El ‘mecánico’ de las operaciones de Ford
Joe Hinrichs tiene la misión de coordinar varios lanzamientos clave para la automotriz
LOUISVILLE, Kentucky, EE.UU.—Joe Hinrichs, un ejecutivo de Ford Motor Co. que hizo carrera solucionando difíciles problemas de manufactura, podría tener el desafío más grande de la automotriz este año: lograr que vehículos clave para su futuro ingresen al mercado sin sobresaltos.
Hinrichs, de 47 años, director de Ford para el continente americano, supervisará los lanzamientos este año de una nueva todoterreno Lincoln, un auto deportivo Mustang y una camioneta pickup F150 rediseñada con una carrocería hecha totalmente en aluminio. Todo debe salir bien para que la compañía aumente sus ganancias en 2015 luego de una desaceleración prevista para este año.
Una serie de contratiempos con productos nuevos en los últimos dos años, incluyendo problemas con el lanzamiento de los sedanes Fusion y el Lincoln MKZ y una serie de llamados a revisión de la todoterreno Escape, contribuyeron a que Hinrichs recibiera estas tareas. Luego de dirigir las operaciones de manufactura de Ford y su negocio en China, ahora está a cargo de una división que el año pasado generó 70% de los ingresos de Ford.
El territorio de Hinrichs va desde Anchorage, en Alaska, hasta Tierra del Fuego, en el sur de Argentina. A fines de enero, visitó la planta de ensamblaje de Ford en Louisville, estado de Kentucky, donde analizó una primera versión de producción de la todoterreno Lincoln MKC con el equipo responsable de su lanzamiento. Hinrichs afirmó que en la misma etapa del lanzamiento del sedán MKZ, faltaba completar casi un tercio de las partes. Para la MKC, todas están terminadas.
En su primer día en la planta, la inspección de Hinrichs se centró en la parte trasera del vehículo. Debido a la forma inusualmente compleja en que se abre, la puerta trasera podría ser difícil de alinear, sugirió.
"Sabíamos que iba a ser difícil", sostuvo. "Pero tenemos tiempo para solucionarlo".
Luego le dijo al ingeniero en jefe del vehículo, John Jraiche, que le gustaría que colocaran una pequeña luz donde se enchufan los cargadores de teléfono.
"Creo que no hace falta que les diga cuán importante es que este lanzamiento salga bien", le dijo al grupo de ingenieros y supervisores de fabricación en la sala. "Espero que apliquemos lecciones de los problemas con el lanzamiento del MKZ".
Los miembros del equipo de lanzamiento de la MKC asintieron en silencio. "Si hay problemas, pregúntennos cómo podemos ayudar", les dijo Hinrichs. "Tengo uno que otro contacto".
Entre las personas que conoce está el jefe global de desarrollo de producto, Raj Nair, quien trabajó de cerca con Hinrichs en Asia antes de asumir su actual cargo y pasó el último año junto a él intentando superar problemas de calidad en el sistema de navegación táctil MyFord Touch y en las transmisiones de doble embrague.
Mientras Hinrichs intenta mantener el rumbo de las operaciones en Norteamérica, América del Sur se ha convertido en un proyecto de renovación. Las devaluaciones en Venezuela hicieron que Ford casi detuviera la producción en ese país, a la vez que la empresa está preocupada por medidas similares en Argentina.
De todos modos, Ford mantiene su plan de construir una planta en Brasil y presentará varios productos nuevos este año, incluida una versión de bajo costo del compacto Ka.
Hinrichs se siente cómodo en las fábricas. Luego de graduarse de ingeniero eléctrico de la Universidad de Dayton en 1989, comenzó a trabajar en General Motors Co. Pero luego de cinco meses de trabajar casi siempre solo, pidió ser transferido a una planta donde pudiera manejar gente. En su nuevo empleo, concluyó que los problemas de la fábrica se debían principalmente a la baja moral del grupo y la mala comunicación.
A los 29 años, se convirtió en el gerente de planta más joven de la historia de GM, con gran éxito. Posteriormente se graduó de la Escuela de Negocios de Harvard y dio el salto a Ford. Para 2006 era jefe de manufactura para EE.UU. y Canadá. Sin embargo, Ford estaba en crisis y Hinrichs recibió la tarea de decidir qué plantas cerrar. En 2007, 32.000 trabajadores dejaron Ford. Hinrichs les dio la mala noticia a muchos de ellos.
Dos años después, Hinrichs fue asignado a un gran desafío: las operaciones de Ford en China, donde la empresa estaba rezagada respecto a General Motors y Volkswagen AG desde hacía años. Hinrichs aprendió mandarín, mantuvo reuniones frecuentes con funcionarios del Partido Comunista y se esforzó en aumentar las ventas de la automotriz.
Una pieza esencial de la estrategia de Hinrichs fue una apuesta a que Ford pudiera impulsar las ventas ofreciendo una línea de todoterrenos, que se estaban volviendo populares entre los consumidores chinos.
En 2010 propuso ante la junta directiva que Ford debía construir nueve plantas e invertir cerca de US$5.000 millones en China. El presidente ejecutivo, Alan Mulally, respaldó la propuesta. El año pasado, las ventas aumentaron más de 50%. Ahora Ford posee una participación de 4,4% del mercado chino y afirma que es posible alcanzar una meta de 6%.