Los analistas de mercado recalcularon de manera divergente en las últimas semanas sus estimaciones de inflación para el año en curso: mientras en promedio las volvieron a ubicar en el 50% (tras reducirlas a 49,8% un mes antes), los que habitualmente resultaron más acertivos (TOP-10) la pronostican en el 44,9%, no solo 5,1 puntos menos que la media general sino 1,1 puntos por debajo del nivel al que la imaginaban en la encuesta anterior.
Pero las proyecciones para el IPC núcleo, que permite monitorear la evolución de los precios sin tener en cuenta la volatilidad de aquellos bienes y servicios que exhiben un comportamiento estacional o cuyos precios están sujetos a regulación estatal o tienen un alto componente impositivo, a la vez se elevaron del 50 al 52% anual, a nivel general, y del 47,2 al 49,3% en el caso de los que mostraron ser los mejores pronosticadores.
Así se concluye que, para los analistas, al Gobierno le costará dosificar la inercia inflacionaria tras dejar transcurrir al menos un cuatrimestre de inflación elevada y con tendencia alcista.
El dato surge de la edición "enero" del Relevamiento de Expectativas de Mercados (REM), una abarcativa encuesta que mes a mes realiza el Banco Central (BCRA) para conocer las previsiones que guían las decisiones de los agentes económicos y que, en esta oportunidad, fuera realizado entre los días 27 y 29 de enero.
Los pronósticos promedio surgen de contemplar proyecciones enviadas por 41 analistas, 27 pertenecientes a consultoras y centros de investigación locales, 13 que trabajan en bancos y 1 que está radicado en el exterior. De allí que el BCRA aclara que el informe se elabora en base a las respuestas que recibe, por lo que ninguno de sus resultados son proyecciones suyas.
Del informe parece surgir que una parte de los analistas espera que la estrategia que comenzó a desplegar el Gobierno para moderar la escalada inflacionaria de los últimos meses podría servirle sólo parcialmente en el corto y mediano plazo. Es decir, para maquillar levemente el IPC general mientras la medición núcleo seguiría en llamas (estiman que habría sido del 4,2% en enero).
La referencia alude a las decisiones que habría tomado para hacer solo ajustes menores en las tarifas que mantuvo congeladas por la pandemia, a la convocatoria lanzada para intentar sellar un acuerdo de precios y salarios y hasta la ralentización que aplicó en las últimas semanas el Central al ritmo de ajuste del tipo de cambio, al bajar el promedio móvil de esa actualización del 45,7 al 37,4, por caso, esta semana.
De allí que las expectativas de inflación general se moderaron levemente para los próximos meses. La suba promedio mensual que esperan para el Indice de Precios al Consumidor (IPC) entre enero y julio es de 3,5%, con picos del 3,9% para enero (el dato oficial se conoce la semana entrante) y marzo (que baja al 3,7% en el caso del TOP10) y picos del 3,2% entre junio y julio que caen al 3% entre los que fueron más acertivos hasta aquí. Un mes antes, la proyectada para el semestre siguiente era del 3,6% promedio.
Actividad, dólar, comercio y desempleo
El resto de las proyecciones se mantuvieron estables. Quienes participan del REM esperan un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) real para 2021 del 5,5% (5,9% para el TOP-10), es decir, sin cambios en la expectativa respecto al REM previo. En cuanto a la variación trimestral desestacionalizada, incrementaron hasta 4,7% (+1,1%) la estimación para el cuarto trimestre del 2020 dando continuidad a la recuperación del 12,8% ya evidenciada en el tercer trimestre tras el impacto de la pandemia en el segundo trimestre de 2020.
Pero ratifican que pronostican una desaceleración en el ritmo de rebote ya que esperan una expansión del 0,7 y 0,4% para el primer y segundo trimestre del año ya en curso, proyección que es menor en 0,1 y 0,2 puntos porcentuales a la que imaginaban al ser consultados un mes atrás al respecto.
A su vez, los analistas volvieron ajustar levemente a la baja sus proyecciones mensuales del tipo de cambio nominal: ahora prevén que termine el 2021 entre $123,93 y125,00 por dólar (-$0,80 respecto al REM previo.
E hicieron lo propio con sus proyecciones de déficit primario que acotaron hasta los $ 1728,0 miles de millones, cifra que supone $13,8 miles de millones menos que respecto de la anterior estimación luego de registrarse un déficit de $1750,0 miles de millones en 2020
Por último estimaron una mejora de US$ 825 millones en los ingresos que el país recibiría por exportaciones, las que llegarían a los US$ 60.784 millones permitiendo que el superávit de la balanza comercial se mantenga por encima de los $12.000 millones (lo estiman en US$ 12.254 millones a valor FOB) dado que aguardan que las importaciones se ubiquen en US$ 48.530 millones (+US$ 383 millones) dadas las limitaciones y controles en vigencia. Eso permitiría al país captar unos US$ 470 millones más por las mejoras de precios en lo vendido, básicamente, en los granos.
En relación con la desocupación abierta la estimaron en el 11,6% para el último trimestre del 2020 (dato aún por conocerse) y proyectan que se mantenga estable aunque alcanzando un "pico" del 11,8% en el segundo trimestre cuando más gente salga a demandar empleo.
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