El hombre detrás de la compra de Time Warner por AT&T
Cuando el presidente ejecutivo de AT&T Inc., Randall Stephenson, se dirigió el mes pasado a cientos de empleados, los sorprendió con el tema que trató: una discusión matizada sobre el movimiento en contra de la discriminación policial conocido como Black Lives Matter y la justicia racial en Estados Unidos.
“Nuestras comunidades están siendo destruidas por la tensión racial y somos demasiado educados para hablar sobre ello”, dijo Stephenson ante el público en Dallas.
Las sentidas declaraciones, que fueron captadas en video por un empleado, fueron una acción audaz para un presidente ejecutivo reservado y demostraron que el líder empresarial se podía salir de su elemento.
Semanas después, Stephenson demostró nuevamente que es un hombre de sorpresas, al llegar a un acuerdo para adquirir el gigante de medios Time Warner Inc. por US$85.400 millones. La unión, si es aprobada por los reguladores, pone al ejecutivo de telecomunicaciones en la posición de dirigir una variedad de negocios de contenido en los que tiene poca o ninguna experiencia, incluyendo canales de cable como HBO y CNN, así como el estudio de cine y televisión Warner Bros.
El nativo de Oklahoma de 56 años es un inusual magnate de medios: un ejecutivo con antecedentes en las finanzas que ascendió la escalera corporativa. Tan pronto alcanzó el acuerdo hace una semana, Stephenson realizó una gira relámpago por las filiales clave de Time Warner. El lunes visitó las oficinas de HBO y Turner en Nueva York y el martes voló a los estudios Warner Bros., en Burbank, California, donde se reunió con unos 15 ejecutivos de cine y televisión, según un alto directivo de Warner que asistió al encuentro.
Stephenson expuso su visión de cómo el contenido de Warner Bros., combinado con las plataformas de distribución de AT&T, prepararían mejor a las dos empresas para un futuro en el que los consumidores tendrán un mayor control sobre cómo y qué contenido consumen, dijo la fuente. Luego de la reunión, un alto directivo de Time Warner comentó que Stephenson “dijo todo lo que tenía que decir”, pero advirtió: “Apenas es el primer día”.
Antes de comenzar la integración de Time Warner, Stephenson tiene que conseguir la aprobación de los reguladores. Los inversionistas en Wall Street han expresado su escepticismo al llevar la acción a cotizar 19% por debajo del precio de oferta de AT&T. Stephenson, que es donador del Partido Republicano y controla una de las mayores operaciones de lobby en Washington, tendrá que defender su caso con ejecutivos de Time Warner que están bien conectados con el Partido Demócrata.
Dado que el fracaso y la imprevisibilidad son a menudo la norma en el negocio de cine y televisión, los ejecutivos de Time Warner se preguntan si los estómagos de Stephenson y AT&T serán lo suficientemente resistentes para asumir todos los riesgos que implica la creación de contenido. Las industrias del cine y la televisión también suelen crear reglas a medida que avanzan y se enorgullecen de ser lo opuesto a un entorno formal.
Stephenson, cuyo padre estaba a cargo de un corral de engorde en Moore, Oklahoma, empezó a trabajar en AT&T en 1982, al comienzo en turnos de noche cambiando cintas magnéticas en gigantescas computadoras centrales mientras terminaba una maestría en la Universidad de Oklahoma. Luego pasó al departamento tributario de la entonces Southwestern Bell en St. Louis, Missouri.
El ejecutivo ha pasado su carrera en la industria de las telecomunicaciones, un antiguo monopolio que fue desmantelado por el gobierno estadounidense en 1984 y que lentamente se ha vuelto a consolidar a través de una serie de acuerdos que crearon el eje de AT&T y Verizon Communications Inc. Esos acuerdos, que concluyeron hace 10 años, buscaban ganar escala y ahorrar costos.
Tras asumir la presidencia ejecutiva de la empresa en junio de 2007, el primer desafío de Stephenson fue lidiar con las consecuencias de un acuerdo de AT&T para vender en exclusivo el iPhone de Apple Inc. El pacto aceleraría el alejamiento de la empresa de su negocio heredado de líneas fijas, pero también perjudicaría la marca, ya que su red inalámbrica tuvo problemas para manejar el tráfico.
Stephenson invirtió miles de millones en la actualización de la red y trató, sin éxito, de comprar su rival más pequeño T-Mobile. Sin embargo, en los últimos dos años ha llevado a la empresa telefónica de 140 años en una nueva dirección.
El acuerdo para comprar el año pasado DirectTV por US$48.500 millones convirtió a AT&T en el mayor proveedor de televisión de pago en EE.UU. Con la adquisición de Time Warner estará en competencia directa con titanes de los medios como Rupert Murdoch de News Corp y 21st Century Fox Inc., Bob Iger de Walt Disney Co. y John Malone de Liberty Media Corp.
“Randall es un tipo muy visionario”, dice Mike White, ex presidente ejecutivo de DirecTV.
Stephenson estaba ansioso por saltar al negocio de los medios. White lo llevó por primera vez a la tradicional y exclusiva conferencia anual de la industria del banco de inversión Allen & Co. en Sun Valley, Idaho. En palabras de White, Stephenson se sentía como en casa en el lugar donde se cocinan los mayores acuerdos entre medios.
“Adquirir una empresa que no está directamente en su sector no será nuevo para él” gracias al acuerdo de DirecTV, dice por su parte Dan Hesse, ex presidente ejecutivo del operador estadounidense de telefonía celular Sprint Corp. Hesse lideró la oposición a AT&T durante su intento de compra de T-Mobile en 2011, el mayor revés de Stephenson en sus nueve años al frente de la empresa.
Stephenson también pasó a territorio desconocido cuando en 1992 trasladó a familia a México para ser el director financiero de AT&T en el país, donde trabajó bajo el titán de las comunicaciones y multimillonario Carlos Slim.
Stephenson madrugaba todos los días para estudiar español por dos horas con un tutor, pero después de tres meses aún se le dificultaba hablar el idioma porque la gente en la oficina se dirigía a él sólo en inglés. Al final le ordenó a todo el mundo hablar español. En la actualidad, lo habla con fluidez.
El enfoque de Stephenson en su carrera ha sido tradicional, pero su postura pública sobre asuntos sociales ha sorprendido. Ha hecho un llamado a favor de una reforma migratoria en EE.UU., incluyendo una reestructuración del sistema de visas y un camino para que los indocumentados obtengan la ciudadanía. Como miembro de la junta de los Boy Scouts of America, apoyó públicamente una apertura de las políticas del grupo cuando prohibía scouts y líderes homosexuales.
Stephenson, que evita las redes sociales, ha apuntado a Silicon Valley por su actitud hacia la seguridad nacional y la privacidad. En enero criticó a Apple por añadir cifrado a los iPhone, lo que dificulta que el gobierno tenga acceso al contenido.
La semana pasada dijo durante una conferencia organizada por The Wall Street Journal que la razón para la combinación con Time Warner es que traerá más competencia al negocio del cable y retará el dominio de Google y Facebook Inc. en la publicidad en línea. Sin embargo, Stephenson reconoció que no es ningún experto en Hollywood. “Seré el primero en decirle que nunca he dirigido un estudio de cine”, señaló. “No sé nada sobre eso”.
Aunque parece que AT&T ha acertado en todas las reuniones preliminares con Time Warner, eso no quiere decir que algunos no tengan dudas. “Esta compañía va a ser tan grande y pesada que va a ser difícil”, dijo el jefe de una filial de Time Warner.
—Ryan Knutson
contribuyó con este artículo.
Joe Flint y Thomas Gryta