El mercado aplaudió los anuncios de Batakis, pero duda de que pueda implementarlos y se diluye la confianza
Pese a la ratificación del rumbo, la incertidumbre ganó a inversores y ahorristas; el dólar blue llegó a tocar los $300 y la brecha cambiaria alcanzó nuevos máximos no vistos desde la salida de la convertibilidad
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No hay lugar a dudas. En el arranque de la semana, los mercados interpretaron el mensaje que les envió la ministra de Economía, Silvina Batakis, como un canto de sirena, es decir, como un discurso cuidadosamente elaborado, con palabras agradables que apuntaron a ser claras y convincentes. Pero, a la vez, notaron que escondían una trampa.
En su primera conferencia de prensa, en la que apareció acompañada por buena parte de los ministros o funcionarios con responsabilidad en la ejecución de la política económica, Batakis interpretó el lunes pasado la sinfonía que más le gusta a los inversores. No solo se proclamó devota del equilibrio fiscal, sino que anunció además que se abultaría su caja de herramientas para controlar que el gasto público no se siga desbordando y reafirmó que buscará cumplir el programa pactado por la administración Fernández con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Seguramente, la respuesta que obtuvo no fue la que perseguía. Si algo mostró la evolución de los precios de los activos que se negocian día a día en el mercado y las reacciones de los agentes económicos en general (ahorristas, inversores y consumidores) es que semejante declaración de principios no sirvió para regenerar la credibilidad de la palabra oficial. Todo lo contrario, lo que logró fue acrecentar aún algo más la desconfianza.
Los datos son concluyentes. Los precios libres del dólar, tras tomarse un breve respiro a comienzos de semana, retomaron e incluso aceleraron la tendencia alcista que ya mostraban:
-De martes a viernes trepó de $281,8 a $301,5 (+7%) el Contado con Liquidación (CCL) medido por el bono Global 30, un tipo de cambio al que pasaron a recurrir las empresas que semanas atrás vieron bloqueado su acceso al mercado de cambios oficial y debieron recurrir a ese mecanismo para concretar giros al exterior,
-de $275 a $291,5 promedio el dólar MEP o Bolsa (+6%) medido por igual instrumento, que sirve para operaciones de cambio entre cuentas locales,
-y de $272 a 293 el blue o paralelo (7,8%), que llegó a rozar el viernes por momentos los $300.
-Esto llevó a la denominada “brecha cambiaria” (diferencia con el dólar comercial) a ubicarse entre el 128% y 135%, según el cambio que se use para medirla, nuevos máximos en la gestión de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, y no vistos desde la salida de la convertibilidad.
Otros datos también dieron cuenta de la profundización de la crisis:
-la tasa de riesgo país se mantuvo toda la semana en alza, al avanzar de 2648 a 2754 puntos, con lo que ensayó nuevos máximos tras el cierre de la última reestructuración de la deuda externa privada. En paralelo, el costo de los seguros contra un posible nuevo default del país aumentó de 4981,6 a 5610,4 puntos básicos.
-Y, aunque cedió algo, no se detuvo el goteo de depósitos en dólares de los bancos, primer síntoma de inquietud de los ahorristas locales, que retiraron más de US$450 millones desde que se conoció la renuncia del exministro de Economía Martín Guzmán. Resta por ver cómo reaccionarán los depositantes en pesos al desplante que les volvió a hacer el Banco Central, al no subirles el premio por mantener plazos fijos en pesos (rinden 4,4% al mes), aunque la inflación volvió a acelerarse en junio y se está disparando este mes, y mientras las escaladas de los dólares libres concedieron en tres meses ganancias que el plazo fijo tradicional en pesos sólo daría en once meses.
Dinámica de crisis
Para los analistas, la reacción es comprensible, básicamente porque la Argentina entró en una dinámica de crisis económica que deriva de su cada vez más visible crisis política.
Esto hace más difícil la posibilidad de comenzar a resolverla en un entorno de clima financiero global que, por otra parte, se va llenando de nubarrones. Así lo demostró el Dollar Index -que mide la divisa estadounidense frente a otras seis semejantes- al bordear los 109 puntos (estaba en 95,6 a fin de 2021) para alcanzar su mayor nivel en 20 años.
“El frente externo está dejando de jugar a favor de la Argentina. Los impactos inmediatos ya se ven en los precios de las commodities y en las principales monedas del mundo. El trigo, la soja y el petróleo caen un 52%, 10% y 23%, respectivamente, desde máximos, y el dólar [la moneda en la que se referencian esas cotizaciones] se aprecia un 13% y se encuentra en el nivel más fortalecido desde 2002. Esto hace que las perspectivas a futuro no sólo sean grises en materia financiera, sino que también pase a estar en riesgo la actividad”, detalló un informe de Ecolatina.
