El juego de damas define el mapa latino
¿Qué cambia con la avanzada de las curadoras argentinas en la escena internacional? La oportunidad de mayor visibilidad, y, se sabe, difusión es mercado. Desde que Lisa Palmer y Grace Lowe montaron los remates latinos de Sotheby's y Christie's en Nueva York allá por los lejanos 80, mucha agua ha corrido bajo el puente. Hoy el arte latinoamericano gana protagonismo con las mujeres en el tablero.
La última movida del juego de damas ha sido la designación de la argentina Aimé Iglesias Lukin (35) como curadora de la Americas Society, de Park Avenue. Espacio de arte y sede estratégica del Council of Americas, institución poderosa, de gravitación política continental. Su presidenta Susan Segal es muy buena amiga del empresariado local y tiene línea directa con los inversores internacionales.
Segal estuvo sentada al lado del exministro de Economía Alfonso Prat-Gay, cuando Amalia Lacroze de Fortabat inauguró su museo en Puerto Madero. Conoce el mapa de la región como nadie y sabe que en los últimos años, el arte ha comenzado a tallar fuerte por razones varias.
Primero, por el apoyo decidido de la coleccionista venezolana Patricia Phelps de Cisneros, que donó al MoMA parte de su colección ligada a la abstracción y posicionó al departamento latino en el museo neoyorquino, con un área de investigaciones liderada por el curador Luis Pérez Oramas y ahora por la argentina Inés Katzenstein, graduada en el Bard College y fundadora del departamento de arte de la Universidad Di Tella. Los cabos se van atando.
La designación de Aimé Iglesias en A.S. es también una victoria para Adriana Rosenberg, presidenta de la Fundación Proa, donde la joven curadora desarrolló su carrera. Iglesias ocupará el puesto que durante más de una década ejerció con solvencia y personalidad la venezolana Gabriela Rangel, hoy directora del Malba de Costantini.
A este avance argentino en la costa este, se suma la asunción de Gabriela Urtiaga como curadora del Molaa (California), un polo para tener en cuenta por la fuerte presencia latina en la región, con un claro perfil receptivo de los artistas nacidos al sur del Río Grande.
Urtiaga tuvo a su cargo la dirección de Artes Visuales del CCK en los últimos años y asumió, también, la curaduría de la Bienal de Curitiba (Brasil) en un claro avance de su proyección internacional, tras una gestión exitosa en el ex-Palacio de Correos, coronada por la retrospectiva de Julio Le Parc.
También el MoMa de Nueva York dobla la apuesta "latina". Glenn Lowry, su director, confirmó durante una visita a Buenos Aires, que el museo neoyorquino tendrá dos curadoras de arte latinoamericano: la argentina Inés Katzenstein, en el área de influencia de Patty Cisneros, y Beverly Adams, excuradora del Blanton Museum de la Universidad de Austin, Texas, ligada a la coleccionista Estrellita Brodsky.
Benefactora del MoMA, y curadora de la muestra de Le Parc en el museo de Jorge Pérez en Miami, Brodsky es una mecenas de largo aliento que comparte con su marido el interés por el arte y la vocación de mecenazgo.
Daniel Brodsky, destacado empresario del real state, integra el board del Met de la Quinta Avenida, mientras Estrellita, coleccionista, historiadora del arte, animadora de varias ediciones de arteBA y de Pinta, la feria latina de Diego Costa Peuser, en Miami, forma parte del comité de adquisiciones de la Tate Modern, de Londres. La llegada de Beverly Adams al MoMA responde a su interés personal por fortalecer las áreas de pintura y escultura del museo neoyorquino.
En este siglo, la periferia y el centro estrechan lazos. Esta puede ser la carta ganadora para dar visibilidad a los artistas argentinos y expandir el mercado. Importante: la presencia argentina en el mapa internacional nunca tuvo tanto protagonismo. Una secuencia virtuosa que tiene todo que ver con la creación del Malba, fundado por Eduardo Costantini en 2001. Malba convirtió a Buenos Aires en destino de curadores y en sede de la mejor colección de arte moderno latinoamericano. Imposible reunir hoy bajo el mismo techo un Tarsila como Abaporu y un Frida Kahlo de la calidad de "Autorretrato con Loro".
Mientras tanto, en su edición 2020, arteBA, que será en abril, estrenará nueva presidenta. Amalia Amoedo, sucesora de Alec Oxenford, pondrá el acento en la necesidad de sumar coleccionistas y fortalecer los lazos con los artistas emergentes.
Ama, como la llaman sus amigos, es artista, coleccionista y una atenta observadora de lo que sucede fronteras afuera. Tiene la edad y la pasión para que ese objetivo se concrete.
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