El impacto de las trabas a las importaciones se empezará a sentir con mayor intensidad a mediados de agosto
Las consecuencias del endurecimiento en el otorgamiento de permisos para ingresar bienes del exterior se evidenciará con fuerza cuando se cumplan los 45 días desde que ajustaron las restricciones y no lleguen los embarques con insumos para producir; cuáles son los sectores más afectados
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Por la falta de dólares, las restricciones a las importaciones se endurecieron durante la primera parte del año a través de distintos mecanismos. Y hubo una decisión cuyo impacto se sentirá, progresivamente, en los próximos 15 a 20 días. Si bien algunos rubros reportaron en las últimas semanas faltantes y agotamiento de stocks para producir, los analistas privados coinciden en que será a mediados de agosto cuando algunos sectores evidenciarán con más fuerza la falta de insumos.
La Comunicación “A” 7532 del Banco Central (BCRA), emitida el 27 de junio pasado, estableció que las empresas pueden tener acceso al mercado oficial para pagar importaciones equivalentes al 105% de las realizadas el año pasado. Una vez superada esa barrera, podrán acceder al mercado de cambios a partir de los 180 días del despacho a plaza (si bien luego se establecieron excepciones), por lo que deben conseguir sus propios dólares a través de financiamiento con la casa matriz, con el proveedor o con alguna entidad monetaria. El objetivo era limitar el acceso a las reservas del Central, que están en una situación delicada.
Por este motivo, muchas firmas no pudieron concretar las compras de insumos al exterior y, como los viajes por barco demoran entre 30 y 45 días, los primeros 15 días de agosto podrían ser complicados para ellas.
“El impacto fue inmediato. Hay empresas que si no consiguen algún tipo de excepción para hacer pagos anticipados tienen comprometido su stock para los próximos meses. La situación es muy compleja. De acuerdo a cada rubro y compañía, se van abriendo excepciones, pero son casuísticas. Se planteó hasta septiembre, pero la sensación de las empresas es que esto vino para quedarse”, explicó Karina Castellano, directora de Legales - Derecho Cambiario y Aduanero de Lisicki Litvin & Asociados.
En el sector, estiman que el 80% de las importaciones son insumos para la producción. Los fertilizantes que se utilizan en el campo vienen del exterior. El 65% de las drogas que tienen como destino los laboratorios para su producción local de medicamentos demandan dólares. El 90% de los celulares y de los LCD que dicen “Fabricado en Tierra del Fuego” cuentan con tecnología importada.
“La medida agravó la situación que se estaba viendo en varios sectores que venían complicados como textil, indumentaria, automotriz, autopartes, alimentos, electrónica, electrodomésticos (estos dos, los casos críticos), químicos y petroquímicos”, explicó Soledad Pérez Duhalde, economista y directora de la consultora Abeceb.
Por este motivo, las empresas analizan qué medidas adoptar para sortear la escasez de bienes intermedios, que irán desde parar líneas de producción y suspensión de personal o vacaciones anticipadas, hasta despidos o cierres, según pudo saber este medio. Muchos están acudiendo a la vía judicial a través de amparos.
El impacto
El impacto se sentirá en mayor o menor medida en distintos rubros, dependiendo de qué tan restringidas estaban sus importaciones en los meses previos y con qué nivel de stock contaban. De acuerdo con fuentes del sector, entre los más afectados estarán la industria automotriz, la de electrónica y la de indumentaria -particularmente calzado y ropa deportiva-. De hecho, algunas firmas ya empezaron a sentir el efecto.
Los fabricantes locales de baterías y autopartistas ya alertaron sobre la gravedad de la situación al titular de la entidad, Miguel Pesce. Por caso, Treves Argentina, dedicada a la fabricación y comercialización de alfombras habitáculo y aislación acústica de autos, integrada en su totalidad por capitales nacionales, se dirigió al Ministerio de Desarrollo Productivo y dijo que “aún no han podido canalizar ningún pago” y que prevén que esto afecte su producción y la de sus clientes a partir de la semana próxima.
Una empresa de filtros para la industria automotriz, que pidió no dar su nombre, considera cerrar su planta y dar vacaciones anticipadas en agosto. Necesita un papel importado de Brasil y su stock se agota en los próximos 15 días.
Una compañía argentina que representa a una marca de motos china asegura que tiene en riesgo la representación de la firma en la región porque podría incumplir su contrato, ante las trabas para importar los vehículos al país.
En la industria vitivinícola, que ya alertó públicamente de este problema, faltan botellas, papel y tintas para las etiquetas, con lo que no pueden envasar -y vender al exterior-.
La Cámara de Industriales Metalúrgicos de Córdoba también envió un comunicado al respecto y dijo que “la cuenta regresiva para una parada industrial ya comenzó” por la “imposibilidad de acceder al mercado libre de cambios para importar insumos fundamentales para la producción”.
Las empresas de servicios petroleros advirtieron sobre la imposibilidad de contar con insumos estratégicos para producir y que ello podría generar un cuello de botella. Entre los faltantes, mencionan instrumentos de medición, válvulas, tuberías, insumos químicos, cabeza de pozos, equipos para depurar gases y repuestos de máquinas.
Las pymes estarán especialmente afectadas. “Son a las que más les costaba conseguir autorizaciones para importar antes de esta medida. No tienen mucha capacidad de lobby o poder para generar acuerdos políticos”, explicó Marcelo Elizondo, especialista y consultor en comercio exterior, que, además, apuntó a que los rubros de la línea blanca, metalmecánica y de motos están entre los que más impacto sentirán.
En el agro faltan fertilizantes, repuestos para maquinaria agrícola, gomas para los tractores e instrumentos de tecnología. “Los productores tienden a ahorrar en agroquímicos. Creo que no estamos en un estadío crítico en estos productos, pero sí en fertilizantes y en gasoil”, explicó Iván Ordóñez, economista especializado en agronegocios.
“El impacto en la cadena productiva es un agravamiento de la desaceleración. Aunque la producción crece contra el año pasado, decrece mes contra mes. Por situaciones objetivas, como la falta de importaciones, o subjetivas: ante la incertidumbre, se detienen. Va a tener efectos en el consumo, faltantes, escasez y desabastecimiento. Se va a agravar la inflación, porque la menor oferta eleva precios y acelera comportamientos cortoplacistas”, explicó Elizondo.
Desde el Gobierno se pidió paciencia. En distintas reuniones entre el gabinete económico, particularmente del Ministerio de Desarrollo Productivo (cuando todavía estaba a cargo de Daniel Scioli) y las empresas, se puso como horizonte septiembre, según pudo reconstruir LA NACION. Pese a que, típicamente, no es un mes de ingreso de divisas a las reservas del BCRA, se espera que la primavera traiga un respiro en el uso de los dólares que se usan para importar energía.