Explicaron además que aún falta saber cómo se llevarán adelante buena parte de las medidas de ajuste anunciadas, y ya quedó a la vista que los “parches” intentados provocaron y provocan más perjuicios que beneficios.
Al respecto, apuntaron a la “operación rescate” de bonos de la deuda en pesos que llevó adelante el BCRA en las últimas semanas para intentar que el Ministerio de Economía consiga refinanciar los bonos que le vencían.
“Se trataba de pesos que estaban ‘ociosos’ buscando resguardarse del esmeril inflacionario y que al encontrar liquidez en un prestamista de última instancia buscaron resguardo en el dólar, provocando el empinamiento de la brecha cambiaria que vimos en el último mes”, apuntaron en el mercado.
También pusieron el ojo sobre la percepción de Ganancias para encarecer al “dólar tarjeta” y tratar de frenar el aumento del déficit turístico, con la mira en el Mundial de Qatar. “Mostró que lejos de contar ‘con reservas suficientes’, como volvió a asegurar Miguel Pesce, el presidente del BCRA, se intentan seguir obturando canales de salida para que no quede en evidencia que escasean en grado extremo, cuando no dejan de lanzar pesos cada vez más devaluados al mercado”, dijeron.
Para el director de la consultora y asesora de inversores Proficio, Diego Saravia Tamayo, los mercados reaccionaron de la manera en que lo hicieron “por la insuficiencia de las medidas” anunciadas. “Son de cirugía menor cuando el país ya necesita cirugía mayor, y están compuestas por una buena cuota de expresiones de deseo”, sostuvo.
“Que la ministra diga que buscará el equilibrio fiscal en un tiempo es lo mínimo que se puede pedir [también lo decía Guzmán] o que repita lo de las tasas de interés positivas no tiene efecto porque la Argentina presenta, desde hace tiempo, un descalabro fiscal y monetario que, junto con las medidas equivocadas tomadas por error de diagnóstico, tienen al país con estos niveles de inflación, problemas de deuda, financieros y cuellos de botella en la producción”, dijo. Y agregó: “Se necesita un cambio significativo en la dirección de la política económica”. Saravia Tamayo reconoce que eso solo sería posible “con acuerdo político al más alto nivel, que tiene que ir mucho más allá que una mesa con algunos ministros y otras autoridades”, algo que el mercado no ve posible en el actual escenario.
Sin beneficio de la duda
“La conferencia de prensa de Batakis no fue mala. Mostró una decisión de no dar un salto al vacío, profundizando el desborde fiscal y monetario si es que avanzaba con la idea del salario mínimo universal. Pero está claro que el mercado no le concedió siquiera el beneficio de la duda, ya que, aun tras los anuncios, los bonos en dólares soberanos cotizan en nuevos mínimos y los dólares cable o MEP rumbearon hacia nuevos máximos”, describió Juan José Vázquez, jefe de Análisis en Cohen Aliados Financieros.
“Ahora, viendo que el gasto primario venía creciendo al 88% interanual en abril-mayo, [lo que se conoce de junio no es auspicioso] yque las diferencias dentro de la coalición oficialista no lucen saldadas, más allá de algunos silencios, se puede entender la postura más cautelosa del mercado”, explicó el especialista.
En igual sentido se expresó el economista Leonardo Chialva, de Delphos Investment, para quien los anuncios de Batakis “tuvieron la intencionalidad correcta”. Sin embargo, aclaró que “lo concreto es que rápidamente ese efecto se fue desvaneciendo al continuar elevada la incertidumbre política y no quedar claro el apoyo político real que tiene un plan de ajuste fiscal en medio de una falta de dólares que sigue siendo el mayor problema económico-financiero”.
Para el consultor Fernando Marrull, aunque parece haberse frenado la corrida contra la deuda en pesos y el BCRA aceleró la devaluación al 5% mensual y no vendió reservas internacionales, “nadie pierde de vista que las netas bajaron a U$S2700 millones por pagos de deuda en un contexto en el que el fuerte cepo a las importaciones agudiza la recesión y acelera la inflación”.
“El Gobierno está lanzado a tratar de aguantar repitiendo la receta de 2015, pero parece no ver que el contexto es peor”, dijo, y cerró: “Ya hay empresas que prefieren no vender a quedarse con pesos. Eso explica por qué parte del mercado ya considera cada vez más probable que la economía no puede llegar a 2023 sin explotar como en aquel entonces, lo que lo obligará a mostrar resultados”.
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