El Gobierno y el FMI llegaron a un nuevo acuerdo y se libera el camino para recibir un giro por US$800 millones
El organismo volvió a elogiar el “gran progreso” y dijo que los resultados han sido “mejores de lo esperado”, pero pidió “atender los cuellos de botella para el crecimiento”
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WASHINGTON.- El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el gobierno de Javier Milei alcanzaron un acuerdo técnico para completar la octava revisión del programa vigente con el organismo, despejando el camino para liberar un nuevo giro para la Argentina por alrededor de US$800 millones.
Al anunciar el nuevo acuerdo, el Fondo elogió el “gran progreso” y dijo que se alcanzaron resultados “mejores de lo esperado”, pero a la vez advirtió que “es necesario que continúen realizándose esfuerzos para mejorar la calidad y la equidad de la consolidación fiscal, afinar los marcos de política monetaria y cambiaria”, además de “atender los cuellos de botella para el crecimiento”.
El Fondo dijo que habrá una transición hacia un nuevo régimen monetario que “involucra la competencia de monedas”, la política cambiaria se hará más flexible, y las restricciones y controles al dólar, comúnmente llamados “el cepo”, se levantarán a medida que las condiciones lo permitan.
“A pesar de heredar una situación económica y social altamente compleja, la firme implementación del plan de estabilización de las autoridades –basado en una sólida ancla fiscal, la ausencia de financiamiento monetario y la corrección de precios relativos– ha permitido avanzar más rápido de lo previsto en el restablecimiento de la estabilidad macroeconómica y reencauzar firmemente el programa”, dijo el staff del Fondo en un comunicado.
El nuevo acuerdo técnico con el staff del Fondo debe ser ratificado por el Directorio Ejecutivo –algo que se espera que ocurra en las próximas semanas–, y llega luego de que el Gobierno lograra cumplir con margen de sobra las metas fiscales y monetarias para el primer trimestre acordadas a principios de este año, cuando el equipo liderado por el ministro de Economía, Luis Caputo, reflotó el programa que había firmado la gestión de Alberto Fernández, virtualmente caído en medio de la última campaña presidencial.
El cierre exitoso de la nueva auditoría del Fondo se alcanzó sin sobresaltos y dejó una señal nítida de la sintonía entre el staff y el gobierno de Milei, que impuso un fortísimo ajuste fiscal y anuló el financiamiento del Banco Central al Tesoro para doblegar la inflación, una receta ortodoxa alineada con la visión del FMI.
“Hay una relación muy constructiva porque estamos cumpliendo con resultados lo que venimos diciendo. Es un cambio de clima significativo”, indicaron a LA NACION fuentes oficiales.
Desde el Gobierno también destacaron que esta es la primera revisión en la cual la Argentina no tuvo que pedir ningún waiver por haber incumplido algún punto del programa, y además se logró mantener el superávit fiscal aun sin la Ley Bases, que incluye un paquete fiscal para reforzar la recaudación y aguarda su aprobación en el Senado. Ahora, en el Palacio de Hacienda apuestan a ganar credibilidad con el board para llegar, eventualmente, a discutir un nuevo programa con fondos frescos para la Argentina.
“En la medida en que se discuta un nuevo programa, la discusión irá por ahí”, indicaron. “Creemos que es importante mostrarle al board que lo que dijimos en la revisión anterior lo estamos cumpliendo y así estamos ganando credibilidad y track record. Y eso te permite llegar a un nuevo programa de la mejor manera posible”, adelantaron.
Es el segundo acuerdo técnico del gobierno de Milei con el staff, un vínculo del cual depende, en gran medida, el éxito del plan de estabilización que ha puesto en marcha el Gobierno.
En los últimos meses, el Fondo y el Departamento del Tesoro elogiaron los “impresionantes” avances logrados en los primeros meses de la gestión de Caputo, en particular el superávit fiscal, la baja de la inflación –más profunda a la prevista originalmente–, la caída del riesgo soberano y la acumulación de reservas, una variable sensiblemente relevante para el Fondo.
Pero, más allá de los elogios y la sintonía, los mensajes que llegaron desde Estados Unidos –del propio Fondo, el Tesoro y de inversores y analistas– también dejaron en claro que queda trabajo por hacer para terminar de perfilar el programa económico definitivo que logre sacar al país de la profunda crisis económica, incluida la actual recesión.
En el menú de temas pendientes en la política económica aparece, primero, la tarea de mejorar la calidad del ajuste fiscal para repartir la carga, proteger a los más vulnerables –un mensaje recurrente del Fondo y el Tesoro– y darle sustentabilidad al superávit logrado en los últimos meses. Otro tema pendiente en la mente de los inversores es si Milei logra amalgamar suficiente respaldo político para sacar reformas del Congreso, una deuda que podría comenzar a saldarse con la aprobación de la Ley Bases.
Y otra discusión bastante más compleja que comienza a ganar tracción es, una vez más, el valor del dólar y la política cambiaria del Banco Central. La entidad monetaria ha recortado la tasa de interés –a contramano de lo que sugieren los libros para un plan de estabilización– y varios economistas advierten que el dólar ya está atrasado porque la tasa de devaluación, o el llamado crawling peg, corre detrás de la inflación mensual, socavando la competitividad del país.
Milei y Caputo han rechazado de manera categórica esa mirada. Es uno de los temas más ásperos en una discusión mucho más amplia que asoma sobre el futuro del programa económico y la política monetaria luego de los primeros avances alcanzados en estos meses.
El Fondo mencionó esta vez que “las autoridades han realizado esfuerzos significativos para ampliar la asistencia social a madres y niños vulnerables, así como proteger el poder adquisitivo de las pensiones”.
Y sobre la política monetaria y cambiaria, el Fondo dijo que “en la transición hacia un nuevo régimen (que involucra la competencia de monedas la política monetaria evolucionará para seguir anclando las expectativas de inflación y la política cambiaria se hará más flexible, al tiempo que se seguirán reduciendo las restricciones y controles cambiarios a medida que las condiciones lo permitan”.
En la mente de los inversores también está la salida del “cepo”, un paso que muchos consideran vital para despejar la reactivación de la economía. El Gobierno quiere acelerar el levantamiento de las restricciones cambiarias para darle más oxígeno a la economía, pero para lograrlo necesita elevar el nivel de las reservas del Banco Central con fondos frescos, algo que el FMI todavía no está dispuesto a conceder, más allá de la renovada sintonía.